Del ¡®top manta¡¯ al ¡®streaming¡¯: el siglo en que aprendimos a pagar
El balance de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas indica que los usuarios han pasado de las descargas il¨ªcitas de contenidos a la suscripci¨®n y de poseer el objeto cultural a solo usarlo
La tecnolog¨ªa ha mejorado, las leyes se han endurecido y la pirater¨ªa cultural ha ca¨ªdo en picado en cuatro a?os (seg¨²n datos del Ministerio de Cultura, del 18,3% al 5,1%, en el caso de la m¨²sica; y del 16,1% al 3,7%, en el de los v¨ªdeos). Pero, sobre todo, los servicios y los productos han mejorado tanto que Netflix cerr¨® el tercer trimestre con un beneficio de 665 millones de d¨®lares, un 65% m¨¢s que en 2018, y Spotify alcanz¨® los 113 millones de usuarios de pago, un 31% m¨¢s. Disney y Apple son las siguientes compa?¨ªas en aterrizar en el negocio del streaming.
La industria y los usuarios han tardado dos decenios en aceptarlo, desde la ca¨ªda en desgracia del CD hasta la extensi¨®n del streaming. Veinte a?os de consumo cultural digital para reconocer que Internet no es el enemigo ni tampoco es gratis. Si en la primera d¨¦cada se asumi¨® pagar para tener conexi¨®n, el final de la segunda d¨¦cada se ha reconocido que los contenidos tambi¨¦n tienen un valor y un precio. ¡°Desde hace cinco a?os, con las nuevas pr¨¢cticas de consumo digital, el contenido cultural en streaming es un bien aspiracional. La mayor parte de la sociedad espa?ola ha dejado de considerar que pagar por escuchar m¨²sica o ver cine es de pringaos¡±, es el balance de Rub¨¦n Guti¨¦rrez, director de la Fundaci¨®n SGAE.
La industria cultural en Espa?a
N¨²mero de trabajadores
En miles de personas
723,3
726,6
700
570,6
600
505,6
500
400
300
200
100
0
2000
2008
2012
2019
N¨²mero de empresas
En miles de compa?¨ªas
122,7
125
112,6
100
75
49,6
50
25
0
2001
2009
2018
Fuente: INE y Ministerio de Cultura.
EL PA?S
La industria cultural en Espa?a
N¨²mero de trabajadores
En miles de personas
723,3
726,6
700
570,6
600
505,6
500
400
300
200
100
0
2000
2008
2012
2019
N¨²mero de empresas
En miles de compa?¨ªas
122,7
125
112,6
100
75
49,6
50
25
0
2001
2009
2018
Fuente: INE y Ministerio de Cultura.
EL PA?S
La industria cultural en Espa?a
N¨²mero de trabajadores
N¨²mero de empresas
En miles de personas
En miles de compa?¨ªas
723,3
726,6
122,7
125
700
112,6
570,6
600
100
505,6
500
75
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49,6
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2008
2012
2019
2001
2009
2018
Fuente: INE y Ministerio de Cultura.
EL PA?S
Cuenta el responsable del Anuario de las artes esc¨¦nicas, musicales y audiovisuales de la entidad de gesti¨®n de derechos de autor, que el siglo XXI arranc¨® con la herencia del XX hasta que Napster provoc¨® el primer impacto con el futuro. Apple recogi¨® el modelo para crear iTunes y el reproductor MP3 (iPod). Y en 2005 arranc¨® YouTube. Un a?o despu¨¦s, Spotify. En 2008, Netflix ¡ªcompa?¨ªa de alquiler de DVD, fundada en 1997¡ª introdujo su cat¨¢logo por streaming.En 2010, HBO lanz¨® su propio servicio. Empresas que arrancaban en medio de una d¨¦cada que, en Espa?a, ¡°fue una jungla que no respetaba ning¨²n derecho de los autores, con la complicidad de las operadoras que se enriquecieron vendiendo megas de ADSL para navegar por internet sin pagar¡±, como se?ala Rub¨¦n Guti¨¦rrez.
Desde entonces, el modelo de suscripci¨®n se ha consolidado. Es un s¨ªntoma de que la cultura ha hecho las paces con las nuevas tecnolog¨ªas, seg¨²n Juan Carlos Tous, consejero delegado de Filmin, plataforma pionera de cine online que opera desde 2006, y que cumple con su tercer a?o de balance de cuentas en positivo: ¡°Internet no ha venido a competir, sino a complementar¡±. El empresario se?ala un cambio clave en el h¨¢bito de consumo del ocio cultural: se prefiere usar a poseer. ¡°El usuario ya no quiere tenerlo todo porque no puede tenerlo todo. Pero s¨ª puede usarlo todo¡±, sostiene Tous.
