Juan Genov¨¦s: el sue?o interminable
Hincha sin fisuras del Valencia C. F., al pintor le mantuvo vivo la ingenuidad en la lucha creativa por sus ideas marxistas
Conoc¨ª a Juan Genov¨¦s, fallecido este viernes, ya en Madrid hacia el final de los a?os sesenta y en la pe?a de valencianos Tirant lo Blanc a la hora de la cena en el reservado de alg¨²n restaurante siempre procuraba sentarme a su lado para hablar, no de marxismo leninismo, sino de aquellos futbolistas del equipo del Valencia que habitaban bajo el aroma de los cromos de nuestra ni?ez. Eizaguirre, ?lvaro, Juan Ram¨®n, Bertol¨ª, Iturraspe, Lel¨¦, Epi, Amadeo, Mundo, Asensi y Gorostiza. A veces para divertirme le planteaba un diab¨®lico dilema: que triunfara la dictadura del proletariado o que ganara el Valencia la liga o incluso la copa del malhadado General¨ªsimo. No ten¨ªa duda. Para Genov¨¦s una victoria del Valencia C. F. era similar a la justicia universal y su derrota un severo cataclismo del esp¨ªritu. Naci¨® en Valencia en 1930. Su infancia transcurri¨® en el barrio de Mestalla. Desde su piso situado en una cuarta planta ve¨ªa la cancha del campo de f¨²tbol y o¨ªa las ovaciones de los hinchas.
Su padre era un artesano y decorador de muebles, con profundas convicciones de izquierdas y republicanas, que hac¨ªa la vista gorda si su esposa, cat¨®lica practicante, iba los domingos a misa. Durante estos primeros a?os, Genov¨¦s ayud¨® a su padre en la decoraci¨®n de los muebles y entr¨® en contacto con pinturas y barnices, que le acompa?aron a lo largo de su vida. Con la llegada de la dictadura la familia abri¨® una carboner¨ªa y a Genov¨¦s se le ve¨ªa all¨ª dibujando con los carbones en las paredes escenas de tebeos. En 1946 ingres¨® en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. Posteriormente form¨® parte del colectivo Parpall¨® y del grupo Hondo.
En los a?os sesenta en Estados Unidos el pop art inclu¨ªa el lujo, la chatarra, los cubos de basura, los envases, el dise?o, las estrellas de cine, los anuncios y el optimismo de la tecnolog¨ªa. Juan Genov¨¦s a?adi¨® a estos excipientes del capitalismo los s¨ªmbolos de la violencia pol¨ªtica y entr¨® a saco en el realismo de la alambrada y en la crueldad de las culatas de los fusiles, en la dial¨¦ctica del miedo, en la soledad del individuo en medio de la multitud. Las criaturas de Juan Genov¨¦s comenzaron a correr en sus lienzos. La mayor¨ªa de los espectadores, incluidos muchos cr¨ªticos, siempre han cre¨ªdo que hu¨ªan de las cargas de la polic¨ªa franquista. Y eso es cierto, pero la cuesti¨®n no es de qu¨¦ hu¨ªan sino en qu¨¦ lugar se deten¨ªan despu¨¦s de desbordar en desbandada los l¨ªmites del cuadro. Si se lo preguntabas a Genov¨¦s te dec¨ªa que sus criaturas no paraban de correr hasta encontrar un sue?o de paz, justicia y armon¨ªa.
Se levantaba a las cuatro de la madrugada. Comenzaba a trabajar bajo el sonido de los p¨¢jaros. Lo que estaba fuera del lienzo ya no exist¨ªa. Lleno de optimismo ha trabajado hasta el ¨²ltimo d¨ªa
A Juan Genov¨¦s le mantuvo vivo la ingenuidad en la lucha creativa por sus ideas marxistas. ¡°Vengo de una familia alimentada con el optimismo hist¨®rico. Yo sab¨ªa lo que estaba pasando en la Uni¨®n Sovi¨¦tica y en 1969 fui invitado al Congreso Mundial de la Paz que se celebraba en Mosc¨². ?ramos varios miles llegados de distintas naciones. Un d¨ªa fuimos recibidos dentro de las murallas del Kremlin y se nos hizo avanzar entre dos rayas marcadas en el suelo, flanqueadas por guardias armados con metralletas. Pens¨¦: ¡®Parece uno de mis cuadros¡¯. Quise comprobarlo sali¨¦ndome de la raya. Azc¨¢rate, que iba a mi lado, me dijo: ¡®No lo hagas, est¨¢s loco, te van a disparar¡¯. No obstante, lo hice, me separ¨¦ del grupo y los polic¨ªas comenzaron a lanzar gritos terribles mientras me apuntaban con el arma. Sab¨ªa lo que estaba pasando, pero siempre tuve la esperanza de que las cosas mejorar¨ªan. S¨¦ que soy un ingenuo. Siempre lo he sido¡±.
Se levantaba a las cuatro de la madrugada. Comenzaba a trabajar bajo el sonido de los p¨¢jaros. Lo que estaba fuera del lienzo ya no exist¨ªa. Lleno de optimismo ha trabajado hasta el ¨²ltimo d¨ªa.
Babelia
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