Una secuela m¨¢s blanca
Si esta vez Santiago Segura logra un nuevo triunfo valdr¨¢ el doble: corren tiempos duros y su pel¨ªcula es bastante peor que la primera
Puede que la confianza en uno mismo y en el trabajo propio sea una de las esencias del ¨¦xito. Y cuando todos reculan ante la extensi¨®n de la pandemia y un l¨®gico terror al fracaso, otros dan un paso al frente: Padre no hay m¨¢s que uno 2, subtitulada La llegada de la suegra (secuela de la triunfadora Padre no hay m¨¢s que uno, que roz¨® los 2,5 millones de espectadores el pasado a?o), no solo no ha retrasado su estreno para mejores d¨ªas sino que lo ha adelantado. El idilio con el p¨²blico de Santiago Segura, que no le tiene miedo al miedo, es perpetuo. Si esta vez logra un nuevo triunfo valdr¨¢ el doble: corren tiempos duros y su pel¨ªcula es bastante peor que la primera.
En esta segunda entrega los pocos chistes que hacen diana son los m¨¢s negros: el mejor, de hecho, es uno alrededor del matonismo colegial
Es posible que lo ¨²nico que se mantenga sea una cierta impresi¨®n de simpat¨ªa, lo que lleva a que, pese a sus desperfectos, sea imposible (e injusto) cebarse con ella. Pero ya sin la base de la pel¨ªcula original, la argentina Mam¨¢ se fue de viaje (Ariel Winograd, 2017) (pues recordemos que Padre no hay m¨¢s que uno era un remake), Segura ha escrito junto a Marta Gonz¨¢lez de Vega un guion del que han desaparecido buena parte de los mejores aspectos de la primera: los di¨¢logos m¨¢s corrosivos, la ¨¢cida cr¨ªtica de la tonter¨ªa contempor¨¢nea de los padres, a base de pu?ales recubiertos de dulce pero pu?ales al fin, y la presencia de secundarios de peso que elevaban el conjunto con una comicidad innata.
En esta segunda entrega los pocos chistes que hacen diana son los m¨¢s negros: el mejor, de hecho, es uno alrededor del matonismo colegial. Pero la mayor¨ªa son demasiado blancos y convencionales y el humor del personaje del padre que interpreta Segura estaba en ser un desastre; como progenitor (casi) ejemplar, su atractivo c¨®mico se deval¨²a.
Dos aspectos m¨¢s rebajan la calidad general. En la primera parte uno de sus mejores elementos era el humor f¨ªsico, expuesto sobre todo en perfecto plano general por parte del director, con muchos personajes ejerciendo su comicidad a un tiempo, pero sin ser subrayada con encuadres m¨¢s cortos. Aqu¨ª la jarana f¨ªsica ha desaparecido.
Y, en segundo lugar, da la impresi¨®n de que en esta secuela los di¨¢logos protagonizados por los ni?os son mucho m¨¢s constantes que los de los adultos y eso siempre tiene un peligro: la falta de experiencia de los int¨¦rpretes infantiles y la improbabilidad de clavar el tempo de la comedia. Y aunque todos sean correctos, quiz¨¢ solo una tiene verdadera gracia natural: Luna Fulgencio.
As¨ª que la ¨²nica novedad son los cameos, marca de f¨¢brica de Segura en la saga Torrente: constantes, y que no desvelaremos, pero que en todo caso tienen m¨¢s chispa externa que interna.
PADRE NO HAY M?S QUE UNO 2
Direcci¨®n: Santiago Segura.
Int¨¦rpretes: Santiago Segura, Toni Acosta, Silvia Abril, Leo Harlem.
G¨¦nero: comedia. Espa?a, 2020.
Duraci¨®n: 96 minutos.
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