El puesto de mando franquista se protege
La Comunidad de Madrid declarar¨¢ Bien de Inter¨¦s Cultural un campamento militar de la Guerra Civil, inspirado en el modelo italiano y con una treintena de edificaciones
La Divisi¨®n 69 del Ej¨¦rcito republicano estaba a punto de reventar las l¨ªneas de defensa de los franquistas en el oeste de la Comunidad de Madrid, uno de los diversos escenarios b¨¦licos que devendr¨¢n en la batalla de Brunete. As¨ª que el general Jos¨¦ Enrique Varela moviliz¨® la 71 Divisi¨®n para reforzar las posiciones nacionalistas y evitar el derrumbe del frente. Estableci¨® un estrat¨¦gico puesto de mando en el municipio de Navalagamella para coordinar las tropas que defend¨ªan el valle del r¨ªo Perales, uno de los puntos m¨¢s d¨¦biles. Tres a?os de lucha sin cuartel y m¨¢s de 40.000 muertos entre militares de ambos bandos y civiles. Tres a?os de excavaciones y el Campamento Militar de la Pe?a vuelve a ser visible. Casi una hect¨¢rea de edificaciones sobre un escarpado otero con las viviendas de los mandos, de los suboficiales, las caballerizas, los puestos de vigilancia, la capilla, el botiqu¨ªn¡
El puesto castrense sigue con exactitud el modelo creado por los ingenieros italianos para la guerra de Abisinia (1935-1936). Es el ¨²nico de este tipo que queda en Europa. La Comunidad de Madrid le va a dar la mayor protecci¨®n patrimonial posible (Bien de Inter¨¦s Cultural, BIC) y lo incluir¨¢ en la Red de Yacimientos Visitables. Es el segundo BIC relacionado con la contienda que se protege por la comunidad, tras el blockhouse de Colmenar del Arroyo, protegido el a?o pasado.
La guerra no alcanz¨® Navalagamella hasta comienzos de noviembre de 1936. El avance franquista hacia la capital segu¨ªa la carretera de Extremadura con su flanco derecho protegido por el Tajo. Por ello, los estrategas de los sublevados consideraron prudente asegurar el izquierdo e intentar unirse a las fuerzas del general Emilio Mola estancadas en el norte, en la sierra del Guadarrama. El encargado de tomar el nuevo flanco fue el coronel Jos¨¦ Monasterio al mando de la caballer¨ªa. Pero el 22 de octubre, las tropas franquistas tuvieron que parar su avance en el agreste valle del r¨ªo Cofio, ya que el Ej¨¦rcito leal a la Rep¨²blica, que inclu¨ªa a las Brigadas Internacionales, ofreci¨® una fort¨ªsima resistencia. El frente qued¨® as¨ª estabilizado en el r¨ªo Perales (Navalagamella) hasta el final de la guerra: una red de fortines de ambos bandos ¨Cmuchos de ellos actualmente visitables- cre¨® un paisaje arqueol¨®gico hist¨®rico y militar excepcional.
A las afueras de Navalagamella, en una zona ahora boscosa ¨Cdurante los a?os de la Guerra Civil completamente pelada y en llamas continuas- se levanta una colina (La Pe?a) desde donde se domina todo el valle del Perales. All¨ª los franquistas ubicaron el Puesto de Mando del 4? Batall¨®n de Tenerife, seg¨²n la documentaci¨®n del Archivo General Militar de ?vila, al que se unir¨ªa la Brigada Navarra. Su misi¨®n era coordinar a las tropas por el valle e impedir que los republicanos rompieran el frente.
Jorge Vega, director de las excavaciones y de la consultora arqueol¨®gica Argea, recuerda que en la comarca siempre se conoci¨® el lugar como ¡°el campamento falangista¡±. ¡°Pero realmente no lo era. Se trataba de un puesto de mando militar que coordinaba, al menos, cuatro posiciones en primera l¨ªnea. Es cierto que por aqu¨ª pasaron tropas falangistas y requet¨¦s, pero su funci¨®n era tanto la defensa del puesto como el apoyo de las tropas en primera l¨ªnea. Es posible que, incluso, Franco lo visitara, porque sol¨ªa acercase a los frentes de batalla importantes, pero a¨²n no hemos encontrado evidencias claras¡±.
