El arte busca dinero limpio
El informe encargado por TEFAF, la Feria de Arte y Antig¨¹edades de Maastricht, constata un relevo generacional y el afianzamiento del mecenazgo privado en el mercado
El mecenazgo y los patronos del arte componen un d¨²o con siglos de solera, que experimenta hoy un cambio igualmente profundo. No es solo que las leyes reguladoras de la financiaci¨®n de la cultura sean dif¨ªciles de acordar ¨Ccomo sucede con la espa?ola, todav¨ªa en el aire ¨C, sino que los fil¨¢ntropos actuales van m¨¢s all¨¢ del apoyo contable prestado por sus predecesores a museos e instituciones. Las nuevas generaciones se preocupan cada vez m¨¢s de la transparencia, cuestionan la ¨¦tica de donaciones procedentes, entre otras, de petroleras, y surgen nuevos modelos y protagonistas. El micromecenazgo y los propios artistas, o incluso blogueros conocidos, pueden reunir fondos a favor del arte, ahora que el sector p¨²blico reduce su desembolso, sobre todo en Europa y Estados Unidos. El informe Patrocinio del arte en el siglo XXI, encargado por la Feria de Arte y Antig¨¹edades de Maastricht (TEFAF) que se presenta este viernes analiza su evoluci¨®n.
El informe subraya la necesidad de repensar la forma de obtener fondos privados y p¨²blicos, porque las redes sociales est¨¢n cambiando la percepci¨®n de lo que es aceptable. Hay ejemplos claros, como el de British Petroleum (BP) que en 2017 se retir¨® de las Tate Arte Galleries brit¨¢nicas, tras 26 a?os de patronazgo. O el museo Van Gogh, de ?msterdam, que dej¨® de colaborar con la multinacional Shell en 2018, tras 18 a?os. ¡°Hay que buscar soluciones, porque en Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha recortado los fondos p¨²blicos para el arte y la cultura, y en el Reino Unido est¨¢ por ver qu¨¦ ocurrir¨¢ con el Brexit¡±, se?ala Anders Petterson, que deposita en las nuevas formas de patrocinio que asoman el futuro de ¡°la relevancia¡± del arte.
Petterson, fundador y director gerente de ArtTactic y supervisor de este informe, indica que en 2018 las donaciones filantr¨®picas ascendieron en Estados Unidos a 428.000 millones de d¨®lares (cerca de 381.000 millones de euros). De estos, unos 292.000 millones de d¨®lares fueron desembolsados por particulares, y el sector del arte y la cultura recibi¨® 19.500 millones (17.233 millones de euros). Por otra parte, el Consejo de las Artes del Reino Unido ha constatado que el 91% de los organismos culturales y art¨ªsticos percibieron alg¨²n tipo de apoyo privado en el a?o fiscal 2017-2018. Y que los donativos individuales sumaron en el pa¨ªs el 43% de la inversi¨®n privada del sector. Petterson atribuye las cifras ¡°al recorte de los fondos procedentes de patronos p¨²blicos en Europa y Estados Unidos".
La evoluci¨®n del mecenas corre paralela a estos cambios y la generaci¨®n millennial junto a la generaci¨®n Z est¨¢n reinventando la figura del patr¨®n del arte. As¨ª, ¡°mientras sus padres se sent¨ªan bien con el mecenazgo privado, que les permit¨ªa adem¨¢s acceder a c¨ªrculos sociales selectos, a los nuevos les llena el voluntariado o las iniciativas en grupo, y les preocupa el efecto de sus actividades¡±. De ah¨ª que cada vez cobre mayor peso el aspecto ¨¦tico de la filantrop¨ªa, sobre todo en la ¨²ltima d¨¦cada. ¡°Ahora se quiere saber c¨®mo se ha generado el dinero, si llega de una firma petrolera o de una farmac¨¦utica, por ejemplo. La moral y la ¨¦tica ya estaban presentes, pero ahora mucho m¨¢s, por los movimientos sociales¡±, sigue Petterson. La tecnolog¨ªa tambi¨¦n juega un papel, con la financiaci¨®n colectiva o micromecenazgo, que pueden promover formas democr¨¢ticas de apoyo.
Petterson recuerda que si dejamos de mirar el mundo del arte con ojos occidentales, ¡°veremos que en los mercados de Asia, ?frica, Oriente Medio y Am¨¦rica Latina surge un nuevo ecosistema de iniciativas y patronos¡±. En conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S poco antes de viajar a TEFAF, Petterson cita, entre otros, proyectos filantr¨®picos como el Fondo ?rabe para el arte y la Cultura (AFAC, en sus siglas en ingl¨¦s). ¡°O el reciente Fondo de Cultura Africana (AFC, tambi¨¦n en ingl¨¦s), adem¨¢s de la aparici¨®n de artistas africanos que crean sus propios programas de apoyo a las nuevas generaciones, como en el Espacio para Artistas Invitados (G.A.S), un programa abierto en Lagos (Nigeria). En Argentina hay museos de arte privados, como el de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). Y en India o Banglad¨¦s, donde la pobreza y la sanidad acaparan la realidad, tambi¨¦n cabe la cultura, pero aqu¨ª, la filantrop¨ªa se centra m¨¢s en lo que puede hacer el arte por la sociedad¡±, se?ala.
Algunos magn¨ªficos de TEFAF
Solo tres de los 280 marchantes de arte inscritos este a?o en TEFAF, la Feria de Arte y Antig¨¹edades, de Maastricht, se han dado de baja por culpa del coronavirus, seg¨²n los organizadores, y se han extremado las medidas de higiene. Con la cita en marcha, varias obras destacan por su historia, precio o especial belleza. La primera es un lienzo de Van Gogh titulado Mujer campesina frente a una caba?a (1885). A pesar de que lleva su firma, Vincent, en 1968 fue comprado por 45 libras en una tienda de Londres. Una vez confirmada la autor¨ªa, la vende la galer¨ªa brit¨¢nica Dickinson por 15 millones de euros. L¨®pez de Arag¨®n, que cumple 25 a?os en la feria, ha tra¨ªdo desde Madrid el ¨®leo de Sorolla Fiesta valenciana (1893), que estuvo en manos privadas durante 40 a?os. Sale por 2,6 millones de euros. La galer¨ªa Mayoral, de Barcelona, presenta un mural de Eduardo Chillida, de 1985. Es de arcilla cocida con ¨®xido de cobre y no hay otros a la venta en el mercado. Vale 3,5 millones de euros. La madrile?a Caylus presenta el Retrato de Juan L¨®pez Robredo, de Goya, por 3,5 millones. El modelo era el jefe de dise?adores de la corte de Carlos IV.Y para los nost¨¢lgicos de la realeza, el marchante de joyas londinense Hancocks tiene una tiara de diamantes de 1890 lucida por la sexta marquesa de Anglesey en 1937, en la coronaci¨®n del rey Jorge VI, padre de la reina Isabel II
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.