Woody Allen: ¡°La idea de que abus¨¦ de mi hija de 7 a?os era tan absurda que nunca habl¨¦ de ello¡±
El cineasta, que publica sus memorias ¡®A prop¨®sito de nada¡¯, defiende en esta entrevista con EL PA?S su inocencia en las acusaciones de agresi¨®n sexual a su hija Dylan

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En una de las primeras citas de Woody Allen y Mia Farrow, ¨¦l la invit¨® a ir a despedirse del cad¨¢ver de Thelonious Monk en una funeraria de la Tercera Avenida de Manhattan. ¡°Se comport¨® de manera cort¨¦s pero consternada, y tal vez en ese momento deber¨ªa haberse dado cuenta de que estaba iniciando una relaci¨®n con el so?ador equivocado¡±, relata al comienzo de A prop¨®sito de nada (Alianza). As¨ª empiezan unas memorias pensadas para revisar, a trav¨¦s de un sinf¨ªn de an¨¦cdotas y chascarrillos, su larga trayectoria como c¨®mico y cineasta, aunque su motivaci¨®n real podr¨ªa ser defenderse, de una vez por todas, de las acusaciones de abuso sexual a su hija Dylan, que ocupan un lugar central en su relato porque tambi¨¦n lo han conquistado, a su pesar, en su propia vida.
Despu¨¦s de a?os de silencio, Allen pasa al ataque. Acusa a Farrow de agredir f¨ªsicamente a su esposa, Soon-Yi, y de tratarla de ¡°retrasada¡±, de dormir desnuda con su hijo Satchel (hoy Ronan) hasta que cumpli¨® los 11 a?os y obligarle a alargar quir¨²rgicamente sus piernas para poder ¡°hacer carrera en pol¨ªtica¡±, adem¨¢s de lavar el cerebro a sus hijos haci¨¦ndoles creer que era poco menos que un ¡°Moloch vestido con pantalones de pana Ralph Lauren¡±. El director, que cumplir¨¢ 85 a?os en diciembre, resume la maniobra con una frase que Farrow habr¨ªa pronunciado en un lejano 1992: ¡°T¨² me quitaste a mi hija, ahora yo te quitar¨¦ a la tuya¡±. Es el pen¨²ltimo episodio de un caso en el que abundan los ¨¢ngulos ciegos y las dudas razonables, firmado por un cineasta al que, de un tiempo a esta parte, se le cierran algunas puertas (aunque no est¨¦ ni de lejos censurado, como ¨¦l mismo insiste en aclarar). ¡°Yo sab¨ªa que la verdad estaba de mi lado, pero ahora me doy cuenta de que eso no es garant¨ªa de nada¡±, lamenta Allen, que respondi¨® a esta entrevista el pasado martes desde su casa en Nueva York.
Pregunta. ?Por qu¨¦ escogi¨® un t¨ªtulo como A prop¨®sito de nada? Para usted, ?su vida equivale a la nada?
Respuesta. Nadie necesita mi libro. Relatar mi historia no es relevante ni importante. Tal vez pueda ser de inter¨¦s para algunas personas, o tal vez no¡
Encarno todo lo que el Me Too quiere conseguir
P. Alguna importancia tendr¨¢, si decidi¨® publicarlo.
R. No, no la tiene. La verdad es que me han pedido que escriba la historia de mi vida desde el comienzo de mi carrera. De repente, me encontr¨¦ en casa sin nada que hacer, a la espera de empezar a trabajar en mi pr¨®ximo proyecto, as¨ª que decid¨ª escribirlo. Espero que la gente lo encuentre informativo y entretenido, que se diviertan ley¨¦ndolo.
P. No todo el libro es divertido. En realidad, es dif¨ªcil de leer¡
R. ?Lo dice porque le cost¨® entenderlo?
P. No, lo digo porque relata cosas inc¨®modas.
R. La vida humana tiene dimensiones distintas y, claro est¨¢, no todo lo que me ha sucedido es divertido. En cualquier vida humana hay una parte tr¨¢gica y yo no soy ninguna excepci¨®n.
P. En este libro hace algo que, durante a?os, evit¨®: alzar la voz y defenderse. ?Por qu¨¦ ahora?
R. Ante todo, quiero aclarar que no tengo la sensaci¨®n de haberme defendido. No necesitaba ninguna defensa. Escrib¨ª la historia con objetividad. He usado citas de otras personas: los investigadores, los m¨¦dicos, los jueces, los testigos. Nunca me inclu¨ª a m¨ª mismo. Al sentir que no necesitaba una defensa, quise escribir la historia de manera objetiva y dejar que el lector llegase a sus propias conclusiones. No quer¨ªa entrar en el ¡°¨¦l dijo, ella dijo¡±. Esta no es mi versi¨®n, sino la versi¨®n del investigador, el psiquiatra y la asistenta dom¨¦stica. Ojal¨¢ no hubiera ocupado todo ese espacio, pero para contar mi historia al completo tambi¨¦n deb¨ªa incluir esta parte.