El campamento est¨¢ compuesto por m¨¢s de una treintena de edificaciones ¨Cno todas han sido excavadas- que se dividen entre las dos vertientes de la colina. La este ¨Cla que da al r¨ªo directamente y expuesta al fuego de las tropas republicanas- est¨¢ formada por construcciones de observaci¨®n, trincheras en zigzag y puestos de tiro. ¡°La vertiente que da al Perales es lo que se llamaba l¨ªnea de contacto. Cualquier obra all¨ª situada ser¨ªa objeto del fuego directo del enemigo en caso de ataque¡±, explica Vega.
En la vertiente opuesta, los franquistas levantaron las principales edificaciones, lo que ha permitido localizar abundante material militar, sanitario y de uso cotidiano. Medicamentos, cascos, vainas, botas, cazoletas, herraduras¡ Entre las construcciones de este lado de la colina destacan cinco agrupaciones de casetas de cemento para oficiales y suboficiales con calles de diez metros de ancho. Estos barracones segu¨ªan, adem¨¢s, una curiosa y muy avanzada arquitectura modular, ya que todos son id¨¦nticos, de planta rectangular y adosados unos a otros en series de tres.
Forman una escalera para adaptarse a la fort¨ªsima pendiente. Cada una de las estancias dispon¨ªa de una cubierta construida con ladrillo hueco y con b¨®veda catalana. El modelo de campamento fue creado para las tropas de Benito Mussolini e importado por Franco. Todos los campamentos italianos fueron destruidos durante la Segunda Guerra Mundial. En Espa?a solo se conoce el ahora estudiado en la sierra madrile?a.
Los barracones estaban atravesados por una c¨¢mara subterr¨¢nea que los un¨ªa y donde se introduc¨ªa le?a para calentar las estancias. Cada una de las casetas ¨Cde unos 5 metros cuadrados- alojaba entre 4 y 6 oficiales en literas. No muy lejos se encontraba la llamada casa del coronel, tambi¨¦n reducida, pero la ¨²nica que dispon¨ªa de letrina propia y un espacio para el almacenamiento particular.
En torno a estos barracones se ha encontrado un grupo de casetas recubiertas con b¨®veda de chapa y que correspond¨ªan a la tropa. El metal protector no se ha hallado, ya que los vecinos de la zona, tras la Guerra Civil, se llevaron los elementos met¨¢licos. Pr¨®xima a estas estructuras se alza tambi¨¦n una capilla que conserva en pie su ¨¢bside. Tiene tres ventanas de medio punto y mantiene el arranque del muro que corresponder¨ªa con la nave de la iglesia cubierta de b¨®veda de medio ca?o. Sobre la pared interior, hay una cruz en relieve con una placa grabada y dedicada al l¨ªder falangista Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera.
Prisioneros convertidos en esclavos
La Primera Brigada de la 71 Divisi¨®n del Ej¨¦rcito franquista se despleg¨® entre los municipios madrile?os de Navalagamella y Santa Mar¨ªa de la Alameda, en un frente fortificado de unos 35 kil¨®metros. Tras la batalla de Brunete fue reforzado con 'blockhouses' (construcciones laber¨ªnticas de hormig¨®n con parapetos, b¨®vedas, pozos de tirador¡) que imped¨ªan o retrasaban el avance enemigo.
Uno de los ¨²ltimos excavados ha sido el de Alamedilla, que fue construido en invierno de 1938 y para el que se us¨® ¡°mano de obra forzosa, prisioneros de guerra, que trabajaron en condiciones muy duras meteorol¨®gicas y de alimentaci¨®n¡±, explican Jorge Mor¨ªn y Luis Antonio Ruiz Casero, de la consultora Audema, y responsables de la investigaci¨®n.
Ruiz Casero recuerda que estas construcciones eran levantadas por zapadores del Ej¨¦rcito y trabajadores (principalmente presos de guerra) y que segu¨ªan el dise?o que les ordenaba el cuartel general. ¡°Se constru¨ªan para economizar hombres en los frentes y retaguardia, ya que los franquistas eran partidarios de los grandes cuerpos de ej¨¦rcito, lo que les llevaba a reclutar soldados de donde fuera para formarlos¡±, se?ala el arque¨®logo, que recuerda que un 'blockhouse' se convert¨ªa en un punto casi imposible de tomar con solo 30 o 50 soldados.
