¡°Los precios del arte bajar¨¢n hasta que exista una vacuna¡±
El poderoso galerista alem¨¢n David Zwirner pronostica que la mitad de las ferias cerrar¨¢ tras la crisis del coronavirus y que la venta digital de obras convivir¨¢ con el modelo tradicional
David Zwirner (Colonia, 55 a?os) es uno de los galeristas m¨¢s poderosos del planeta. Encabez¨® la pen¨²ltima lista Power 100, que re¨²ne a las cien personalidades m¨¢s influyentes del arte contempor¨¢neo (este a?o ocupa la quinta posici¨®n, superado por poco por sus archirrivales de la suiza Hauser & Wirth). Le viene de casta, siendo hijo del marchante alem¨¢n Rudolf Zwirner, fundador de la primera feria de arte moderna, Art Cologne, en 1967. Este hombre de pelo cano y sonrisa afable, que representa a artistas tan cotizados como Richard Serra, Yayoi Kusama o ...
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David Zwirner (Colonia, 55 a?os) es uno de los galeristas m¨¢s poderosos del planeta. Encabez¨® la pen¨²ltima lista Power 100, que re¨²ne a las cien personalidades m¨¢s influyentes del arte contempor¨¢neo (este a?o ocupa la quinta posici¨®n, superado por poco por sus archirrivales de la suiza Hauser & Wirth). Le viene de casta, siendo hijo del marchante alem¨¢n Rudolf Zwirner, fundador de la primera feria de arte moderna, Art Cologne, en 1967. Este hombre de pelo cano y sonrisa afable, que representa a artistas tan cotizados como Richard Serra, Yayoi Kusama o Wolfgang Tillmans, es tambi¨¦n un pionero de la venta de obras por Internet. Cre¨® la divisi¨®n digital de su galer¨ªa en 2017 frente al escepticismo del sector. Entonces se segu¨ªa creyendo que nada lograr¨ªa sustituir la experiencia tradicional del coleccionismo: descubrir una obra de forma presencial y adquirirla en una sede f¨ªsica o en una de esas ferias que se multiplicaban, hasta hace pocas semanas, en todos los rincones del mundo.
Llevar carrerilla le ha favorecido durante esta crisis, cuando el cierre de las galer¨ªas ha forzado a los marchantes a desarrollar su actividad en viewing rooms, las salas virtuales donde se exponen obras online. Las de Zwirner han concentrado algunas de las mayores ventas del sector. ¡°El sector est¨¢ en shock y est¨¢ siendo muy selectivo. Pero, si presentas trabajo de alta calidad, los clientes siempre responden¡±, responde por videollamada desde el porche de su residencia en Montauk (Nueva York), en el extremo este de los exclusivos Hamptons. Que el mercado digital del arte, hasta ahora residual para muchos galeristas, se haya convertido en el ¨²nico viable durante el confinamiento ha hecho saltar las ¨²ltimas resistencias. No ha sucedido, pese a todo, de la noche a la ma?ana. La sala digital del galerista, que ya la tilda de ¡°s¨¦ptima galer¨ªa¡± tras las tres que tiene en Nueva York y las otras tres que suma en Londres, Par¨ªs y Hong Kong, registr¨® un incremento de ventas del 400% en 2019. ¡°Este a?o, el porcentaje ser¨¢ de varios millares, porque llevamos siete semanas vendiendo solo por Internet¡±, explica. En algunos casos, por sumas muy superiores a las estimadas. Por ejemplo, un lienzo de la artista surafricana Marlene Dumas, Like Don Quixote (2002), que coloc¨® por 2,4 millones de euros a un coleccionista estadounidense.
M¨¢s all¨¢ del aspecto mercantil, Zwirner cree que la pandemia, durante la que todas las instituciones del arte han potenciado sus programas digitales para seguir siendo relevantes, ha acelerado un cambio de paradigma que llevaba a?os fragu¨¢ndose. Cuando la opci¨®n de visitar museos y galer¨ªas dej¨® de existir, la experiencia digital, hasta ahora considerada un suced¨¢neo sin inter¨¦s, cobr¨® un nuevo valor. ¡°Se ha descubierto que puede ser una experiencia muy rica¡±, afirma Zwirner. ?La manera tradicional de acercarse al arte se encuentra, entonces, en peligro de extinci¨®n? ¡°No. La experiencia f¨ªsica, el hecho de estar juntos en un lugar observando la misma obra, nunca desaparecer¨¢, porque el arte existe para eso. Pero eso no significa que no podamos crear una experiencia complementaria que resulte gratificante. El formato digital nos ha permitido crear un relato y un contexto sobre la obra y el artista que muchos clientes estaban pidiendo¡±, matiza.
