Exotismos espirituales y turismo literario
Las artistas consagradas Laurie Anderson y Patti Smith lideran dos proyectos multiculturales que acercan la m¨²sica experimental de Occidente a la meditaci¨®n trascendental
Cuando falleci¨® Lou Reed, su viuda, Laurie Anderson, observ¨® la creencia budista del bardo de la muerte, estado intermedio de siete semanas en que la conciencia va despeg¨¢ndose del cuerpo en el ciclo eterno entre una vida y la siguiente. Aquella experiencia queda ahora documentada en Songs from the Bardo (Smithsonian Folkways Recordings), donde la artista esta?do?unidense se acompa?a del m¨²sico tibetano Tenzin Choegyal y la compositora Jesse Paris Smith. Anderson lee fragmentos del Libro tibetano de los muertos con esa caracter¨ªstica serenidad suya capaz de apaciguar una tormenta. ¡°Me gustan las cosas que ofrecen un punto de vista y que, adem¨¢s, tienen el potencial de ayudar a la gente¡±, reflexiona. ¡°Son tiempos muy, muy duros en los que vivir. Descubr¨ª que estos textos me ayudaban personalmente, y que se puede contar una hermosa historia sobre la oscuridad¡±.
No es nuevo el inter¨¦s de la cultura pop por este texto milenario ¡ª?John Lennon ya lo citaba en canciones de los Beatles¡ª, pero aqu¨ª la apropiaci¨®n cultural se excusa en el rol central de Choegyal, que vivi¨® el bardo del marido de su hermana y lo recuerda como una experiencia terap¨¦utica. Aunque la gu¨ªa para o¨ªdos occidentales sea Anderson, que ta?e su viol¨ªn y repite el refr¨¢n ¡°escucha sin distraerte¡¯¡±, el fundamento lo aportan Choegyal ¡ªcuencos, flauta de bamb¨², dranyen, cantos en s¨¢nscrito¡ª y la hija de Patti Smith, que toca piano, cuencos y gong. Se generan as¨ª apacibles resonancias, lo m¨¢s pr¨®ximo que est¨¢ el sonido del sentido del tacto, y el resultado son 80 minutos que, sin obviar que el sendero hacia la reencarnaci¨®n est¨¢ plagado de temores surgidos ¡°de los espont¨¢neos manejos de la mente¡±, concitan un espacio mental que se ensancha hasta neutralizar la ansiedad de nuestra ¨¦poca. Experiencia vibrante m¨¢s que m¨²sica pautada, id¨®nea para acompa?ar la meditaci¨®n trascendental que Anderson y Reed practicaron durante a?os.
Otra aventura esot¨¦rica la propone la segunda colaboraci¨®n entre Soundwalk Collective y ?Patti ?Smith, The Peyote Dance (Bella Union-PIAS), basada en el libro que Antonin Artaud escribi¨® tras visitar a los tarahumaras en 1936, en M¨¦xico. Para dar unas conferencias sobre teatro, surrealismo y marxismo, viaj¨® a caballo guiado por un mestizo hasta las monta?as donde habitan los tarahumaras, buscando a un cham¨¢n que sanara su adicci¨®n al opio. Tras la introducci¨®n en castellano a cargo de Gael Garc¨ªa Bernal ¡ª¡°pens¨¦ en aquel momento que estaba viviendo los tres d¨ªas m¨¢s felices de mi vida: hab¨ªa cesado de aburrirme, de buscar una raz¨®n a mi vida y de tener que cargar mi cuerpo¡±¡ª se despliegan grabaciones de campo procesadas electr¨®nicamente. Y los sibilantes sonidos del viento, ecos captados en un ca?¨®n, cantos lejanos e insistentes ritmos de palos y rocas, edifican un inasible decorado para la palabra rescatada del escritor franc¨¦s.
Stephan Crasneanscki, gestor junto a Simone Merli de Soundwalk Collective, regres¨® de la tierra de los tarahumaras tras vivir la experiencia del peyote como un gratificante desvanecimiento de la individualidad: ¡°En el ¨¢mbito at¨®mico, no hay separaci¨®n entre t¨² y cualquier otro organismo: ¨¢rboles, hojas, flores, tambi¨¦n piedras y arena. No existe dualidad. Todo est¨¢ entrelazado, todo tiene alma y esa alma es eterna¡±. Este es el objetivo que parece vislumbrar The Peyote Dance mientras, desde un estudio neoyorquino, la autora de Horses canaliza la reverberaci¨®n de los poemas de Artaud, que a su regreso a Francia fue internado en un manicomio y sometido a electrochoques. La hipn¨®tica grabaci¨®n, que tendr¨¢ continuidad en pr¨®ximas entregas sobre los viajes de Arthur Rimbaud y Ren¨¦ Daumal, incluye dos canciones que sirven de asidero al trance.
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