La calidad ha convencido al usuario de que lo que se paga es mejor que lo que puede conseguir gratis (y de manera il¨ªcita). Para el fundador de Filmin el mayor cambio en estos dos decenios de nuevo paradigma digital es que el consumidor ¡°ya no quiere salir de casa¡± para consumir cultura. Este nuevo h¨¢bito ha puesto a las salas de cine en peligro. ¡°El mercado no deja de crecer y hay un 50% de hogares que no tiene suscripci¨®n a ninguna plataforma audiovisual. Todav¨ªa hay margen de mejora¡±, dice.
El nuevo mercado ha obligado a cambiar la Ley de Propiedad Intelectual en tres ocasiones y el pr¨®ximo Gobierno se enfrentar¨¢ a la cuarta. Ni el C¨®digo Penal, ni la Ley del IRPF se han reformado tantas veces en estos 20 a?os. El objetivo era encontrar la garant¨ªa de los titulares de los derechos de autor y del acceso de los usuarios, aclarar las responsabilidades de las operadoras y las obligaciones de las nuevas plataformas de contenido. ¡°Se han quedado con la producci¨®n, la distribuci¨®n y la exhibici¨®n. Su poder ha crecido tanto que ha provocado un nuevo desequilibrio que padecen los autores¡±, explica Ib¨¢n Garc¨ªa del Blanco, Secretario federal de cultura del PSOE y eurodiputado. Cree que est¨¢ pendiente instaurar un equilibrio que proteja al creador, pero no ve que sea con mecanismos de hace una d¨¦cada: ¡°El canon por copia privada no tiene mucho sentido mantenerlo por mucho tiempo¡±, asegura.
No ha sido f¨¢cil. Entre la primera directiva del Parlamento Europeo de 2001 y la segunda, aprobada el pasado abril, han pasado muchas cosas. La nube no exist¨ªa en 2001, solo era posible copiar en un CD. Ahora todo est¨¢ en streaming. El reto ahora es acabar con los abusos de las grandes empresas que negocian con la web y sus contenidos, y apoyar la sostenibilidad del trabajo cultural. Es una tarea pendiente que progresa en Espa?a, gracias al Estatuto del Artista, cuyo desarrollo est¨¢ incluido en el pacto de gobierno de PSOE y Podemos, presentado ayer, que tambi¨¦n incorpora de creaci¨®n de una ¡°oficina de derechos de autor¨ªa¡±. ¡°La pr¨®xima lucha ser¨¢ c¨®mo tarifar a YouTube¡±, se?ala Antonio Fern¨¢ndez, presidente de la Asociaci¨®n para el desarrollo de la propiedad intelectual (ADEPI), para quien ¡°el legislador ha entendido que en el entorno digital la gesti¨®n colectiva es m¨¢s importante que nunca¡±.
Borja Adsuara, abogado experto en Derecho digital, no lo ve as¨ª: ¡°La gesti¨®n colectiva se ha resentido con los operadores independientes, porque en digital la gesti¨®n puede ser individual, no as¨ª en lo f¨ªsico. Es muy probable que los grandes autores monten por su cuenta una agencia que les lleven sus derechos¡±. Esto supondr¨ªa el final de la solidaridad con el resto de autores, que ganan menos.
Los beneficios de los autores y el empleo cultural
El repunte de la industria cultural no se ha dejado sentir entre los autores. Jos¨¦ Luis Sevillano, director general de la gestora de derechos de autor Artistas Int¨¦rpretes o Ejecutantes de la m¨²sica (AIE), lo explica: ¡°Siguen aplic¨¢ndoles contratos con
royalties
antiguos a nuevos modelos de negocio¡±, asegura. Denuncia que Spotify destina un 60% de sus ingresos a retribuir derechos, pero que de cada 10 euros que paga un usuario
premium,
cinco son para el productor y solo 50 c¨¦ntimos para el artista.
Los ingresos de la industria musical se han desplomado desde 2000 en m¨¢s de un 70%. En 2013, tras 12 a?os de ca¨ªda, se toc¨® fondo, seg¨²n datos de Promusicae. 2006 fue el primero con ingresos digitales en Espa?a y 13 a?os despu¨¦s la m¨²sica digital suma el 71,2% y la f¨ªsica 28,8%. El 73,6% del mercado digital es por suscripciones de audio, con m¨¢s de 2,3 millones de abonados. En Espa?a, en 2018 se vendieron 6,54 millones de CD con ingresos de 53,8 millones de euros (un 19,5% de ca¨ªda con respecto a 2017). En el mundo, el
streaming
ha dado 9.000 millones de d¨®lares, y el 27% de la m¨²sica se escuch¨® fue en
smartphones,
seg¨²n los datos de las encuestas de la IFPI para su ¨²ltimo informe anual Global Music Report.
En 2019, adem¨¢s, se registr¨® el mejor dato laboral de estos 20 a?os: 726.600 personas trabajaron en alguna industria cultural.
Babelia
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