La escritora Cristina Morales, premio Nacional de Narrativa por ¡®Lectura f¨¢cil¡¯
"Un libro no derroca un gobierno, pero leer ya es un acto emancipatorio", afirma la autora granadina, de 34 a?os, que en su novela da voz a cuatro mujeres con discapacidad intelectual
¡°Por tratarse de una propuesta radical y radicalmente original, que no cuenta con una genealog¨ªa en la literatura espa?ola y que destaca por la recreaci¨®n de la oralidad, unos personajes extraordinarios y su lectura del contexto pol¨ªtico en el que se desarrolla¡±. Con estas razones justific¨® este martes el jurado del Premio Nacional de Narrativa el galard¨®n ¡ªdotado con 20.000 euros¡ª que acababa de conceder a la novela Lectura f¨¢cil (Anagrama), con la que Cristina Morales hab¨ªa ganado ya el premio Herralde el a?o pasado.
La ¡°propuesta¡± de la autora, granadina, de 34 a?os, consiste en poner a hablar a cuatro mujeres que, clasificadas administrativamente con diversos grados de discapacidad intelectual, conviven en un piso tutelado por la Generalitat de Catalu?a. La ¡°recreaci¨®n¡± de la oralidad consiste en mezclar con naturalidad las cuatro primeras personas de las protagonistas con mensajes de Whatsapp, intervenciones en una asamblea y p¨¢rrafos compuestos siguiendo el m¨¦todo de ¡°lectura f¨¢cil¡± que, con cierta iron¨ªa, da t¨ªtulo al libro.
Ese m¨¦todo consiste en adaptar un texto ¡ªen el fondo y en la forma¡ª para hacerlo m¨¢s comprensible a personas con ¡°problemas cognitivos¡±. Por ejemplo, la Constituci¨®n espa?ola de 1978, cuya adaptaci¨®n oficial a cargo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad comienza as¨ª: ¡°El t¨ªtulo preliminar dice que Espa?a es: / Un pa¨ªs que respeta los derechos de las personas. / Una democracia, porque los espa?oles pueden votar a sus representantes. / Una monarqu¨ªa parlamentaria, / porque el Rey es el m¨¢ximo representante de todos los espa?oles / y porque hay un Parlamento para debatir, votar y cambiar las leyes¡±.
En cierto sentido, la novela reci¨¦n premiada es una enmienda a la totalidad de ese t¨ªtulo preliminar y de casi todos los art¨ªculos que le siguen. Con una crudeza que, en efecto, no cuenta con una genealog¨ªa clara en la narrativa espa?ola ¡ªla poes¨ªa y la m¨²sica van por otro carril¡ª, los personajes de Morales ponen en duda que sus derechos sean respetados y que aquellos que quieren normalizar su vida o castrar su sexualidad representen a democracia alguna. Del Rey ni hablamos trat¨¢ndose de una obra demoledora con la izquierda oficial y extraoficial ¡ªAda Colau y la CUP son blanco de varios dardos¡ª que, por toda ilustraci¨®n, en la cubierta lleva el lema ¡°Ni amo / ni dios / ni marido / ni partido / ni de f¨²tbol¡±.
La escritora recibi¨® la noticia en La Habana, donde participa estos d¨ªas en un programa de promoci¨®n internacional de la literatura espa?ola promovida por el Ministerio de Asuntos Exteriores. No le escama, dice en conversaci¨®n telef¨®nica, tanta unanimidad en torno a una obra tan ¨¢cida: ¡°El libro responde a un proceso m¨ªo de politizaci¨®n y de toma de conciencia respecto a situaciones dolorosas y opresivas, y me alegra que haya trascendido a gente que est¨¢ en la misma mierda¡±. Es, eso s¨ª, consciente de que los vientos del feminismo y de la indignaci¨®n le son favorables: ¡°La sensibilidad lectora va por rachas. As¨ª se construyen las tradiciones literarias. ?Mi tradici¨®n? La que va del Arcipreste de Hita, que ya era muy guarro, pasa por el Lazarillo y Quevedo y termina en Makoki y la tradici¨®n fanzinera y libertaria an¨®nima¡±.
Nacida en Granada y residente en Barcelona, Cristina Morales es licenciada en Derecho y en Ciencias Pol¨ªticas. Lleva un mes fuera de la capital catalana pero le ¡°encantar¨ªa¡± estar all¨ª y ver ¡°vac¨ªas o ardiendo¡± las ¡°zonas comerciales que los barceloneses no poseen porque est¨¢n en manos del turismo¡±. Dicho esto, considera que el proc¨¦s es ¡°un aburrimiento, un contubernio entre ¨¦lites¡±.
¡°Los razonamientos deben ser llevados al absurdo para probar su falibilidad¡±, se lee en un pasaje de Lectura f¨¢cil. Esa frase resume bien el esp¨ªritu que mueve esa novela y cada una de las tres publicadas anteriormente por su autora, muy diferente cada una de la anterior. Si en Los combatientes (Caballo de Troya, 2015) narraba la vida de un grupo de teatro antiburgu¨¦s y en Malas palabras (Lumen, 2015) se pon¨ªa en la piel de Santa Teresa de Jes¨²s, en Terroristas modernos (Candaya, 2017) relataba el intento frustrado de asesinar a Fernando VII en febrero de 1816.
?Tiene la literatura posibilidades reales de intervenci¨®n pol¨ªtica? ¡°Un libro no derroca un gobierno¡±, responde, ¡°pero el mero acto de la lectura ya es emancipatorio. Son los poderosos los que quieren escindir acci¨®n y pensamiento. Me parece machista pensar que la ¨²nica forma de actuar pol¨ªticamente es volcar un contenedor¡±. Imprevisible e inclasificable ¡ª?solo anarquista?, ?solo feminista?¡ª, Cristina Morales ha conseguido superar de un plumazo la vieja tensi¨®n de la novela social entre el lenguaje de la revoluci¨®n y la revoluci¨®n del lenguaje. En su caso, original y radical significan exactamente lo mismo.
La novela que no quiso publicar Seix Barral
Cristina Morales es experta en Relaciones Internacionales, pero la cara menos formal de su curr¨ªculo destaca su pertenencia a la compa?¨ªa de danza Iniciativa Sexual Femenina y al colectivo Acci¨® Llibertaria del barrio barcelon¨¦s de Sants, de cuya actividad se recoge una muestra en Lectura f¨¢cil: un fanzine inserto, con su propio dise?o, en las p¨¢ginas convencionales de la novela sirve para criticar los discursos de personas reales como la fil¨®sofa alemana Carolin Emcke ¡ªautora de Contra el odio¡ª o del actor con s¨ªndrome de Down Pablo Pineda.
Fue precisamente la presencia de personas e instituciones con nombre y apellidos el origen de su desencuentro con la editorial destinada originalmente a publicar Lectura f¨¢cil, Seix Barral. "Me pidieron modificaciones que afectaban al coraz¨®n cr¨ªtico de la novela. Yo no quise adoptarlas y la retir¨¦", explica Morales, que este martes tom¨® el relevo en el premio Nacional de Narrativa a Almudena Grandes y Fernando Aramburu, galardonados respectivamente en 2018 y 2017.
Babelia
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