El Festival de M¨²sica de Granada saca a la m¨²sica cl¨¢sica del confinamiento

La m¨²sica cl¨¢sica ha dado por concluido el confinamiento con la puesta en marcha del primer gran festival en Europa. El Festival Internacional de M¨²sica y Danza de Granada ha reunido en la noche del jueves 25 de junio a 622 personas en la catedral de Granada para escuchar el R¨¦quiem en re menor de Mozart en su concierto de inicio. El de Granada es el primer gran festival que reanuda su actividad este verano y ha supuesto un reto musical, sanitario y organizativo que, finalmente, se ha salvado con ¨¦xito. Lo vivido ayer en la catedral de esta ciudad andaluza da una pista, adem¨¢s, de c¨®mo ser¨¢ la actividad cultural en los pr¨®ximos meses.

A las dificultades habituales en la producci¨®n cultural se a?aden algunas nuevas: severo control de accesos, mantenimiento de distancia entre los propios artistas, tambi¨¦n por supuesto entre el p¨²blico y, como a?adido extra, la necesidad de valorar qu¨¦ actividad realiza cada uno de los intervinientes para poner o quitar medidas de seguridad. En el caso de los instrumentos de viento, por ejemplo, la organizaci¨®n debi¨® instalar mamparas para proteger a los m¨²sicos situados delante de ellos. Tambi¨¦n fue excepcional la localizaci¨®n de los cuatro solistas, situados de dos en dos lejos de la orquesta y en un piso superior, en las balaustradas de los dos ¨®rganos de la catedral.

M¨¢s incomodidad que otra cosa, cuentan quienes lo han vivido de cerca, la mascarilla no repercuti¨® excesivamente en la calidad del coro

La distancia entre los m¨²sicos de la Orquesta Ciudad de Granada (OCG) llamaba la atenci¨®n, como lo hac¨ªa tambi¨¦n la mascarilla que una gran mayor¨ªa de ellos luc¨ªa. Con todo, lo m¨¢s llamativo fue la entrada a la sala de los miembros del Coro y Joven Coro de la OCG. De negro, como es habitual, y con una mascarilla igualmente negra que, a?os atr¨¢s, hubiera parecido una performance o una reclamaci¨®n laboral silenciosa o algo por el estilo. Ayer no y probablemente ser¨¢ as¨ª durante algunos meses a¨²n. Pero la sorpresa no se qued¨® en la salida a escena. Las mascarillas del coro parec¨ªan tan solo un mensaje de seguridad y se daba por hecho que, al cantar, desaparecer¨ªan. No fue as¨ª. Los hombres y mujeres de la coral, cada uno a un lado de la orquesta y separados por algo m¨¢s de una decena de metros, la mantuvieron durante su actuaci¨®n. M¨¢s incomodidad que otra cosa, cuentan quienes lo han vivido de cerca, la mascarilla no repercuti¨® excesivamente en la calidad del coro.

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El R¨¦quiem de Mozart que da inicio a la 69? edici¨®n del festival granadino ha estado interpretado por la Orquesta Ciudad de Granada y dirigido por Andrea Marcon, en la que ha sido su ¨²ltima actuaci¨®n como director titular de la OCG. La soprano Katharina Konradi, el alto Carlos Mena, el tenor Xabier Anduaga y el bajo bar¨ªtono Carlos ?lvarez, que ha actuado en el festival por primera vez. El del jueves ha sido un concierto extraordinario y ben¨¦fico y la organizaci¨®n decidi¨® previamente eliminar todas las invitaciones y acreditaciones y que todos los asistentes abonaran su entrada. La recaudaci¨®n destinada a C¨¢ritas y al Banco de Alimentos ha sido de 28.700 euros. Esta edici¨®n es la primera dirigida por Antonio Moral, que sustituye a Pablo Heras Casado al frente de la organizaci¨®n.

Las dificultades del concierto del jueves en la catedral granadina han sido muchas, admiten quienes han estado cerca de los ensayos. Miguel ?ngel Laiz, catedr¨¢tico de piano del Conservatorio Superior de M¨²sica de Granada, considera que, por encima de todo, la celebraci¨®n en s¨ª del concierto es un ¨¦xito. ¡°Si ya habitualmente es dif¨ªcil celebrar un concierto sinf¨®nico coral en la catedral, los condicionantes sanitarios han redoblado esa dificultad¡±, explica Laiz.

Gran parte del ¨¦xito, se lo endosa Laiz a Marcon, el director. ¡°La reverberaci¨®n es un problema serio en estos espacios y puede generar desfases de entre tres y cinco segundos en el sonido¡±. Eso supone que la m¨²sica no llega a la vez al o¨ªdo de los m¨²sicos, que al de los asistentes en la primera fila que, por supuesto, a quienes acuden al concierto al final de la catedral a probablemente 60 o 70 metros de distancia. Sin contar el gran volumen espacial que supone la excepcional altura de una catedral. ¡°Pero Marcon ha arreglado eso con mucha solvencia y un esfuerzo notable. Me consta que en los primeros ensayos hubo serios problemas pero, jugando con los tempos, conteni¨¦ndolos, ha hecho posible que se pueda digerir la m¨²sica¡±, detalla Laiz.

El festival para durante unos d¨ªas y retoma la actividad presencial el pr¨®ximo 9 de julio, con una Novena de Beethoven participativa que se celebrar¨¢ en el Palacio de Carlos V en la Alhambra. A partir de ah¨ª la actividad ser¨¢ diaria, con m¨¢s de 70 espect¨¢culos, en una edici¨®n dedicada al 250 aniversario del nacimiento de Beethoven y caracterizada por una presencia excepcional de pianistas y el a?adido ocurrido hace unos d¨ªas de la presencia del director y tambi¨¦n pianista Daniel Baremboin, que debut¨® en el festival granadino hace 40 a?os y hace 35 que no ha vuelto como solista a Granada. Baremboin estar¨¢ en la capital nazar¨ª el 24 de julio, casi 70 a?os despu¨¦s de su primera actuaci¨®n en un escenario, que tuvo lugar con siete a?os, en agosto de 1950 en Buenos Aires (Argentina).