El ciberespionaje israel¨ª contado desde dentro
Dov Alfon, que fue miembro del servicio secreto, novela en su debut los entresijos de una unidad secreta de inteligencia militar
En noviembre de 1979 un joven israel¨ª a punto de iniciar su servicio militar fue apartado junto a otros 23 reclutas a una sala donde se les comunic¨® que iban a formar parte de la Unidad 8200, algo que no pod¨ªan decir a nadie bajo pena de prisi¨®n y expulsi¨®n. El secretismo era tal que Dov Alfon (Susa, T¨²nez, 59 a?os) borr¨® de su mente cualquier comentario a nadie. Hace 12 a?os, ya como oficial en la reserva, tuvo que pasar un detector de mentiras en el que le preguntaron si se drogaba, si ten¨ªa amigos iran¨ªes o si pensaba usar lo que sab¨ªa para escribir un libro. Las tres respuestas fueron negativas y super¨® la prueba, pero al salir se dio cuenta de que no era tan mala idea. Ese es el germen de Una noche muy larga (Salamandra), seg¨²n cuenta por videoconferencia Alfon desde su acristalado piso de Par¨ªs, ciudad en la que es corresponsal del diario Haaretz.
Intentaba reflejar hasta qu¨¦ punto nos rastrean tecnol¨®gicamente. Y no solo Rusia o China. Es tu Gobierno el que te esp¨ªa y no se habla de esto
¡°No, no puedo hablar de lo que hice en la Unidad 8200¡±, responde, con la f¨®rmula aprendida, sobre su paso por all¨ª cuando la secci¨®n tecnol¨®gica del espionaje israel¨ª fue, por ejemplo, responsable de la destrucci¨®n del reactor nuclear iraqu¨ª en la Operaci¨®n ?pera. ¡°Mi experiencia me ha servido para hablar del poder y de c¨®mo se maneja. Adem¨¢s, lo incre¨ªble es que no ha cambiado tanto. Los principios son los mismos y la unidad empez¨® muy pronto a tener algunas de las tecnolog¨ªas que usa todo el mundo ahora. Yo ten¨ªa una especie de Google Maps en 1981¡±, relata.
Una noche muy larga es un thriller de esp¨ªas que transcurre en 24 horas entre Par¨ªs y varios puntos de Israel, una historia en la que dos miembros de la Unidad 8200 tratan de encontrar antes que ciertos agentes chinos a un soldado israel¨ª que lleva encima informaci¨®n de gran importancia. Mientras, asesinatos, venganzas y traiciones se desarrollan a la par que una carrera de esp¨ªas en la Red por obtener los datos que den la victoria a su bando.
El trasvase entre los servicios de inteligencia y el mundo de la empresa privada en el pa¨ªs con m¨¢s compa?¨ªas tecnol¨®gicas por habitante es continuo, y es algo que queda muy bien reflejado en el libro. Tambi¨¦n la censura de los gobiernos democr¨¢ticos o la invasi¨®n de la vida privada de sus ciudadanos en aras de la seguridad. ¡°Intentaba reflejar hasta qu¨¦ punto nos rastrean tecnol¨®gicamente hoy en d¨ªa. Y no digo solo Rusia o China. Es tu propio Gobierno el que te esp¨ªa, con agentes muy j¨®venes, y no se habla de esto. Por eso pens¨¦ que este libro ten¨ªa una oportunidad¡±, explica.
