El arte conf¨ªa sus ventas a Internet
La crisis del coronavirus ha generado una explosi¨®n de salas virtuales donde exponer y comerciar. Ferias, galer¨ªas y casas de subastas se suman a la moda de las Online Viewing Rooms
Hace tiempo que el ciberespacio se llen¨® de galer¨ªas de arte. Desde hace una d¨¦cada, incluso antes, comenzaron a surgir negocios virtuales para la venta de obras, p¨¢ginas web donde comprar de manera directa, como en una tienda, o pujando, como en eBay. Frente a aquella vanguardia, los locales f¨ªsicos, tradicionales, segu¨ªan hasta ahora aferrados a la venta directa, a las exposiciones presenciales (complementadas muchas veces, eso s¨ª, con contenido online) y al trato personal con el p¨²blico. Las razones resultan comprensibles, teniendo en cuenta que la naturaleza del arte es eminentemente sensible. Con el confinamiento, no obstante, el sector ha tenido que adaptarse a las exigencias impuestas por el coronavirus: galer¨ªas, casas de subastas y, a¨²n m¨¢s llamativo, mastod¨®nticas ferias de arte, han trasladado sus canales de exhibici¨®n, divulgaci¨®n y compraventa a Internet. Ha llegado la hora de las Online Viewing Rooms (OVR), salas de visionado en l¨ªnea que, como sus hermanas tridimensionales, solo permanecen abiertas por un periodo de tiempo limitado.
Solo un par de meses atr¨¢s, las enormes naves del recinto madrile?o de Ifema rebosaban de profesionales y amantes del arte que se encontraban, compart¨ªan impresiones y rastreaban novedades y descubrimientos entre los estands de Arco. Apenas unos d¨ªas despu¨¦s, esos mismos espacios se llenaban de camas de hospital y sanitarios enfundados en sus EPIs para tratar a los pacientes de la covid. La chocante imagen resume las razones por las que una feria como la influyente Frieze, que entre el 8 y el 15 de mayo ten¨ªa previsto celebrar su edici¨®n anual en Nueva York, acabe de presentarse este mismo martes a la prensa internacional a trav¨¦s de una videoconferencia. Es la primera vez que hacen algo as¨ª. Sus m¨¢s de 200 exposiciones de la misma cantidad de galer¨ªas de todo el mundo, sus centenares de obras a la venta, sus numerosas secciones y actividades paralelas, se han trasladado al otro lado de la pantalla, donde se complementan con textos, v¨ªdeos, realidad aumentada... All¨ª, adem¨¢s, no hay riesgo de tocar y romper las piezas y no hace falta trasladarse desde la otra punta del planeta para admirarlas. As¨ª que no se puede decir que no haya ventajas. Frieze y otros cuantos cert¨¢menes internacionales han seguido la estela de Art Basel Hong Kong, que deb¨ªa haberse celebrado en marzo y fue la primera feria en cancelarse por el coronavirus.
Como explica el director general de Art Basel, Marc Spiegler, aunque ¡°los espacios f¨ªsicos y los digitales no son comparables¡±; y aunque la intenci¨®n es ¡°retomar las actividades f¨ªsicas tan pronto como sea posible¡±, lo cierto es que, en siete d¨ªas, este a?o Art Basel Hong Kong atrajo a 250.000 visitantes de todo el mundo. En 2019, las distintas franquicias (presenciales) de la feria ¨CBasilea, Hong Kong y Miami¨C, sumaron entre las tres 262.000. ¡°Ya est¨¢bamos trabajando en el lanzamiento de las OVR antes de la crisis como parte de nuestros esfuerzos por investigar las nuevas tecnolog¨ªas y oportunidades para apoyar a nuestras galer¨ªas y promover una industria del arte saludable¡±, asegura Spiegler. Uno de los primeros gerifaltes del arte en cruzar el umbral a ese universo digital fue el galerista David Zwirner, que en 2017 lanz¨® sus salas de exposici¨®n virtuales al darse cuenta de que era posible hacer negocio en la Red. Otra megagaler¨ªa, Hauser & Wirth, acaba de estrenar su negocio digital con una exposici¨®n en l¨ªnea que le ha servido adem¨¢s como puesta de largo de su d¨¦cima sede en el mundo: un edificio en la isla de Menorca que se inaugurar¨¢ en 2021.
