La edad de oro de la novela de esp¨ªas
Una nueva generaci¨®n se suma a cl¨¢sicos como Le Carr¨¦ para aprovechar una realidad inestable y amenazante que se convierte en el escenario perfecto
En un mundo de paz, concordia y prosperidad los esp¨ªas no tendr¨ªan trabajo.Sin embargo, Londres es un hervidero de agentes y conspiraciones, escenario de una guerra que no tiene nada de fr¨ªa, un reflejo de una realidad global convulsa de la que la ficci¨®n ha sabido sacar el mejor provecho. A la pervivencia de cl¨¢sicos como John Le Carr¨¦ o Charles McCarry ¨Cvivos y publicando novelas de primer nivel¨C se une una nueva generaci¨®n de escritores como Daniel Silva, Ben Macintyre (autor de investigaciones hist¨®ricas que se leen como novelas), Mike Herron o Charles Cumming. Hablamos con estos dos ¨²ltimos, invitados a BCNegra, para saber c¨®mo se han multiplicado las amenazas y la inestabilidad y c¨®mo se refleja eso en la ficci¨®n de esp¨ªas, inmersa en su especial edad dorada.
¡°Despu¨¦s del final de la Guerra Fr¨ªa los esp¨ªas no ten¨ªan a qui¨¦n espiar y los escritores de novelas de espionaje no ten¨ªan sobre qu¨¦ escribir. Ya no hab¨ªa un enemigo, un mundo antag¨®nico. El 11-S lo cambia todo y la amenaza existencial se hace m¨¢s pr¨®xima. La combinaci¨®n de Al Qaeda, el ISIS y Putin ha puesto de nuevo al g¨¦nero en el mapa y le ha dado un espectro mucho m¨¢s amplio que en la Guerra Fr¨ªa¡±, explica Cumming, que acaba de publicar en Espa?a Complot en Estambul (Salamandra). Pero el nuevo espionaje es m¨¢s salvaje. ¡°El envenenamiento de Sergei Skrypal en suelo ingl¨¦s estaba completamente fuera de las reglas de la Guerra Fr¨ªa. Era un esp¨ªa retirado y nunca se habr¨ªan vengado de ¨¦l as¨ª. Era impensable. Hab¨ªa unas convenciones y Rusia las ha roto¡±, cuenta Herron. ¡°S¨ª, pero no creo que lo ordenara Putin directamente¡±, interviene Cumming, que ya en El sexto hombre retrataba el poder del dirigente ruso sin atreverse a nombrarlo. ¡°En Occidente se le retrata como a un malo de James Bond: sofisticado, una temible mente criminal. Pero no creo que sea exacto.Creo que es c¨ªnico, brillante y despiadado pero no es tan alocado como lo pintamos¡±. ?Est¨¢ ganando la batalla? ¡°Si el objetivo era crear caos a corto plazo parece que s¨ª¡±, convienen los dos.
Un traidor mucho m¨¢s letal
En el reino de las lealtades rotas, Kim Philby represent¨® la figura del traidor por excelencia, seductor, impenetrable. Eso tambi¨¦n ha cambiado. "Philby ten¨ªa m¨¢s glamour, pero una sola filtraci¨®n de Edward Snowden hizo mucho m¨¢s da?o que todos el tiempo que estuvo Philby al servicio de los sovi¨¦ticos. A ¨¦l le habr¨ªa costado 200 a?os pasar todos esos datos. Muchos lo vieron como un h¨¦roe, pero ha sido totalmente decepcionante", afirma Cumming, que ha utilizado la informaci¨®n puesta a disposici¨®n del p¨²blico por el agente estadounidense para ambientar sus thrillers. La otra clave del ¨¦xito del g¨¦nero, convienen los dos, es que aborda conceptos esenciales como la confianza, la amistad, la traici¨®n o la verdad. Herron lo explica as¨ª: "Graham Greene siempre recordaba esa frase de E. M. Foster que dec¨ªa que si le daban a elegir entre traicionar a su pa¨ªs o a un amigo esperaba tener el coraje de traicionar a su pa¨ªs. Eso resume toda la lucha interior de mis esp¨ªas, un microcosmos que explica luego realidades m¨¢s amplias".
