El anonimato es el peligro
La pel¨ªcula de Andrew Niccol revela un futuro en el que existe la posibilidad de hackear nuestra realidad, un mundo de datos recuperables y manipulables, de falsos perfil
Andrew Niccol se convirti¨® en el paso entre los siglos XX y XXI en la mejor realidad del cine de ciencia ficci¨®n. Escribi¨® y dirigi¨® las notables Gattaca (1997) y Simone (2002), y fue el autor del guion de la clarividente obra maestra de Peter Weir El show de Truman (1998). Prefigur¨® en muchos sentidos lo que luego ser¨ªa la serie Black mirror, elucubr¨® sobre un futuro m¨¢s o menos cercano donde las sociedades se ayudaban de la ingenier¨ªa gen¨¦tica para tener hijos mejores, y sobre un cine donde las actrices pod¨ªan ser virtualmente creadas por ordenador. Sin embargo, tras colaborar en el libreto de La terminal, su figura se fue apagando. El se?or de la guerra (2004) e In Time (2005) conten¨ªan aspectos muy interesantes, pero su recepci¨®n fue fr¨ªa. Quiz¨¢ como su cine. Desde entonces, apenas tres pel¨ªculas, ninguna especial. Como Anon, de planteamientos fascinantes, desarrollo mustio, imagen g¨¦lida y visualizaci¨®n discutible.
Un paso m¨¢s all¨¢ de Minority Report en los planteamientos y las pr¨¢cticas policiales, la pel¨ªcula de Niccol revela un futuro en el que existe la posibilidad de hackear nuestra realidad. Un mundo de datos recuperables y manipulables, de falsos perfiles, de sexo cibern¨¦tico, de comunicaciones entre individuos simplemente con el pensamiento, de pagos instant¨¢neos con la mirada. Un mundo quiz¨¢ no tan lejano con la necesidad legal de la identificaci¨®n constante y donde el gran enemigo de la sociedad (presuntamente) perfecta es el anonimato.
Todo ello resulta apasionante sobre el papel. Pero su visualizaci¨®n y narraci¨®n son asuntos distintos. Niccol, al frente de las dos tareas, se empecina en la utilizaci¨®n del plano subjetivo desde la mirada de los personajes, casi como un videojuego y en una l¨ªnea borrosa de lo que tan bien construy¨® Delmes Daves en La senda tenebrosa, all¨¢ por 1947 nada menos. Y todo es tan gris como la fotograf¨ªa utilizada, deliberadamente fr¨ªa, sin blancos ni negros rotundos, apenas sin colores. Anon, en clave de ciencia ficci¨®n y tambi¨¦n de neonoir con mujer fatal, tiene grandes ideas diseminadas por su relato, como los rastreos del proxy, el imperio de los algoritmos o ese concepto del aire libre como ¡°la parte del planeta que no es ciberespacio¡±. Sin embargo, el hast¨ªo ante los personajes y la falta de concreci¨®n vencen a los apuntes de ingenio. Aun as¨ª, hay di¨¢logos para el recuerdo, que seguramente no son del futuro sino que ya est¨¢n aqu¨ª:
¡ª?C¨®mo s¨¦ con qui¨¦n estoy hablando?
¡ªNo lo sabes, ah¨ª est¨¢ la gracia.
ANON
Direcci¨®n: Andrew Niccol.
Int¨¦rpretes: Clive Owen, Amanda Seyfried, Colm Feore, Jean-Michel Le Gal.
Plataforma: Filmin.
G¨¦nero: ciencia ficci¨®n. EE UU, 2018.
Duraci¨®n: 100 minutos.
Babelia
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