Idealismo y ficci¨®n en la Rusia de Putin
Keith Gessen, autor ruso-estadounidense, regres¨® en 2008 a Mosc¨² para cuidar a su abuela. De aquella experiencia surge la novela ¡®Un pa¨ªs terrible¡¯
Se fue a Mosc¨² en 2008 con encargos de traducciones, y desde all¨ª escribi¨® varias notas para medios estadounidenses. Keith Gessen hab¨ªa nacido en esa ciudad en 1975 y se hab¨ªa exiliado a EE UU con su familia cuando ¨¦l ten¨ªa seis a?os, y su hermana, la ensayista y periodista Masha Gessen, 14. Los hermanos Gessen forman parte de lo que podr¨ªa llamarse intelligentsia ruso-estadounidense, son hijos y nietos de la Guerra Fr¨ªa y analizan e interpretan con destreza la brecha entre los dos pa¨ªses.
Licenciado en Harvard, Keith estaba a medio camino de terminar un posgrado de escritura creativa en la Universidad de Syracuse y hab¨ªa montado la revista N+1 con un pu?ado de amigos empe?ados en dar un car¨¢cter hipster y heterodoxo al mundo acad¨¦mico, cuando hizo las maletas y regres¨® a la capital rusa para cuidar de su abuela. Ese mismo viaje de Nueva York a Mosc¨² para atender a Baba Seva, es el que hace el protagonista de Un pa¨ªs terrible (Galaxia Gutenberg).
A principios de marzo en la cocina-comedor de su apartamento de Brooklyn ¡ªel mismo d¨ªa que Trump anunciaba la cancelaci¨®n de vuelos con Europa por la epidemia del coronavirus¡ª mientras atend¨ªa a su hijo peque?o, Ilya, Gessen echaba la vista atr¨¢s y ofrec¨ªa una franca sonrisa al decir que al principio no pensaba que aquella estancia en Rusia cuidando de una anciana fuera material para un libro. ¡°Pens¨¦ que har¨ªa un largo ensayo mezclando literatura, biograf¨ªa y mi opini¨®n sobre la cultura post sovi¨¦tica. Pero aquello no funcionaba¡±, explicaba. ¡°Se han escrito cosas muy buenas sobre la Rusia sovi¨¦tica, pero no lo suficiente sobre lo que ha venido despu¨¦s, no se entiende muy bien lo que ocurri¨®, c¨®mo de traum¨¢ticos resultaron los a?os 90, el atractivo de Putin¡±. En su novela, el protagonista va desentra?ando las claves de esa profunda decepci¨®n, se enamora, juega al hockey sobre hielo en pistas desangeladas, se enfrenta al lado m¨¢s hostil de la ciudad y camina por las aceras heladas tratando de que su abuela, en un proceso de degeneraci¨®n cognitiva, no resbale.
No se ha escrito lo suficiente sobre la Rusia post sovi¨¦tica, no se entiende muy bien lo traum¨¢tico que fueron los a?os 90 y el atractivo de PutinKeith Gessen
Gessen insiste en contar una historia inspirada en su vida, como ya hiciera en su debut, Todos los j¨®venes tristes y literarios. Pero los j¨®venes y confusos intelectuales de Brooklyn de aquel primer libro han dejado paso al pu?ado de rusos idealistas y desencantados con el libre mercado, dispuestos a reclamar justicia social y hablar de socialismo sin caer en la oscura trampa del pasado. Gessen habla de la oposici¨®n a Putin m¨¢s all¨¢ de las medi¨¢ticas Pussy Riots, a pie de calle y manifestaci¨®n, donde anarquistas y socialistas siguen enfrentados. ¡°Me inspir¨¦ en mis amigos de Mosc¨², j¨®venes socialistas, como el poeta Kirill Medvedev. Me gustan los libros basados en cosas que han pasado, no siento un apego pol¨ªtico a la idea de que la novela tenga que ser enteramente ficticia¡±, apuntaba. ¡°La ficcionalizaci¨®n de la historia surgi¨® cuando quise trasladar al lector el mismo sentimiento que yo tuve¡±.