Para Zwirner, la venta digital de obras de arte convivir¨¢, de ahora en adelante, con el modelo tradicional, del mismo modo que las exposiciones en los museos podr¨ªan coexistir con programas online mucho m¨¢s robustos. El marketing lleva a?os llam¨¢ndolo multicanal: la existencia en paralelo de v¨ªas de comunicaci¨®n digitales y an¨¢logas que se retroalimentan. La crisis que se avecina tendr¨¢, pese a todo, efectos devastadores para algunos agentes del mercado del arte. Por ejemplo, las ferias. Hoy existen cerca de 300 en todo el mundo, fruto del crecimiento desenfrenado del sector en los ¨²ltimos a?os. Muchas corren un peligro letal. ¡°No me sorprender¨ªa si la mitad de las ferias no sobreviven. Las principales, como Art Basel y Frieze, seguir¨¢n adelante. Pero las m¨¢s peque?as y regionales [especializadas en una zona concreta del mundo] puede que no lo consigan, porque su modelo no es sostenible a corto plazo¡±, sostiene Zwirner. ?Qu¨¦ pasar¨¢ con Arco? ¡°Probablemente est¨¦ a salvo. Lleva mucho tiempo funcionando y ya ha superado otras crisis, como la de 2008. Las ferias que se benefician de subvenciones p¨²blicas lo tienen m¨¢s f¨¢cil que las privadas¡±.
Los precios r¨¦cord de los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n se resentir¨¢n de la nueva normalidad en el sector. ¡°Estoy convencido de que el negocio se desacelerar¨¢ y los precios caer¨¢n hasta que exista una vacuna¡±, afirma Zwirner, pese a puntualizar que, durante la recesi¨®n de 2008, mientras las tarifas estratosf¨¦ricas de los dosmiles ca¨ªan en picado, la obra de algunos de sus artistas, como Luc Tuymans o Kerry James Marshall, cotiz¨® al alza contra pron¨®stico. ¡°Cuando salgamos de esta, se buscar¨¢ autenticidad. La superar¨¢n los artistas que tengan una voz aut¨¦ntica y no una estrategia¡±, asegura. Zwirner lleva semanas siguiendo de cerca, a trav¨¦s de su iPhone, el trabajo de su cartera de creadores. Por lo que ha visto, vaticina un cambio de orientaci¨®n en el arte los pr¨®ximos a?os. ¡°Las ¨¦pocas de bonanza no suelen producir un arte especialmente interesante, sino burgu¨¦s y decorativo. Los malos tiempos pueden producir un arte extraordinario. F¨ªjese en la Rep¨²blica de Weimar... No son tiempos de obras para decorar comedores, sino de trabajos surgidos de un sentimiento de urgencia¡±, apunta. ?Un arte m¨¢s oscuro y pol¨ªtico? ¡°He visto proyectos que responden al clima actual, pero sin mostrar a personas que hacen cola para entrar en el hospital. No va a ser ese imaginario¡±.
Para Zwirner, esta crisis es tambi¨¦n un buen momento para la autocr¨ªtica. ¡°Puede que la desigualdad sea el mayor problema de nuestro tiempo. La paradoja es que siempre ha sido buena para nuestra industria, porque quienes compran arte se benefician de ella¡±, se?ala el galerista. ¡°El lado positivo de este momento loco es que nos da la oportunidad de pensar en nuestra manera de hacer negocios. Saldremos reforzados si pensamos c¨®mo podemos ser m¨¢s sostenibles como industria. Hasta ahora no ha habido un debate serio sobre la cuesti¨®n, pero tenemos que repensar nuestro modelo econ¨®mico m¨¢s all¨¢ de los vuelos en avi¨®n, los env¨ªos de obras y las construcciones ef¨ªmeras de las ferias¡±, zanja Zwirner.