La gran mayor¨ªa de los protagonistas de las novelas de esp¨ªas son hombres, pero Israel debe mucho del ¨¦xito de su espionaje a las mujeres
El mundo ha cambiado muy r¨¢pido y la novela de esp¨ªas, a pesar de vivir una edad de oro, no lo hab¨ªa hecho del todo. El libro de Alfon, publicado en hebreo en 2016, es el primero que desnuda el mundo del espionaje de comunicaciones, el que se desarrolla con algoritmos y tecnolog¨ªa punta, el que se ha llevado por delante las formas tradicionales de inteligencia. ¡°El 80% de la informaci¨®n valiosa que Israel maneja antes de una operaci¨®n militar viene de la 8200. Y en el caso de la NSA llega al 90%, solo el 10% es informaci¨®n aportada por agentes de la CIA como en los viejos tiempos. Hay algo tan inhumano en el mundo del espionaje de hoy¡±, remata ri¨¦ndose, en una referencia a Zeev Abadi, uno de los dos protagonistas, un tipo que tiene a todo el mundo en contra y que llega a a?orar la Guerra Fr¨ªa, cuando el instinto y las dotes investigadoras val¨ªan para algo. Le acompa?a Oriana Talmor, una jovenc¨ªsima sargento de la unidad con mucha chutzpah, la famosa mezcla israel¨ª de desverg¨¹enza y cuestionamiento de las jerarqu¨ªas, una herramienta esencial para un esp¨ªa. ¡°La gran mayor¨ªa de los protagonistas de las novelas de esp¨ªas son hombres, pero Israel debe mucho del ¨¦xito de su espionaje a las mujeres, por eso quer¨ªa un personaje femenino fuerte. En Alemania dec¨ªan que no pod¨ªan publicarla porque una militar no puede dirigirse as¨ª a sus superiores, cre¨ªan que hab¨ªa un error. Les tuve que explicar que yo hab¨ªa vivido no menos de 10 situaciones similares¡±.
No hay un relato de esp¨ªas sin un conflicto moral y aqu¨ª gira en torno a la lealtad. ¡°Es la esencia de este mundo. Cuando vas a matar a alguien te planteas una serie de cuestiones morales y a qui¨¦n debes lealtad es una de las principales. ?A mi pa¨ªs, a mi causa, a unos ideales universales? El lector deber¨¢ preguntarse si ser¨ªa capaz de actuar como mis personajes¡±.
Tampoco existe una narraci¨®n del g¨¦nero que se precie, de Ian Fleming a Charles Cumming pasando por John Le Carr¨¦, que no tenga un gran enemigo. Aqu¨ª es China. ¡°No dir¨ªa que es una amenaza en la vida real. No. Pero es verdad que es una superpotencia y que si, hablamos de servicios de inteligencia, est¨¢n mucho mejor equipados y act¨²an de manera m¨¢s racional que Rusia y, hoy en d¨ªa probablemente que Estados Unidos tambi¨¦n. Saben lo que hacen y no se les est¨¢ prestando atenci¨®n¡±, analiza.
La estructura de la novela ¡ªtrama en 24 horas, m¨²ltiples escenarios, decenas de personajes¡ª fue una ¡°pesadilla¡± para un autor novel, pero al final las piezas encajaron y Alfon ya prepara la segunda parte y tambi¨¦n la adaptaci¨®n televisiva de la mano de Keshet, la productora de la serie Homeland. Nunca un detector de mentiras sirvi¨® para tanto en la ficci¨®n.
Las dos caras de la verdad
Dov Alfon tuvo un contacto muy distinto con la verdad cuando pas¨® de esp¨ªa a periodista y luego a dirigir el diario 'Haaretz' entre 2008 y 2011. En esa ¨¦poca public¨® una filtraci¨®n de documentos del Ej¨¦rcito de Israel que demostraban que falsificaban informes para actuar salt¨¢ndose las normas en zonas palestinas. La exclusiva gener¨® una gran pol¨¦mica en su pa¨ªs, pero no en el sentido que Alfon esperaba: ¡°Yo creo que un periodista puede publicar cualquier cosa que sea verdad y que sea de inter¨¦s p¨²blico. Otras cuestiones como si es bueno para el pa¨ªs no son relevantes en este caso. En ese sentido fue f¨¢cil. Pero la gente tiene miedo de la verdad y el esc¨¢ndalo no fue lo que publicamos, que se olvid¨® en una semana, sino c¨®mo hab¨ªamos conseguido esos informes, una pol¨¦mica que dur¨® meses¡±.
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