Al ser inocente, no sent¨ª que debiera una explicaci¨®n a nadie. Tal vez mi silencio hizo que la gente dudara
P. Durante a?os, call¨®. ?No cree que su silencio hizo aumentar las dudas sobre su versi¨®n?
R. S¨ª, puede que tenga raz¨®n, pero no me import¨®. Cuando eres inocente, esas cosas no te importan. No quise perder el tiempo pensando en eso. No sent¨ª que le debiera una explicaci¨®n a nadie. La investigaci¨®n concluy¨® que no hab¨ªa hecho nada, as¨ª que me centr¨¦ en mi trabajo y en mi familia. Pens¨¦ que era una p¨¦rdida de tiempo dar entrevistas en televisi¨®n o escribir art¨ªculos. Pero, para responder a su pregunta: s¨ª, tal vez mi silencio hizo que la gente dudara, que pensara: ¡°?Por qu¨¦ est¨¢ tan callado?¡±.
P. De ser un ¨ªdolo, dice que ha pasado a convertirse en ¡°un paria¡±, como se define en el libro, tras la irrupci¨®n del MeToo y la nueva acusaci¨®n de Dylan.
R. S¨ª, pero yo no lo he vivido como algo dif¨ªcil. Cuando todo eso sucedi¨®, simplemente segu¨ª trabajando. Estaba en todos los peri¨®dicos, pero los dem¨¢s se interesaban por ello m¨¢s que yo mismo. Era un sinsentido que alguien creyera que hab¨ªa hecho algo as¨ª a mi hija de 7 a?os, que hubiera podido abusar de ella de cualquier forma. La idea era tan absurda que nunca habl¨¦ de ello. Trabaj¨¦ y segu¨ª trabajando, y nunca me import¨®. Era solo cosa de los tabloides, que en el fondo viven de eso¡

P. ?No cree que va mucho m¨¢s all¨¢? Amazon ha suspendido su acuerdo de producci¨®n y distribuci¨®n, el grupo Hachette se neg¨® a publicar su libro, las universidades dejan de estudiar sus pel¨ªculas y muchos actores ya no quieren trabajar con usted.
R. En teor¨ªa tiene toda la raz¨®n, porque todo eso es cierto. Pero, en la pr¨¢ctica, no ha tenido ning¨²n efecto. La editorial rechaz¨® el libro, pero 15 minutos despu¨¦s ten¨ªa otra que estaba dispuesta a publicarlo. Amazon me dio la espalda, pero pude rodar otra pel¨ªcula poco despu¨¦s. Todo eso no me ha impedido seguir trabajando ni que la gente siguiera viendo mis pel¨ªculas. Es cierto que algunos actores me dijeron que no quer¨ªan trabajar conmigo en Rifkin¡¯s Festival, la pel¨ªcula que rod¨¦ en San Sebasti¨¢n [se estrenar¨¢ en oto?o]. Pero no pas¨® nada: simplemente encontr¨¦ a otros. Si nadie quisiera trabajar conmigo y nadie quisiera ver mis pel¨ªculas, tal vez me afectar¨ªa. Pero eso no es lo que ha sucedido¡
La gente nunca entrar¨¢ en raz¨®n. Cuando manchan tu nombre, deja de importar si eres inocente o culpable
P. En los ¨²ltimos a?os, algunas de sus declaraciones han sido interpretadas como provocaciones. Por ejemplo, cuando en 2018 dijo que el Me Too deber¨ªa adoptarle como un s¨ªmbolo. ?Lo lamenta?
R. No, claro que no. Encarno todo lo que el MeToo quiere conseguir. He empleado a cientos de mujeres delante y detr¨¢s de la c¨¢mara [106 actrices en papeles protagonistas y 230 como responsables de departamentos t¨¦cnicos, seg¨²n precisa en el libro]. Siempre he pagado exactamente lo mismo a hombres y mujeres. En m¨¢s de 50 a?os, ni una sola actriz o miembro de uno de mis equipos ha dicho una sola palabra negativa sobre m¨ª. No he recibido una sola acusaci¨®n de discriminaci¨®n o de acoso de cualquier tipo. Si todos los hombres se hubieran comportado como yo, el movimiento ya habr¨ªa alcanzado sus objetivos¡
P. En su libro se manifiesta en contra de la ¡°Polic¨ªa de lo Apropiado¡± y hasta insin¨²a que vivimos un nuevo macartismo. ?Es comparable?
R. No, la era McCarthy fue mucho peor. Entonces exist¨ªa una lista negra formal, se imped¨ªa a la gente trabajar para cualquier estudio o cadena. A algunos los mandaban a la c¨¢rcel, pese a no haber hecho nada que no estuviera contemplado por sus derechos constitucionales, y otros se suicidaban saltando del tejado. Ahora no tenemos nada parecido. Hay gente que se enfada en las redes sociales, pero no es lo mismo que la era McCarthy, cuando existi¨® algo peligrosamente parecido a una polic¨ªa de Estado¡
P. ¡°Todo lo que puedo hacer es esperar que la gente entre en raz¨®n¡±, declar¨® hace unos d¨ªas a The Guardian. ?Es eso posible?
