Muere la fil¨®loga Iris M. Zavala a los 84 a?os

Iris M. Zavala, que al filo del milenio escribi¨® sobre las siete plagas y sus paradojas, ha sido fatalmente v¨ªctima de una. Desde su Puerto Rico natal, donde naci¨® en Ponce en 1936, lleg¨® a la Salamanca de Fernando L¨¢zaro Carreter para licenciarse en Filolog¨ªa rom¨¢nica y doctorarse muy pronto con una tesis sobre Unamuno. Nunca la dej¨® esta atenci¨®n a la obra del rector salmantino, escritor y pensador siempre en debate consigo mismo, con las ideas y con los dem¨¢s. Su ¡°pensamiento dial¨®gico¡± la llevar¨¢ a estudiarlo junto a Mijail M. Bajt¨ªn en un libro de 1991. Su fidelidad al te¨®rico ruso signific¨® postularlo como una de las referencias de la teor¨ªa m¨¢s s¨®lida cuando los estudios literarios empezaban a infectarse por el virus posmoderno de la deconstrucci¨®n y el ¡°pensiero debole¡±.

Iris era fil¨®loga de una pieza, comenzando por su habla, de seductora fluencia caribe?a y notable precisi¨®n expresiva conforme, en sus registros, a las distintas situaciones comunicativas. Y, en lo que a la escritura se refiere, bien merece el calificativo de pol¨ªmata, pues cultiv¨® un abanico muy amplio de realizaciones filol¨®gicas.

Mereci¨®, as¨ª, tres veces el premio Nacional de Literatura en Puerto Rico. Y en dos ocasiones, el Pen Club distingui¨® sendos libros suyos. Uno era un ensayo admirable sobre el bolero; el otro, una de sus novelas, no precisamente aquella que se inspira asimismo en nuestra m¨²sica popular: Percanta que me amuraste. Su rigurosa formaci¨®n human¨ªstica la hizo conocedora y estudiosa de toda nuestra literatura: desde Cervantes, Garcilaso el Inca y Juana de Asbaje hasta la novela realista, Rosal¨ªa y B¨¦cquer, el modernismo hisp¨¢nico, Valle-Incl¨¢n o Juan Ram¨®n. Con ese bagaje, era la mujer indicada para una empresa necesaria y dificultosa, como sus autores reconocieron al definir como una ¡°inicial escaramuza¡± la primera Historia social de la literatura espa?ola escrita desde los supuestos del ¡°pensamiento fuerte¡± marxista. Faltaban muchos estudios de desbroce, como el de No?l Salomon sobre el tema campesino en el teatro de Lope, pero Iris, Julio Rodr¨ªguez Pu¨¦rtolas y Carlos Blanco Aguinaga asumieron el compromiso.

En cuanto a otros hitos, destaca su direcci¨®n de una historia feminista de la literatura espa?ola, sustanciada finalmente en seis vol¨²menes aparecidos entre 1993 y 2002, el ¨²ltimo de ellos extendido tambi¨¦n a la lengua catalana, gallega y vasca. Iris M. Zavala ejercit¨® con ¨¦xito los cuatro brazos que articulan los estudios literarios: historia, critica, teor¨ªa y comparatismo. En la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) profes¨® nuestra literatura, pero tambi¨¦n la comparada. Y desde 1983 desempe?¨® en Utrecht c¨¢tedra de Literatura hisp¨¢nica. Tampoco le fue ajeno el debate te¨®rico, que encar¨® sobre todo cuando se abr¨ªa un campo de indefinici¨®n y superficialidad a que Iris supo oponerse.

Su legado intelectual est¨¢ desde 2003 en el Seminario de Estudios interdisciplinarios de la mujer de la Universidad de M¨¢laga. Iris fue, adem¨¢s, poeta. Por eso, quienes nunca la olvidaremos, acaso podamos recurrir para su despedida a unas palabras eminentes de Emily Dickinson traducidas por Amalia Rodr¨ªguez Monroy: ¡°Detr¨¢s de Mi ¨Cla Eternidad desciende¨C / Ante Mi ¨Cla Inmortalidad¨C/ Yo ¨Cel L¨ªmite intermedio¨C¡±.