Un ¡®R¨¦quiem¡¯ olvidado para una reina culta y pac¨ªfica
La Madrile?a recupera la obra de difuntos para B¨¢rbara de Braganza compuesta por Jos¨¦ de Nebra, otra pieza maestra enterrada
Despu¨¦s de d¨¦cadas en guerra a lo largo del siglo XVIII, a Espa?a le vino un periodo de paz con Fernando VI en el trono. Su esposa, B¨¢rbara de Braganza, ha sido quiz¨¢s la reina m¨¢s sofisticada que ha tenido la corona en siglos. Prefer¨ªa la armon¨ªa al caos estridente legado por la personalidad bipolar de su suegro. Y eso quiz¨¢s le ven¨ªa de su amor por la m¨²sica. Por eso tuvo un entierro a la altura de sus pasiones con el R¨¦quiem que Jos¨¦ de Nebra compuso para su funeral. Una obra que ha quedado en el olvido y ahora recupera La Madrile?a en la primera grabaci¨®n que se realiza de la misma, bajo la direcci¨®n de Jos¨¦ Antonio Monta?o.
En plena expansi¨®n de la corriente italianizante, a Jos¨¦ de Nebra (Calatayud, 1702- Madrid, 1768) le toc¨® guardar en cierto sentido las esencias en la corte madrile?a. No se cerr¨® a nada, en cambio; de hecho supo incorporar las mejores corrientes europeas sin que la tradici¨®n musical espa?ola se disipara. El R¨¦quiem dedicado a B¨¢rbara de Braganza es un ejemplo de esa fusi¨®n equilibrada dentro de un di¨¢logo musical de altura. ¡°Nebra es un compositor absolutamente moderno en su ¨¦poca¡±, afirma Monta?o. Y a?ade: ¡°Lo demuestra en sus zarzuelas, donde utiliza los nuevos recursos formales y expresivos que ven¨ªan fundamentalmente de Italia y que influyeron en todos los compositores europeos desde principios del siglo XVII. Pese a los problemas de comunicaciones y las enormes distancias, era habitual que los m¨²sicos estuvieran al d¨ªa de lo que ocurr¨ªa a miles de kil¨®metros¡±.
¡°En este ¡®R¨¦quiem¡¯ fue capaz de fundir orquesta y coros, lo moderno y lo antiguo, con una naturalidad que demuestra su condici¨®n de gran maestro¡±, dice Jos¨¦ Antonio Monta?o sobre Jos¨¦ de Nebra
La curiosidad mov¨ªa el arte someti¨¦ndolo a continuos mestizajes que enriquecieron y mantuvieron la m¨²sica al d¨ªa en cada estilo. En el g¨¦nero sacro, Nebra supo conciliar a Bach con Tom¨¢s Luis de Victoria: el barroco alem¨¢n con el riqu¨ªsimo legado del Renacimiento espa?ol. ¡°El uso del doble coro, por ejemplo, como era costumbre primero en Italia y despu¨¦s en Espa?a. En la Real Capilla, donde trabajaba Nebra, se integraron estos aspectos de manera magistral con otros provenientes de la Italia moderna que convivieron en las partituras de este compositor¡±, se?ala Monta?o.
La obra dedicada a Braganza es un magn¨ªfico ejemplo de ello. ¡°En este R¨¦quiem fue capaz de fundir orquesta y coros, lo moderno y lo antiguo, con una naturalidad que demuestra su condici¨®n de gran maestro¡±, afirma el director. Pero tambi¨¦n, adelanta soluciones que empezar¨¢n a cuajar d¨¦cadas m¨¢s tarde. ¡°La orquesta no se limita a doblar a las voces cantadas sino que aporta l¨ªneas independientes de acompa?amiento, hasta tal punto que se observan en esta obra pasajes orquestales casi mozartianos y eso que este R¨¦quiem est¨¢ escrito en 1758, cuando Mozart contaba apenas dos a?os de vida¡±, opina Monta?o.
?Por qu¨¦ una obra tan avanzada a su tiempo queda relegada? ¡°Desgraciadamente, hay mucho desconocimiento del gran patrimonio musical que tenemos. La mayor¨ªa de estas obras est¨¢n encerradas en los archivos y desde las pol¨ªticas culturales y educativas, al contrario que en otros pa¨ªses de nuestro entorno, no se hace lo suficiente por cambiar una situaci¨®n que deber¨ªa avergonzarnos a todos. Somos los propios m¨²sicos los que estamos haciendo enormes esfuerzos por sacar a la luz este repertorio y a estos autores injustamente olvidados para devolverles a la vida¡±, asegura Monta?o.
?Por qu¨¦ una obra tan avanzada a su tiempo queda relegada? ¡°Desgraciadamente, hay mucho desconocimiento del gran patrimonio musical que tenemos", responde Monta?o
En ese aspecto, el m¨²sico propone refundar la Real Capilla, que con Nebra como segundo en importancia, dirig¨ªa Francesco Corselli, otro de los artistas que como Domenico Scarlatti o Farinelli contaron con el favor y la admiraci¨®n de Braganza. ¡°En la medida en que se nos identifica con escritores, pintores y arquitectos universales, es hora de prestar atenci¨®n a los grandes maestros musicales: Victoria, Nebra o, el famos¨ªsimo en vida, Vicente Mart¨ªn y Soler, por ejemplo. Ser¨ªa un sue?o volver a dar vida a la Real Capilla con los fant¨¢sticos instrumentistas y cantantes que tenemos hoy d¨ªa en nuestro pa¨ªs. Grabar e interpretar estas grandes obras ocultas para darlas a conocer al gran p¨²blico en los espacios hist¨®ricos que tenemos¡±, apunta.
En cuanto al homenaje para Braganza, no existe documentaci¨®n concreta sobre qui¨¦n encarg¨® la obra ni de por qu¨¦ fue Nebra quien resultara elegido para escribirla. Lo explica Monta?o: ¡°Lo natural es que lo hubiera hecho Corselli. Pero es f¨¢cil deducir que la misma reina lo pidiera. Sin duda, ten¨ªa gran aprecio por su maestr¨ªa, dado los puestos para los que fue designado durante toda su vida. De ser as¨ª, lo hizo con tiempo suficiente como para que el autor pudiera terminarlo antes de su muerte¡±.
La primera interpretaci¨®n se hizo en las Salesas Reales, donde fue enterrada B¨¢rbara de Braganza, dos d¨ªas despu¨¦s de su fallecimiento, el 29 de agosto de 1758. Es absolutamente imposible que con tan poco margen, Nebra creara toda esta m¨²sica. ¡°Adem¨¢s de componerla, hab¨ªa que preparar las copias para la orquesta y coros, ensayar... No pod¨ªan dejar margen a la improvisaci¨®n, estoy seguro¡±, apunta Monta?o. Tampoco pudieron calibrar el injusto olvido que con los a?os sufri¨® esta obra magistral.
Babelia
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