P¨¦rez-Reverte: ¡°Necesito que el lector me acompa?e y sienta lo mismo que yo¡±
La obra 'El tango de la Guardia Vieja' inaugura la colecci¨®n 'Novela hist¨®rica' de EL PA?S
Hace m¨¢s de 20 a?os, Arturo P¨¦rez-Reverte comenz¨® a escribir una novela que entonces no pudo concluir. Como ¨¦l mismo reconoce, le faltaba ¡°madurez¡± para llenar a los personajes de las experiencias vitales que requer¨ªan. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, acometi¨® aquel texto y dio a luz a El tango de la Guardia Vieja, t¨ªtulo que inaugura la colecci¨®n Novela hist¨®rica de EL PA?S, cuyas entregas estar¨¢n disponibles a partir del pr¨®ximo domingo 5 de julio, con el diario, en los quioscos.
El autor presenta una historia de amor rebosante de erotismo, abruptamente interrumpida y con la Europa del siglo XX como escenario. Una novela en blanco y negro, impregnada de elegancia y humo de cigarrillo, en la que sus protagonistas bailan entre Argentina, Francia e Italia. El tango y el ajedrez se combinan con intrigas y los episodios b¨¦licos que transformaron el mundo en este periodo.
Pregunta. Este libro inicia una colecci¨®n dedicada a la novela hist¨®rica, pero El tango de la Guardia Vieja es mucho m¨¢s que eso, casi se podr¨ªa decir que es, sobre todo, una novela rom¨¢ntica.
Respuesta. Es una novela con un mont¨®n de ingredientes distintos: policiaca, de misterio, es hist¨®rica¡ Hay muchas maneras de enfocarla. Habla de una Europa que ya no existe y, en ese sentido, es hist¨®rica; no porque transcurra en los a?os 20, 30 y 60, sino porque realmente lo que cuenta la novela es una Europa que ya no existe. Estos tres momentos, cuando se encuentran los personajes, est¨¢n muy elaborados y documentados, se tratan de una manera muy expl¨ªcita.
P. ?Por qu¨¦ le interesaban justamente estos periodos, que se relacionan con conflictos b¨¦licos a trav¨¦s de los recuerdos del protagonista, Max?
R. Porque esa Europa que Max recuerda es una Europa que las guerras fueron destruyendo. La Primera Guerra Mundial marc¨® el final de una ¨¦poca y la Segunda acab¨® con lo que quedaba de ella. Esos conflictos no est¨¢n explicados, sino que est¨¢n como tel¨®n de fondo. Es el momento de la destrucci¨®n de las ideas.
P. ?C¨®mo concibi¨® a Max, un delincuente que consigue en el lector lo mismo que con los personajes, que lo perciba como una persona confiable?
R. Esta es una de mis novelas favoritas y hay una parte interesante. La empec¨¦ a escribir hace 20 a?os y antes de terminarla me di cuenta de que no funcionaba, me faltaba algo. No sab¨ªa qu¨¦ era y me detuve. 20 a?os despu¨¦s la retom¨¦ y sali¨® sola. Con 40 a?os no ten¨ªa la madurez ni la mirada que necesitaba el protagonista para contar, especialmente, esa tercera parte de la historia que transcurre en los a?os 60.
P. En esa parte final de la novela, la Guerra Fr¨ªa se trata a trav¨¦s del juego de ajedrez.
R. Soy un jugador mediocre, pero me fascina el ajedrez. De hecho, Leontxo Garc¨ªa, colaborador de EL PA?S, me asesor¨® en algunos puntos de esta novela. El ajedrez en esa ¨¦poca de la Guerra Fr¨ªa era la manera que ten¨ªan de luchar Occidente y Oriente y eran verdaderas batallas en las que se jugaban el prestigio. Era una buena forma de contar, de una manera m¨¢s intelectual, lo que era la tensi¨®n europea en aquel momento.
P. La novela es muy descriptiva y hay ciertos ¨¢mbitos especialmente relevantes, como la ropa, la m¨²sica o los movimientos de los personajes al bailar, que propician una lectura muy cinematogr¨¢fica.
R. Esas escenas no est¨¢n ah¨ª por el placer que me producen, sino porque necesito que el lector me acompa?e, que baile con Max y Mecha ¡ªlos dos protagonistas¡ª, que sienta lo mismo que yo y que ellos, y para eso necesito rodear al lector de menciones de la vida social, de la ropa, de los bailes. Todo est¨¢ puesto de manera deliberada. Una lectora me dijo una vez que le hab¨ªa gustado la novela porque ve¨ªa moverse a los personajes de una forma elegante. Ese es el mayor elogio para un autor. Hay novelistas a los que hay que creer bajo palabra, escriben que un personaje es elegante, pero no hacen nada para que lo sea; en cambio, yo necesitaba que el lector lo viera.
P. ?C¨®mo fue el proceso de documentaci¨®n para las escenas de delincuencia?
R. Me lo paso muy bien document¨¢ndome, al o¨ªr la m¨²sica, sentarme en los bares... Necesitaba saber c¨®mo era abrir una caja fuerte y me fui a ver a unos expertos. Quer¨ªa un modelo de la ¨¦poca, los a?os 30, y la abrieron para m¨ª. Despu¨¦s, bajo el tutelaje de los profesionales, hice las operaciones que me fueron diciendo. Cuando hizo clic y se abri¨®... Esa sensaci¨®n ya hizo que la novela mereciera la pena.
P. Como autor, ?le importa qu¨¦ hay de verdad y qu¨¦ de ficci¨®n en una novela hist¨®rica?
R. Esta es una novela h¨ªbridamente hist¨®rica. No es lo mismo escribir una novela con 20 a?os que con 60, con una biograf¨ªa m¨¢s o menos densa. Tu vida, que es mucha, se mezcla con lo le¨ªdo, que es mucho, y con lo escrito, que empieza a ser mucho. Ya no puedes trazar l¨ªneas que separan esos ¨¢mbitos. Hay cosas de mi vida real que recuerdo como ficci¨®n y personas o historias de novelas que me parecen muy reales. Vives en un magma dif¨ªcil de decantar. Se trata de que la literatura se parezca a la vida y de que la vida se parezca a la literatura.
A El tango de la Guardia Vieja le seguir¨¢n t¨ªtulos como El ¨²ltimo jud¨ªo, de Noah Gordon, El hombre de San Petersburgo, de Ken Follett o La sangre de los inocentes, de Julia Navarro. Todas las entregas est¨¢n disponibles en la p¨¢gina web de Colecciones y desde el domingo 5 en los quioscos por 5,95 euros cada una
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