?C¨®mo refleja todo esto la literatura actual? Cumming (Ayr, Escocia, 1971) sonr¨ªe cuando niega que haya trabajado para el MI6 ¨Cel servicio secreto exterior brit¨¢nico¨C como se asegurado en varias ocasiones y a?ade, de nuevo con una sonrisa, que si lo hubiera hecho nunca nos lo dir¨ªa. Su aproximaci¨®n parte de fuentes muy s¨®lidas dentro del espionaje brit¨¢nico y de una premisa, heredera directa de la tradici¨®n fundada por Le Carr¨¦: la historia tiene que ser plausible, no real. Y en ese marco, asegura, se puede crear mucho porque muy poca gente sabe c¨®mo es todo ese mundo en realidad. Herron (Newcastle, 1968) toma del creador de Smiley su inter¨¦s por la vida interior de los esp¨ªas, personajes muchas veces anodinos, m¨¢s reales, m¨¢s pegados a la tierra, ¡°preocupados por la hipoteca y con qui¨¦n dejar a los ni?os, figuras incompletas, solitarias, con vidas personales no resueltas, aplastados en su rutina por la burocracia¡±, remata.
?De d¨®nde viene, entonces, el glamour? La vida del esp¨ªa de ficci¨®n ha estado siempre rodeada de mitos, culpa, seguramente de James Bond. ¡°La imagen que tenemos todos es la de las pel¨ªculas, no la de los libros de Fleming. Me preocupar¨ªa que la gente creyera que los esp¨ªas funcionan como Bond o que la CIA o el MI6 son tan corruptos como a veces se los pinta. Hay que tener cuidado con los clich¨¦s, pero es verdad que, por ejemplo, en el MI6 hay mucha gente que bebe mucho, por el estr¨¦s y la presi¨®n de esa vida. Tambi¨¦n es verdad que Smiley o 007 han beneficiado mucho al espionaje brit¨¢nico en t¨¦rminos de publicidad para la marca¡±, explica Cumming, de nuevo como si hablara desde dentro de la organizaci¨®n.
La amenaza china
Herron es el autor de una serie de novelas de la que en Espa?a se ha publicado Caballos lentos (Salamandra) protagonizadas por el sarc¨¢stico, alcoholizado y a la vez implacable Jack Lamb, un homenaje a Smiley. Las novelas de Cumming tambi¨¦n tienen el terrorismo como tema central y protagonista masculino, pero en los dos casos hay mujeres al frente de los servicios secretos. ¡°En la realidad, ya ha habido mujeres dirigiendo el MI5, pero nunca el MI6, aunque me consta que se lo han ofrecido a una y lo rechaz¨®. En cualquier caso, esto era impensable hace una d¨¦cada. Ese techo de cristal ya se ha roto. Y, adem¨¢s, siempre hemos tenido esp¨ªas muy eficaces, en parte porque los hombres nunca las ve¨ªan como un peligro¡±, explica Cumming.
Explotados, aunque no agotados, el terrorismo y la amenaza rusa, un nuevo campo se abre a la exploraci¨®n: China. Una potencia global, con un eficaz sistema de espionaje que la ficci¨®n ha dejado de lado, con pocas excepciones como The Shanghai Factor, de Charles McCarry, considerada una de las obras maestras del g¨¦nero. ¡°Es una amenaza mayor que Rusia. Su plan de expansi¨®n es m¨¢s a largo plazo, tiene tent¨¢culos m¨¢s y mejor extendidos por todo el mundo. Adem¨¢s, en su interior hay una burbuja de descontento que puede explotar y destruir el sistema desde dentro, algo que no creo que fuera deseable¡±, reflexiona Cumming, quiz¨¢s buscando un nuevo escenario al que llevar sus conspiraciones.
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