R. Nunca har¨¢n eso. Es como aquellos mitos terribles sobre los jud¨ªos, aquellas ideas delirantes que permanecieron durante cientos de a?os en la conciencia colectiva. No quiero compararlo, porque aquello fue horrendo y mort¨ªfero, pero una vez que manchan tu nombre, una vez que alguien te acusa de algo una y otra vez, deja de importar que seas inocente o culpable. La mancha se queda. Pero, como dec¨ªa antes, todo eso no me importa. Cuando me muera, no podr¨¦ preocuparme por esas cosas. Si alguien quiere pensar que soy la peor persona sobre la faz de la tierra, ser¨¢ irrelevante, porque ya habr¨¦ sido desterrado de la existencia. Lo que piensen los dem¨¢s no tiene mucha importancia. Pero, para responder a su pregunta, no creo que la gente vuelva a sus cabales sobre este caso.
He pagado un precio grande por amar a Soon-Yi, pero ha merecido la pena. No lo cambiar¨ªa por nada
P. En su libro dice que no ha dormido una sola noche sin Soon-Yi en los ¨²ltimos 25 a?os. Ha vivido una relaci¨®n de comuni¨®n total, mientras que todas las anteriores fueron muy distantes. ?C¨®mo lo explica?
R. No hay m¨¢s explicaci¨®n que la suerte. Siempre sal¨ª con mujeres de edades parecidas a la m¨ªa, actrices y otra gente de esta profesi¨®n, casi siempre de Nueva York. Si hace a?os me hubieran dicho que me casar¨ªa con una mujer mucho m¨¢s joven, nacida en Corea y sin ninguna relaci¨®n con el show business, me habr¨ªa parecido descabellado. Y, sin embargo, sucedi¨®. La qu¨ªmica es correcta, la cosa funciona por il¨®gico que parezca el motivo¡ Somos felices juntos y tenemos una buena vida. No es como si no nos pele¨¢ramos nunca, pero es un matrimonio fundado en un amor real.
P. ¡°He tenido que pagar un precio muy grande por amarla¡±, escribe, pese a todo, en el libro.
R. S¨ª, pero ha merecido la pena. La gente me dec¨ªa que c¨®mo pod¨ªa estar con alguien mucho m¨¢s joven¡ Era la hija de Mia y luego termin¨¦ siendo falsamente acusado. Me ha dado una mala imagen, pero eso no significa nada para m¨ª. Tengo una relaci¨®n maravillosa con Soon-Yi y no la cambiar¨ªa por nada.
Black Lives Matter: ¡°Las protestas raciales tendr¨¢n efecto y los dem¨®cratas ganar¨¢n las elecciones¡±
Cuando observa el horizonte, Woody Allen no vislumbra un nuevo mundo que ser¨¢ sustancialmente mejor que el anterior. Para el director, la nueva normalidad ser¨¢ tan mala como la antigua. ¡°En cuanto sintamos que ya ha pasado lo peor, volveremos a nuestra vida anterior con inmediatez e inmadurez. No vamos a vivir en un nuevo mundo, aunque s¨ª pronostico algunos cambios a mejor. De todas formas, el mundo no puede ir peor: la gente se ha quedado sin trabajo, las tiendas est¨¢n cerradas, un virus sigue matando y la gente protesta en las calles¡±, responde Allen. El cineasta cree que esos cambios ser¨¢n pol¨ªticos. ¡°Los dem¨®cratas ganar¨¢n las pr¨®ximas elecciones y las protestas raciales esta vez ser¨¢n efectivas, o eso espero. Estados Unidos siempre ha sufrido problemas raciales. En las ¨²ltimas d¨¦cadas ha habido mucha palabrer¨ªa y poco progreso, pero creo que ahora se va a producir un cambio significativo¡±, se?ala Allen.
En A prop¨®sito de nada, el director sostiene que, en lo que respecta a los derechos de los afroamericanos, siempre ha sido ¡°liberal e incluso radical¡±. ¡°Con los a?os he recibido algunas cr¨ªticas respecto al hecho de que no hay actores afroamericanos en mis pel¨ªculas¡±, admite Allen, que no cree que la discriminaci¨®n positiva sirva ¡°en la selecci¨®n de un reparto¡±. Pese a todo, recuerda que se manifest¨® en Washington al lado de Martin Luther King y que bautiz¨® a sus hijos en honor a sus h¨¦roes afroamericanos. ¡°Cuando Ronan naci¨®, le puse el nombre de Satchel por [el jugador de b¨¦isbol] Satchel Paige. A las dos ni?as que adopt¨¦ con Soon? Yi las bautic¨¦ como Bechet, en honor al gran virtuoso del jazz Sidney Bechet, y Manzie, por su bater¨ªa, Manzie Johnson¡±, asegura.
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