El tierno, humor¨ªstico y crudo retrato de la ciudad sirve a Gessen para hablar del profundo desamparo de quienes no comulgaban con el r¨¦gimen sovi¨¦tico y fueron devorados por el libre mercado. ¡°Mi abuela es el personaje menos imaginario del libro, y ella odiaba la URRS, estaba feliz cuando cay¨® pero perdi¨® todos sus ahorros, no lograba comprender lo que ocurr¨ªa¡±. ?Es la confusi¨®n del homo sovieticus que escribi¨® la premio Nobel Svetlana Aleksi¨¦vich? Gessen, profesor de periodismo en la Universidad de Columbia, rechaza de plano ese t¨¦rmino: ¡°Es peyorativo, un insulto. Mira, Aleksievich hizo cientos de entrevistas, fue justa, y yo no cuestiono su trabajo sino la etiqueta, la forma de enmarcarlo¡±.
Nuevo nacionalismo
El escritor se refiere al nuevo nacionalismo que arras¨® en Rusia y que ha llegado despu¨¦s a EE UU y la dificultad que desde fuera se tiene para entender a la antigua potencia. ¡°Es Europa pero no lo es. La forma en que es diferente les averg¨¹enza y les enorgullece al mismo tiempo, es esa vieja tensi¨®n rusa entre verg¨¹enza y orgullo¡±, reflexionaba. ¡°A¨²n pesa esa idea de que la gente de fuera no puede llegar y comprender Rusia, y quiz¨¢ por eso me costaba acercarme a escribir esta novela e insist¨ªa en pegarme a los hechos y al periodismo¡±. La abuela de la novela, y del propio Gessen, usaba la expresi¨®n que da t¨ªtulo al libro, pero el escritor siente que ¨¦l solo podr¨ªa aplicar por cercan¨ªa a EE UU, otro ¡°pa¨ªs terrible¡±.
Pas¨® ocho a?os, desde 2009 hasta 2017, d¨¢ndole vueltas al libro. Mientras tanto, la victoria de Trump volvi¨® a poner a Rusia en los titulares estadounidenses y resucit¨® los fantasmas de la Guerra Fr¨ªa, que parec¨ªa como si no hubiera acabado nunca. ¡°EE UU no es la prioridad para Putin, pero ¨¦l es calculador, no como Turmp. Ha sido muy h¨¢bil en la manera en que ha usado el trauma de los rusos, present¨¢ndose como la soluci¨®n frente al caos. Trump hasta cierto punto ha hecho algo parecido con muchos damnificados por la relocalizaci¨®n¡±. La intromisi¨®n del Gobierno ruso en las ¨²ltimas elecciones en EE UU, le parece a Gessen un hecho pero eso no quita que ¡°millones de estadounidenses votaran a Trump¡±. El escritor, que trabaja en un ensayo sobre ¡°Trumplandia¡± y la vida hoy bajo la administraci¨®n del magnate, se?ala ¡°la resistencia de algunos medios y votantes dem¨®cratas a aceptar que a muchos estadounidenses les gusta Trump¡±. El presidente, apunta, ¡°ha mostrado cu¨¢n com¨²n y profundo es el racismo en EE UU, culturalmente lo ha normalizado y convertido en aceptable¡±.
En Un pa¨ªs terrible el narrador cita una frase de Aleksandr Herzen ¡ª¡°La gente reconoc¨ªa los lazos de sangre que les un¨ªan a Mosc¨² por el dolor que les provocaba perderla¡±¡ª y algo parecido resuena en las palabras de Gessen al hablar de su despedida: ¡°Mosc¨² fue una experiencia potente. Me sent¨ª muy culpable al irme y abandonar a mi abuela, pero mi vida estaba aqu¨ª¡±.
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