Constantino B¨¦rtolo y la mancha rosa
La influencia del editor pervive a?os despu¨¦s de su retirada
Librotea, el recomendador de libros de EL PA?S, entreg¨® la semana pasada sus premios a tres editoriales: Anagrama, Libros del K.O. y Caballo de Troya. Es decir, a un sello ya cl¨¢sico de digamos clase media (hoy propiedad de Feltrinelli), a uno independiente de digamos clase obrera y a otro con esp¨ªritu independiente (en espa?ol de Espa?a, low cost) pero nacido en una multinacional (Penguin Random House). En la ceremonia de entrega se cit¨® a tres ausentes: Claudio L¨®pez Lamadrid, Jorge Herralde y Constantino B¨¦rtolo. A la altura de 2020 ya puede decirse que cada uno de ellos ha marcado a su manera la edici¨®n en espa?ol de las ¨²ltimas d¨¦cadas. La influencia de L¨®pez Lamadrid ya se glos¨® merecidamente cuando falleci¨® en enero del a?o pasado. La de Herralde, cuando Anagrama cumpli¨® medio siglo hace apenas unos meses. Deteng¨¢monos pues en B¨¦rtolo, antiguo responsable de Debate, fundador en 2004 de Caballo de Troya y hoy retirado.
Para ilustrar por qu¨¦ el tiempo le ha dado la raz¨®n -generacional, literaria y hasta ideol¨®gicamente- basta recordar que fue ¨¦l quien public¨® los primeros libros de veintea?eros y veintea?eras que terminaron abriendo camino a sus coet¨¢neos. Ahora parece obvio, pero alguien ten¨ªa que apostar por Ray Loriga en 1992, por Marta Sanz en 1995, por Elvira Navarro en 2007 y por Cristina Morales en 2013, cuanto la autora de Lectura f¨¢cil ten¨ªa 28 a?os y -tras los cuentos de La merienda de las ni?as, editado por Cuadernos del Vig¨ªa y firmado a¨²n como Garc¨ªa Morales- public¨® Los combatientes, novela que este mes reedita, precisamente, Anagrama. Ese alguien fue Constantino B¨¦rtolo. Si a esto sumamos su precoz apuesta por las carreteras menos transitadas de Am¨¦rica Latina -Mario Levrero, Lina Meruane- y por lenguas espa?olas que no son el castellano -Eider Rodr¨ªguez, Francesc Ser¨¦s- completaremos el retrato intelectual de un lector que en los a?os de vacas gordas avis¨® de que est¨¢bamos barriendo la precariedad debajo de la alfombra, como si las relaciones de clase y g¨¦nero -y hasta de g¨¦nero literario- no estuvieran en plena ebullici¨®n.
Cuando B¨¦rtolo se jubil¨® en 2014, L¨®pez Lamadrid decidi¨® que Caballo de Troya quedar¨ªa cada a?o en manos de un editor invitado. En 2021 el cineasta Jon¨¢s Trueba tomar¨¢ el relevo de Luna Miguel y Antonio J. Rodr¨ªguez, titulares este a?o y el pasado. Como dijo la propia Miguel en la fiesta de Librotea recordando la frase de un colega sobre el color de la cubierta de sus caballos: la mancha rosa crece. Si en marzo pasado creci¨® con un libro redondo como Cambiar de idea, de Aixa de la Cruz, este marzo, la semana que viene, lo har¨¢ con uno de los m¨¢s esperados de la temporada, Reina, de Elizabeth Duval. Firmado por una autora trans nacida hace 19 a?os en Alcal¨¢ de Henares, Reina empieza siendo el previsible diario parisino de una universitaria ¡°hueca y superior¡± para convertirse en un l¨²cido an¨¢lisis que no se deja nada fuera: ni el gusto milenial por los selfies ni el incendio de Notre Dame, ni las ideas de Blaise Pascal -digamos a favor- ni las de Paul B. Preciado -digamos en contra-. Un libro irregular pero vivo que, como dec¨ªa el propio B¨¦rtolo en una de las contracubiertas que ¨¦l mismo escrib¨ªa, ¡°no cabe en una frase y eso es mala cosa, me dice la responsable de marketing¡±. Puede que hoy -y en parte gracias a ¨¦l- ya no sea tan mala.
Babelia
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