Precocidad cient¨ªfica

Un modesto cortometrajista estadounidense llamado Lucas Martell cre¨® en el a?o 2009 Pigeon Impossible (Pich¨®n imposible), una simp¨¢tica pieza de apenas cinco minutos, bonitos dise?os y animaci¨®n algo tosca, con la que obtuvo premios en festivales internacionales y que sobre todo le sirvi¨® para que se fijara en su historia la divisi¨®n animada de la 20th Century Fox: la productora pag¨® los derechos para realizar un largometraje que una d¨¦cada despu¨¦s se ha convertido en Esp¨ªas con disfraz, dirigido por Troy Quane y Nick Bruno, y que poco tiene que ver con el corto original salvo la presencia del esp¨ªa protagonista y de la paloma secundaria.

Martell, que sigue haciendo cortos y ni siquiera ha participado en el largo, ha visto desde la distancia c¨®mo la sencilla pero efectiva historia del pich¨®n empe?ado en comerse el donut de un esp¨ªa, y que tras meterse en su malet¨ªn cibern¨¦tico casi provoca la Tercera Guerra Mundial con Rusia, se ha transformado en una pel¨ªcula sobre una especie de James Bond que debe lidiar con uno de los jovenc¨ªsimos fabricantes de artilugios para su arriesgado trabajo. El agente protagonista mantiene el dise?o de Martell, piernas y brazos delgad¨ªsimos y alargados, cabeza desproporcionada, en una singularidad que se ha trasladado tambi¨¦n al (aqu¨ª) verdadero gran personaje: el chico raro y esquinado, genio de la ciencia a la manera de los frikis de The Big Bang Theory, que entra a trabajar en la CIA pero al que pocos toman en serio. As¨ª, Esp¨ªas con disfraz se despliega como un precioso elogio de la peculiaridad y la extravagancia de car¨¢cter en los cr¨ªos: ¡°?Qu¨¦ aburrido ser¨ªan el mundo, los colegios y la vida sin la presencia de los raritos!¡±.

En la versi¨®n original, Tom Holland pone voz al chico, mientras Will Smith no solo se luce con su habitual prodigio vocal interpretando al esp¨ªa, sino que tambi¨¦n ha traspasado su imagen al dibujo: raza negra y mismas caracter¨ªsticas faciales. Fresca y deliberadamente menor en su falta de pretensiones, quiz¨¢ consciente de jugar en otra liga a pesar de que la reciente compra de Fox por parte de Disney haya llevado a que sea la todopoderosa casa de los dibujos animados quien la distribuya, Esp¨ªas con disfraz puede salir reforzada en una Navidad en la que, en principio, nunca ser¨¢ la primera apuesta para la taquilla.

Se ve con gusto, contiene dos gags fant¨¢sticos sobre el efecto que pueden producir el silencio y la detenci¨®n del tiempo en el cine, con los fotogramas justos para provocar una gran sonrisa, y a?ade un magn¨ªfico pr¨®logo en el que se resume su esp¨ªritu reivindicativo: unos minutos iniciales protagonizados por el joven inventor, a?os atr¨¢s y a¨²n en la primaria, desternillante genio precoz en la fabricaci¨®n de m¨¦todos de defensa para su madre polic¨ªa.