El pintor chino que se cuela en el podio del mercado del arte
Zao Wou-Ki es el artista m¨¢s cotizado de 2019 tras Monet y Picasso
Despu¨¦s de Claude Monet y Pablo Picasso, comienza el reinado de Zao Wou-Ki. En la industria del arte nadie hace m¨¢s dinero que ellos, por ese orden, seg¨²n el listado anual del portal especializado ArtPrice. Los dos primeros son nombres universales, pero llama la atenci¨®n el lugar privilegiado que ocupa el pintor francochino, por encima de cl¨¢sicos como Van Gogh o contempor¨¢neos como Warhol, pese a ser un desconocido para el gran p¨²blico. Su cotizaci¨®n, sin embargo, se ha disparado en los ¨²ltimos a?os. En gran medida porque la fusi¨®n de Oriente y Occidente que encarna tanto su obra como su biograf¨ªa despierta el apetito de un mercado cada vez m¨¢s global.
Zao, nacido en 1921 en una China republicana, parec¨ªa destinado a la creaci¨®n por su nombre de pila, Wou-Ki, que puede traducirse como ¡°sin ataduras¡±, y por su temprana destreza con el pincel de caligraf¨ªa, habilidad que llev¨® a su padre, banquero, a matricularle en la Escuela de Bellas Artes de Hangzhou. All¨ª se form¨® en los est¨¢ndares del arte chino cl¨¢sico, pero el joven Zao pronto qued¨® fascinando ante las obras de Matisse y C¨¦zanne, las cuales descubri¨® en postales y revistas extranjeras. Todo esto sucedi¨® en la d¨¦cada de los treinta, antes de que Mao Zedong tachara tales intereses de ¡°tribulaciones burguesas¡±. Zao escap¨® por los pelos: en 1948, un a?o antes de que el Gran Timonel se impusiera en la guerra civil y a?adiera el adjetivo de ¡°Popular¡± a la Rep¨²blica, el pintor se mud¨® a Par¨ªs.
Tras 36 d¨ªas de traves¨ªa, se instal¨® en un apartamento en Montparnasse y ah¨ª retom¨® su trabajo. Pronto tuvo lista una primera exposici¨®n, que suscitar¨ªa los halagos de Picasso y Mir¨®. Los cuadros de aquellos d¨ªas reflejan un intento de imitar a cl¨¢sicos occidentales como Rembrandt. Zao todav¨ªa manten¨ªa una marcada vena figurativa fruto de su academicismo chino, hasta que acab¨® por abandonarse a la abstracci¨®n. Fue entonces cuando su pintura tom¨® las formas que le har¨ªan famoso. Sus obras se convirtieron en masas de color y formas confusas, aunque con destellos orientales como la inspiraci¨®n caligr¨¢fica.
Con los a?os, Zao adoptar¨ªa tonos m¨¢s en¨¦rgicos, influenciado por el expresionismo abstracto despu¨¦s de una visita a Nueva York a mediados de siglo. En 1972 regres¨® por primera vez a China, casi 30 a?os despu¨¦s de su partida. All¨ª reconect¨® con sus ra¨ªces, lo que dio comienzo a una ¨²ltima etapa de naturaleza m¨¢s reflexiva. Pero solo fue una visita. Zao acab¨® sus d¨ªas como un pintor plenamente franc¨¦s, nacionalizado en 1964 y miembro de la Academia de Bellas Artes francesa desde 2002. En 2006 recibi¨® la Legi¨®n de Honor de manos de su amigo, el presidente Jacques Chirac, que como obsequio de despedida de su gabinete recibi¨® una obra del pintor francochino.
Grande en Hong Kong
Zao dej¨® de pintar en los ¨²ltimos a?os de su vida tras ser diagnosticado con Alzheimer y falleci¨® en la ciudad suiza de Nyon en 2013. Por aquel entonces sus creaciones ya alcanzaban importes de seis cifras, pero la explosi¨®n todav¨ªa estaba por llegar. Entre 2009 y 2014 las ventas de su obra se triplicaron, lo que desemboc¨® en una escasez que dispar¨® su precio. Solo en la primera mitad de 2019 Zao gener¨® 143 millones de euros, seg¨²n datos de ArtPrice. Es, adem¨¢s, de los pocos artistas internacionales que recauda la mayor¨ªa de sus ingresos en Hong Kong: hasta un 76% de sus operaciones se producen all¨ª. Estos d¨ªas, coleccionistas chinos husmean cada esquina de la excolonia brit¨¢nica en busca de su firma mientras los galeristas franceses se frotan las manos. No en vano fue all¨ª donde en 2018 se vendi¨® su pieza m¨¢s cara hasta la fecha, Juin-Octobre 1985, subastada por 60 millones de euros. Este mural de m¨¢s de 10 metros de largo se convirti¨® en la obra asi¨¢tica mejor pagada de la historia.
El quid de su ¨¦xito reside en la capacidad de amalgamar formas creativas de todo el mundo. Su paleta reconcilia la experimentaci¨®n del Avant-garde con la inmutable tradici¨®n oriental. Todos encuentran en ¨¦l algo familiar. ¡°Zao aspira a recrear con ¨®leos las veladuras de la tinta¡±, destaca Crist¨®bal Ortega, artista espa?ol afincado en Pek¨ªn. ¡°En ese sentido, tiene paralelismos con Turner, quien siendo figurativo est¨¢ muy cerca de la abstracci¨®n¡±. El pintor chino Lin Mo, en cambio, encuadra su estilo ¡°en el yixiang, la abstracci¨®n de nuestro pa¨ªs, por eso su mirada es distinta de la de sus coet¨¢neos europeos¡±. El propio Zao asegur¨® que ¡°todo el mundo est¨¢ atado a una tradici¨®n¡±, antes de a?adir: ¡°Yo, en cambio, a dos¡±.
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