Fantas¨ªa sobre el coraje
Dotada de una sustancia ecologista, contiene pasajes muy bellos pero quiz¨¢ le falte algo de identidad a un conjunto con reminiscencias art¨²ricas y demasiada dispersi¨®n
Normalizada la presencia de animes en la cartelera espa?ola e incluso en los festivales (San Sebasti¨¢n, por ejemplo, ha apostado en sus ¨²ltimas sesiones oficiales por El ni?o y la bestia, de Mamoru Osoda, y Your name, de Makoto Shinkai), apenas un mes despu¨¦s del estreno de El tiempo contigo, tambi¨¦n de Shinkai, hay que celebrar la llegada a los cines de The Wonderland, ¨²ltimo trabajo de Keiichi Hara, director y escritor entre 1994 y 2006 de seis largometrajes y varios episodios de la saga protagonizada por el muy popular personaje Sin-chan.
THE WONDERLAND
Direcci¨®n: Keiichi Hara.
G¨¦nero: anime. Jap¨®n, 2019.
Duraci¨®n: 116 minutos.
The Wonderland, sin embargo, nada tiene que ver con las esencias del irreverente ni?o Sin-Chan; ni en su esp¨ªritu particularmente gamberro e incorrecto ni en el sencill¨ªsimo trazo de los dibujos. Como ya se puede inducir de su t¨ªtulo, la historia recupera una vez m¨¢s la existencia de otro mundo en paralelo al de nuestra cotidianidad, al que esta vez no se entra por una madriguera ni a trav¨¦s de un espejo, como en el referente de Alicia, sino por del s¨®tano de una muy particular tienda de Cosas Hechas a Medias. Eso s¨ª, como en el texto de Lewis Carroll, ese otro universo se llama Pa¨ªs de las Maravillas.
Salvo los primeros minutos, m¨¢s plausibles y ambientados en el d¨ªa a d¨ªa de una preadolescente de instituto en ligera crisis personal, el relato es una apoteosis de la fantas¨ªa donde no hay reglas ni l¨ªmites, y donde tras la entrada de la ni?a al nuevo mundo, esta es considerada por sus habitantes como la Diosa del Viento Verde y como la elegida para salvarlos de una plaga que hace que todo est¨¦ perdiendo los colores. Dotada de una sustancia ecologista, The Wonderland contiene pasajes muy bellos pero, como contrapartida, quiz¨¢ le falte algo de identidad a un conjunto con reminiscencias art¨²ricas y demasiada dispersi¨®n. As¨ª, la libertad de creaci¨®n est¨¢ articulada sobre unos dise?os donde igual caben hechiceros y alquimistas que guerreros con ropajes del siglo XVIII, que material b¨¦lico del siglo XX, que coches de los a?os 50, y que calles y ambientes de las grandes ciudades de la primera revoluci¨®n industrial. Llamativo, desde luego, pero quiz¨¢ un revoltijo un tanto caprichoso.
Pel¨ªcula curiosa y demasiado alargada (roza las dos horas), que contentar¨¢ a los fan¨¢ticos del anime y que puede encandilar a los buscadores de universos evocadores y a los adolescentes ensimismados, The Wonderland contiene adem¨¢s un mensaje que admite poca discusi¨®n: la b¨²squeda del coraje suficiente para sobrellevar los peligros y los retos de una existencia que justo est¨¢ dejando atr¨¢s la inocencia infantil.
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