Max Richter, la banda sonora del presente
El compositor, influyente en la m¨²sica de cine y series, respetado en los auditorios de cl¨¢sica y reclamado por festivales de pop, publica un disco inspirado en la Declaraci¨®n de Derechos del Hombre
Como las formas musicales describen, de alg¨²n modo, los ciclos de la vida, Max Richter (Hamelin, Alemania, 1966) solo espera que la pandemia no se vuelva en nuestra contra como una siniestra sonata. Conf¨ªa tambi¨¦n en que esta lecci¨®n nos obligue a volver a la esencia humana. Un esp¨ªritu que el compositor aspira a recoger en VOICES (Decca), una obra basada en la Declaraci¨®n Universal de Derechos del Hombre en la que mezcla hasta 70 idiomas. Se publica el 31 de julio.
?l tiene su propia experiencia en volver del abismo. Lo hizo como creador cuando, embriagado del artificio de determinadas vanguardias rupturistas, mir¨® hacia el renacimiento. Fue un consejo que le dio el italiano Luciano Berio, uno de sus maestros: ¡°Debes alejarte de este nudo, no te lleva a ninguna parte, trata de ser m¨¢s directo, no tan enrevesado¡±.
Richter emprendi¨® desde all¨ª un camino que le ha llevado a ser uno de los compositores m¨¢s populares del presente: influyente en el mundo de las bandas sonoras, respetado en los c¨ªrculos de la m¨²sica cl¨¢sica y reclamado hasta en los festivales de pop, como el Cru?lla de Barcelona. La cita, en colaboraci¨®n con El Liceu, program¨® ayer y hoy una de sus piezas m¨¢s populares: la revisi¨®n de Las cuatro estaciones de Vivaldi que le llev¨® en 2012 a ser n¨²mero uno en las listas de escucha digitales.
¡°Mi regreso al renacimiento y al barroco fue muy natural¡±, asegura por videoconferencia. De la ultravanguardia pas¨® a los aires minimalistas que llegaban de las corrientes b¨¢lticas en Europa, conectadas con la sensibilidad de Philip Glass y otros compositores estadounidenses. Aunque a ¨¦l le interesara sobre todo la espiritualidad de m¨²sicos perseguidos en la antigua URSS, como el estonio Arvo P?rt.
Pero si de entre todos le preguntamos por un compositor ideal, Richter habla de Gustav Mahler: ¡°Un visionario¡ Lo que me atrae de ¨¦l, sobre todo, es su libertad creativa, su fecundidad en la imaginaci¨®n y su riqueza. ?C¨®mo era capaz de aglutinar tantas ideas al tiempo en sus partituras?¡±, se pregunta. ¡°Buscaba la mejor manera de ser persona. Y para eso utilizaba el abismo y el drama, pero tambi¨¦n la belleza, la comedia o el humor negro para contraponer lo real a lo ideal¡±.
La obra de Richter explora el ideal y la tiniebla, el consuelo y la desolaci¨®n. Y lo hace en espacios muchas veces alternativos a las salas convencionales: ¡°Quiero alejarme del ritual que acompa?a a la m¨²sica¡±, asegura. Lo hizo para obras como Sleep (2015), una pieza de ocho horas para acompa?ar el sue?o humano en la que, adem¨¢s de explorar la sutil frontera entre la realidad y la inconsciencia, propon¨ªa al p¨²blico por lugares insospechados de todo el mundo que la escuchara metido en la cama.
Richter busca adem¨¢s alterar las ataduras del tiempo. ?Por qu¨¦ atenerse a obras que cab¨ªan en el espacio de un disco si las posibilidades digitales destrozan esa medida? Otra cosa es la m¨²sica para obras audiovisuales, con ¨¦xitos, en su caso, como la banda sonora de la serie The Leftovers o episodios de Black Mirror.
El sonido de la distop¨ªa
Para este ¨²ltimo proyecto, el m¨²sico aporta una explicaci¨®n traviesa: ¡°Las distop¨ªas funcionan como algo coercitivo, como un cuento b¨ªblico. No hagamos eso porque iremos al infierno, para eso sirven. Pero la m¨²sica requiere una armon¨ªa para atemperar todo ese terror. Debe resultar consoladora, susurrarnos: ¡®No te preocupes, todo puede ser horrible, pero mant¨¦n la calma¡¯. En ese episodio de Black Mirror [dirigido por Joe Wright], el efecto era intencionado. Lo decidimos as¨ª¡±.
Pese a que Richter ha concebido algunas de las bandas sonoras m¨¢s bellas para digerir las distop¨ªas, cree que ha llegado el momento de mirar hacia la utop¨ªa: ¡°Debemos reflexionar sobre el mundo que hemos creado y acerca ahora del que queremos construir. La pandemia nos ha obligado a refugiarnos en nuestras esencias. A mirar hacia la comunidad y la creatividad, a buscar la reflexi¨®n. Puede ser positivo, podemos recomenzar nuestra vida de forma distinta¡±, comenta.
Tampoco se enga?a y vuelve a la sonata como forma metaf¨®rica del c¨ªrculo vital. ¡°Implica recapitulaci¨®n, somos criaturas de h¨¢bitos, gravitamos sobre lo que conocemos, pero no podemos seguir as¨ª: ni en la pol¨ªtica, ni en el medioambiente¡±. Mucho menos, encerr¨¢ndonos a nosotros mismos despu¨¦s de las olas de populismo y ultranacionalismo, cree.
Se considera un m¨²sico profundamente europeo. Naci¨® en Alemania, creci¨® en el Reino Unido. Regres¨® a Berl¨ªn y ahora ha vuelto al Reino Unido del Brexit. ¡°Esto es un desastre. Ya est¨¢. Una especie de autolesi¨®n colectiva¡±, asegura. ¡°Soy un compositor europeo, me identifico con todas esas ra¨ªces porque adoro su pluralidad, su ruptura de fronteras, que ha ocurrido siempre de forma natural. Formamos un espectro enorme en el que dialogamos constantemente. Y en eso, el proyecto de la Uni¨®n ha ayudado, fue un gran logro¡±.
Cuando en momentos como este la unidad est¨¢ en peligro es momento de apelar a sus bases. ¡°De ah¨ª que ahora me haya centrado en la Declaraci¨®n Universal de Derechos del Hombre para VOICES. En los ¨²ltimos 10 a?os, aproximadamente, el nacionalismo, el populismo ha erosionado el progreso, ha constituido un reverso de lo que logramos. Debemos reivindicar e iluminar lo contrario a esa regresi¨®n. La declaraci¨®n es la respuesta¡±.
Cuatro discos de Richter
The Blue Notebooks
Publicado en 2004, Richter compuso este disco un a?o antes, en v¨ªsperas de la invasi¨®n de Irak por parte de EE UU. Un trabajo antib¨¦lico.
The Four Seasons
Como en el cine, Richter hizo en 2012 un remake de Las cuatro estaciones, de Vivaldi, y el ¨¦xito fue propio de una estrella del pop m¨¢s sofisticado.
The Leftovers
El compositor , que ya hab¨ªa creado antes m¨²sica para cine y televisi¨®n, dio forma para la serie The Leftovers (HBO, 2014) a una conmovedora banda sonora de car¨¢cter minimalista, fundamentada en el piano, cuerdas y electr¨®nica.
Voyager
Un grandes ¨¦xitos, que es al mismo tiempo una buena puerta de entrada al universo de Max Richter. Desde las bandas sonoras a las piezas m¨¢s personales.
Babelia
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