Las orquestas sinf¨®nicas ser¨¢n las ¨²ltimas en recuperar la normalidad
Distancias entre m¨²sicos, conjuntos locales, aforos reducidos y apuesta por talento local. La cl¨¢sica debate una vuelta que prev¨¦ completar en 2021
Si cada uno de nosotros nos planteamos a diario cu¨¢ndo llegar¨¢ la estricta normalidad ¡ªsin conformarnos con la nueva¡ª, la respuesta podemos encontrarla en la m¨²sica sinf¨®nica: el d¨ªa en que volvamos a ver un auditorio o un teatro lleno para disfrutar de 100 m¨²sicos compartiendo atril con partitura sobre el escenario. Ese d¨ªa la habremos alcanzado.
De todo el espectro cultural, una gran ¨®pera o un concierto sinf¨®nico son lo ¨²ltimo en el camino. Programadores y gestores dentro de ese campo hablan de 2021 para una recuperaci¨®n total. Lo que resta del presente a?o queda para cautelosos experimentos en los que podremos escuchar m¨²sica en directo, pero en formatos reducidos y adaptados a las circunstancias.
Todos miran a Alemania y Centroeuropa en este campo. Aunque las respuestas que llegan desde all¨ª son difusas y contradictorias
Todos miran a Alemania y Centroeuropa en este campo. Aunque las respuestas que llegan desde all¨ª son difusas y contradictorias, as¨ª que cada cual va decidiendo por su cuenta. Las grandes orquestas de ¨¢mbito germ¨¢nico han hecho sus trabajos de medici¨®n de riesgos. Dos de las mayores del mundo, la Filarm¨®nica de Berl¨ªn y la de Viena difieren en sus conclusiones. La primera recomienda un metro y medio de separaci¨®n entre los m¨²sicos, lo que implica que solo podr¨ªa haber como m¨¢ximo 20 en un escenario amplio. En Viena son m¨¢s laxos: apenas 60 cent¨ªmetros. El Festival de Salzburgo, cuya celebraci¨®n, que adem¨¢s ser¨¢ tambi¨¦n la del centenario de su fundaci¨®n, est¨¢ prevista para agosto. All¨ª es la orquesta principal.
Las diferentes aproximaciones al problema han provocado grandes discusiones en las reuniones que mantiene la Federaci¨®n Internacional de M¨²sicos, de la que forma parte el sindicato espa?ol de int¨¦rpretes, que lidera el contrabajista de la Orquesta Nacional de Espa?a (ONE) Pablo M¨²zquiz. ¡°Los estudios generan mucha confusi¨®n¡±, asegura. De ah¨ª que haya figuras, como Gustavo Gimeno, uno de los grandes directores espa?oles en activo, responsable titular de Luxemburgo y Toronto, que pidan cautela.
Gimeno vive en ?msterdam y estos d¨ªas prepara con la Royal Concertgebouw la S¨¦ptima sinfon¨ªa de Beethoven y la Octava de Dvorak para ser retransmitidas en streaming a partir del pr¨®ximo mi¨¦rcoles. Por ahora, sin p¨²blico.
Y no sabr¨ªa decir hasta cu¨¢ndo, algo que al m¨²sico valenciano le pesa. ¡°Ser¨¢ un regreso paulatino, quiz¨¢s fr¨ªo y raro. Hay entusiasmo en los m¨²sicos, pero tambi¨¦n miedo. Llevar¨¢ un tiempo¡±. En septiembre, Gimeno ten¨ªa previsto estrenarse en Toronto como titular. Ser responsable de una orquesta en Europa y otra en Estados Unidos le da una doble perspectiva rica del panorama: ¡°En Europa, la mayor¨ªa de las orquestas ¡ªsalvo muchas en el Reino Unido¡ª est¨¢n subvencionadas. En Am¨¦rica viven del patrocinio y la taquilla. Si no tocan, la angustia es mayor. Sufren m¨¢s recortes en los sueldos y ven el futuro m¨¢s negro¡±.
Estas semanas ha tomado con los m¨²sicos de la Concertgebouw el patio de butacas de la sala para aplicar una distancia de metro y medio. ¡°Adem¨¢s, las entradas y salidas se producen por m¨¢s puertas de acceso. No hay descanso para evitar el contacto, cada uno trae de su casa las partituras, y los atriles son personalizados¡±. Aparte de todo, deben acostumbrarse a un nuevo sonido: ¡°Es mucho m¨¢s dif¨ªcil tocar as¨ª, la distancia provoca m¨¢s desconexi¨®n, pero es interesante probar nuevas f¨®rmulas¡±.
Reuni¨®n internacional
Son problemas que han discutido las organizaciones de la Federaci¨®n Internacional de M¨²sicos (FIM): ¡°Lo que m¨¢s preocupa son los recursos, los escenarios y el p¨²blico¡±, asegura M¨²zquiz tras la ¨²ltima reuni¨®n en l¨ªnea que mantuvieron el viernes con representantes de m¨¢s de 30 pa¨ªses entre Europa y Am¨¦rica. ¡°Todos coinciden: el camino ser¨¢ muy largo y muy incierto para el mundo sinf¨®nico. No hemos vivido nada semejante¡±, afirma. En general, manejan soluciones para echar a andar: distancia y poco contacto. Coinciden en que as¨ª es dif¨ªcil controlar el sonido, pero se arriesgar¨¢n a ello.
Ser¨¢ algo que no podr¨¢ ponerse en pr¨¢ctica en ciclos m¨ªticos, como Iberm¨²sica, creado por Alfonso Aij¨®n hace 50 a?os: ¡°No habr¨¢ una salida clara hasta el a?o que viene. No resulta rentable traer orquestas sinf¨®nicas de alto nivel si solo puedes contar con una parte del aforo. Estamos a la espera de lo que dispongan desde el Ministerio de Cultura para el Auditorio Nacional, nuestra sede principal¡±. Tambi¨¦n habr¨¢ que vencer el miedo del p¨²blico de m¨¢s edad a acudir a lugares donde se producen aglomeraciones: ¡°El miedo es el enemigo que hay que vencer, tanto el del p¨²blico a entrar en contacto como el de los m¨²sicos a viajar¡±, asegura Aij¨®n.
Uno de los conjuntos espa?olas que se dispondr¨¢n a desafiar ese miedo durante el verano ser¨¢ la Orquesta Nacional de Espa?a (ONE). Por lo pronto actuar¨¢ en el Festival de Santander, probablemente, con fecha por confirmar en agosto, as¨ª como en el de Granada, donde se unir¨¢ a la orquesta de la ciudad para inaugurar la cita con un R¨¦quiem de Mozart en la catedral. Ese recital dar¨¢ inicio al programa con m¨¢s de 70 actuaciones en la primera gran cita del verano despu¨¦s de la pandemia (del 25 de junio al 26 de julio). F¨¦lix Palomero, director t¨¦cnico de la ONE, asegura: ¡°Es muy duro para un m¨²sico entrar en dique seco¡±. Lo romper¨¢n de dos formas. Organizando conciertos en l¨ªnea y con actuaciones en verano que no excedan a 50 instrumentistas. ¡°Programas con Beethoven y Mozart¡±, afirma, ¡°con la debida distancia y pocos instrumentos de viento separados probablemente por paneles¡±. Y tambi¨¦n con dos precauciones en la cabeza: ¡°Rapidez para cambiar los programas si hace falta y flexibilidad¡±.
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