Una de las particularidades de la exposici¨®n online de Hauser & Wirth, que presenta trabajos de creadores como Louise Bourgeois, Mark Bradford y Jenny Holzer, reside en el uso de la realidad virtual. La galer¨ªa cuenta con un laboratorio tecnol¨®gico, ArtLab, que les permite experimentar con f¨®rmulas para acercar el arte a un p¨²blico que no siempre tiene la posibilidad de desplazarse, lo que a la vez supone una reducci¨®n de las emisiones de carbono procedentes tanto del transporte de personas como el de obras, en constante trasiego de feria en feria. ¡°Es importante tener en cuenta que hace tiempo que la interacci¨®n digital forma parte de nuestras relaciones con los coleccionistas, y que juega un papel en el 80% de las ventas¡±, se?ala Iwan Wirth, consejero delegado y cofundador de la galer¨ªa. La ¡°mayor transparencia¡± en las transacciones, como a?ade Spiegler, es otro de los valores a?adidos de Internet. ¡°Adem¨¢s, estamos recibiendo consultas de territorios donde no tenemos galer¨ªas f¨ªsicas, como pueden ser Filipinas e Ir¨¢n¡±, agrega Marc Glimcher, consejero delegado de Pace Gallery, con sedes en Londres, Nueva York, Hong Kong, Se¨²l, G¨¦nova y California. ¡°Creemos firmemente que no se puede sustituir el hecho de ver el arte en persona, as¨ª que estamos intentando no asimilar esta experiencia¡±, puntualiza Glimcher. ¡°Por el contrario, nuestra visi¨®n consiste en usar las muestras en l¨ªnea para proporcionar un contexto acad¨¦mico y a la vez accesible a las obras. Personalmente, lo que a m¨ª me interesa es la interacci¨®n entre las audiencias y los artistas que trabajan con la tecnolog¨ªa¡±.
Las casas de subastas, que tradicionalmente han ofrecido la posibilidad de pujar por escrito, por tel¨¦fono y, m¨¢s recientemente, en l¨ªnea, tambi¨¦n forman parte de esta explosi¨®n de las Online Viewing Rooms. Desde el mes de marzo, Sotheby¡¯s ha celebrado 37 subastas por Internet, con una recaudaci¨®n de 70 millones de d¨®lares (cerca de 65 millones de euros).¡°Ya ten¨ªamos planificado expandir nuestro calendario de exposiciones en l¨ªnea pero, a ra¨ªz de la covid-19, el n¨²mero ha aumentado significativamente, dado que los beneficios de las transacciones online se han vuelto m¨¢s evidentes para un espectro cada vez mayor de consignadores y compradores¡±, aseguran fuentes de la empresa. La reticencia a hacer negocios art¨ªsticos en la Red se diluye. Se trata, como apunta Marc Glimcher, de una cuesti¨®n de ¡°confianza¡±. Algunos establecimientos, como Ansorena, prefieren esperar a que vuelva la normalidad. ¡°Ahora no est¨¢ habiendo ventas en general: a d¨ªa de hoy el transporte y la entrega no son posibles¡±, lamenta Jaime Mato, consejero delegado de la casa de subastas espa?ola, que subraya que, aunque alrededor del 35% de sus transacciones son internacionales, ¡°normalmente, los clientes prefieren ver las obras en persona¡±. Si no se dieran pronto las condiciones para reanudar la marcha, Mato s¨ª se plantear¨ªa la posibilidad de montar ventas semipresenciales, con el subastador en la tienda y el p¨²blico pujando desde sus casas a trav¨¦s del ordenador. ¡°Pero no creo que Internet vaya a ser un sustituto de lo f¨ªsico¡±, resume el directivo. ¡°Lo ideal es que los clientes nos visiten, y que lo online sirva para darnos visibilidad¡±.
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