Olga Orozco, la poeta del surrealismo cotidiano
La escritora argentina, influenciada por la ni?ez, la muerte y la soledad, desarroll¨® un estilo casi m¨¢gico que la convirti¨® en un referente literario hispanoamericano del siglo XX
Olga Orozco vivi¨® desde ni?a, y casi sin saberlo, por y para la literatura. Estudi¨® Magisterio pero nunca ejerci¨® de maestra. Sin embargo, la influencia del paisaje de su ni?ez marc¨® su inspiraci¨®n, sus anhelos y sus sue?os, y supo volcar todo ese torrente de expresividad y emotividad en la escritura y, sobre todo, en la poes¨ªa.
Desde muy joven destac¨® con un estilo personal influenciado por el surrealismo, y en sus poemas supo reflejar lo cotidiano casi de una forma m¨¢gica. Con una personalidad arrolladora, se convirti¨® en una escritora infatigable que hasta lleg¨® a utilizar ocho seud¨®nimos a la vez seg¨²n los textos que escribiera, desde cr¨ªtica teatral a cr¨®nicas como periodista, pasando por el hor¨®scopo en el diario argentino ¡®Clar¨ªn¡¯.
Olga Orozco es una de las poetas argentinas m¨¢s importantes en Hispanoam¨¦rica a partir de la d¨¦cada de los a?os 40 del siglo pasado. Recibi¨® en 1998 el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, una de las distinciones m¨¢s importantes en lengua castellana, y es considerada la art¨ªfice de un gran proceso renovador en el estilo y en las formas en la poes¨ªa hispanoamericana durante la segunda d¨¦cada del siglo XX.
Olga Nilda Gugliotta Orozco naci¨® en la peque?a localidad argentina de Toay, en el centro del pa¨ªs, tal d¨ªa como hoy, 17 de marzo, hace cien a?o, en 1920. Hija de un siciliano y de una argentina, los paisajes de la inmensa pampa quedaron en su retina para siempre a pesar de que a los ocho a?os la familia se mud¨® a Bah¨ªa Blanca y en 1936 a Buenos Aires.
Olga Orozco se gradu¨® en Magisterio, profesi¨®n que nunca ejerci¨®, y m¨¢s tarde se licenci¨® en Filosof¨ªa y Letras. En aquellos a?os de estudios universitarios entr¨® a formar parte del grupo literario surrealista ¡®Tercera Vanguardia¡¯. Desde los primeros momentos en que Olga decidi¨® plasmar en papel lo que pasaba por su mente la influencia de los relatos de su abuela Mar¨ªa Laureana se reflejaron en una po¨¦tica en la que la infancia fue siempre un punto de partida.
Pero la joven a¨²n aprendiz de poeta tuvo muchas m¨¢s experiencias vitales que la fueron curtiendo en su vocaci¨®n. De hecho, su v¨ªnculo con el tarot la llev¨® a escribir poemas como ¡®Cartomancia¡¯ o ¡®Para destruir a la enemiga¡¯ y a ritualizar cada gesto vinculado con el oficio de escribir, hasta el punto de confesar que acostumbraba a hacerlo con una piedra en cada mano: una de donde naci¨® su padre, otra de la tierra de su madre y, m¨¢s adelante, con una tercera que le hab¨ªa obsequiado un amigo de la infancia cuando se mud¨® de Toay a Bah¨ªa Blanca.
Siempre incansable, trabaj¨® como periodista empleando hasta ocho seud¨®nimos a la vez y hasta dirigi¨® algunas publicaciones literarias. Colabor¨® en la revista ¡®Canto¡¯, que dirig¨ªa su primer esposo, el poeta Miguel ?ngel G¨®mez, y que logr¨® reunir a la que despu¨¦s se conoci¨® como la Generaci¨®n Literaria del 40. En esos a?os colabor¨® realizando comentarios sobre teatro cl¨¢sico espa?ol y argentino en Radio Municipal; fue actriz teatral entre 1947 y 1954 y trabaj¨® en Radio Splendid en la compa?¨ªa de Nydia Reynal y H¨¦ctor Coire. En los a?os 60 tambi¨¦n fue redactora en la revista ¡®Claudia¡¯ y elabor¨® el hor¨®scopo del diario ¡®Clar¨ªn¡¯ entre los a?os 1968 y 1974.
Siempre reconoci¨® que su producci¨®n literaria estuvo influenciada por autores de ¨¢mbitos tan distintos como san Juan de la Cruz, Rimbaud, G¨¦rard de Nerval, Charles Baudelaire, Czeslaw Milosz y Rainer Maria Rilke, aunque por encima de todo destaca su capacidad po¨¦tica.
La obra de Olga Orozco est¨¢ llena de escenas m¨¢gicas en lo cotidiano, lo que le abri¨® nuevas posibilidades de lenguaje a trav¨¦s de s¨ªmbolos, im¨¢genes y percepciones. Sus temas son una exploraci¨®n continua en busca de la verdad del mundo interior a trav¨¦s de la sensibilidad y de la reflexi¨®n. Su obra es un dialogo continuo con el m¨¢s all¨¢, con sus ausencias amadas, con la soledad y con ni?a que fue. Todo ello a trav¨¦s de una expresi¨®n personal y vital que deriv¨® en el verso libre y el vers¨ªculo con la utilizaci¨®n de figuras ret¨®ricas como el tropo y el ox¨ªmoron.
Con 18 vol¨²menes publicados, es considerada una figura fundamental en la poes¨ªa argentina e hispanoamericana de la d¨¦cada de 1940. Entre sus obras m¨¢s destacadas figuran ¡®Desde lejos¡¯ (1946), ¡®Las muertes¡¯ (1952), ¡®Los juegos peligrosos¡¯ (1962), ¡®Museo salvaje¡¯ (1974), ¡®Veintinueve poemas¡¯ (1975), ¡®Cantos a Berenice¡¯ (1977), ¡®Mutaciones de la realidad¡¯ (1979), ¡®La noche a la deriva (1984), ¡®En el rev¨¦s del cielo¡¯ (1987) y ¡®Con esta boca, en este mundo¡¯ (1984). Asimismo, escribi¨® dos libros de relatos autobiogr¨¢ficos, ¡®La oscuridad es otro sol¡¯ (1962) y ¡®Tambi¨¦n la luz es un abismo¡¯ (1995), y tambi¨¦n una obra de teatro: ¡®Y el humo de tu incendio est¨¢ subiendo¡¯ (1971).
El gran amor de Olga Orozco, a pesar de su primer matrimonio fallido con el poeta Miguel ?ngel G¨®mez, fue el arquitecto Valerio Peluffo. Se cas¨® con ¨¦l en 1965 y estuvieron juntos 25 a?os hasta el fallecimiento de ¨¦ste en 1990. La poeta argentina a¨²n le sobrevivi¨® nueve a?os, ya que falleci¨® el 15 de agosto de 1999 en el sanatorio Anchorena, en Buenos Aires, a los 79 a?os de un fallo cardiaco.
El recuerdo de Olga Orozco, como el de su obra po¨¦tica, sigue muy presentes, de manera especial en Argentina, donde en 1994 se abri¨® en su localidad natal de Toay la Casa Museo Olga Orozco. En ella se realizan actividades culturales en torno a su producci¨®n literaria y se puede consultar su amplia biblioteca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.