En el bando republicano, las construcciones defensivas no eran tan espectaculares, ¡°sino m¨¢s peque?as¡±, asegura Ruiz Casero. La mayor¨ªa de ellas se ubicaban en el frente del Jarama.
De momento, adem¨¢s de Alamedilla, se han excavado Navalagamella, el Puerto de la Cruz Verde (La Paradilla) y Santa Mar¨ªa de la Alameda. Los arque¨®logos quieren publicar monograf¨ªas de cada enclave, incidiendo en su visi¨®n militar, pero tambi¨¦n en el uso de obra esclava y ¡°la g¨¦nesis de ese modelo por las constructoras afines al R¨¦gimen, que siguieron usando una vez acabada la contienda, en contra de todas las disposiciones internacionales que proh¨ªbe el uso de prisioneros de guerra¡±.
En la parte m¨¢s baja del campamento, los arque¨®logos desentierran actualmente las antiguas caballerizas, donde se descargaba el material que las mulas iban acercando a la fortificaci¨®n tras atravesar el serpenteante camino de acceso. A pocos metros, se sit¨²a tambi¨¦n el polvor¨ªn con una de sus paredes d¨¦bilmente construida para permitir la expulsi¨®n de los gases en caso de explosi¨®n. Actualmente solo se puede acceder andando o en todoterreno. La zona est¨¢ vigilada por agentes forestales. La Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento tienen previsto arreglar para su inauguraci¨®n el camino de acceso.
El alcalde de Navalagamella, Andr¨¦s Samperio, amante de la historia, mira con orgullo el yacimiento. Gobierna uno de los pocos municipios de Espa?a que dispone de fortificaciones de ambos bandos en muy buen estado de conservaci¨®n. De hecho, a la entrada de su pueblo, se puede ver el b¨²nker franquista -excavado por Miguel ?ngel D¨ªaz Moreno de la consultora Cota 667- que controlaba la carretera de acceso al municipio: un entramado de t¨²neles y b¨®vedas dise?ado para soportar los bombardeos y aniquilar al enemigo.
La fortificaci¨®n dispone de un panel explicativo, pero alguien lo ha destrozado en los ¨²ltimos d¨ªas y convertido en indescifrables sus letras. La gran mesa de madera que el Ayuntamiento hab¨ªa instalado para visitantes y curiosos tambi¨¦n ha sufrido da?os. ¡°Estas son las cosas que me dan pena¡±, afirma el regidor. ¡°Son personas que no entienden nada y a las que mueve el rencor o la incultura. No comprenden que es solo nuestra historia y una manera de aprender o acercase a la impresionante naturaleza que nos rodea. Parece mentira¡±, se muestra enfurru?ado, mientras la jefa de ?rea de Protecci¨®n de Patrimonio, Isabel Baquedano, a?ade: ¡°Lo acab¨¢bamos de poner hace poco. No me lo puedo creer¡±. Y se van los dos cabizbajos y con las manos a la espalda.
M¨¢s de 2.000 puntos arqueol¨®gicos protegidos
Hace siete a?os se aprob¨® la Ley 3/2013 de Patrimonio Hist¨®rico que obliga a las administraciones locales de la Comunidad de Madrid a proteger los bienes relacionados con la Guerra Civil, unos 2.000 repartidos en 103 municipios. Todos, por tanto, cuentan con una protecci¨®n como yacimiento, aunque los Ayuntamientos est¨¢n obligados a inventariar sus propios cat¨¢logos (a los de menos de 2.500 habitantes se los redacta el Gobierno regional) y, posteriormente, en virtud de la importancia de sus estructuras pueden ser convertidas en BIC, la m¨¢xima protecci¨®n posible.
As¨ª se han protegido fortificaciones, viviendas, campos de batalla, trincheras, puestos de mando, construcciones de todo tipo y en cualquier estado por toda la regi¨®n. De momento, se han inventariado 82 estructuras militares defensivas, 12 aer¨®dromos, 450 infraestructuras militares de hormig¨®n, 1.450 de otros materiales y varios cientos de kil¨®metros lineales de trincheras.
Para mantenerlos y darlos a conocer se aprob¨® el Plan Regional de Fortificaciones de la Guerra Civil (1936-1939), que propugna la explotaci¨®n tur¨ªstica, acad¨¦mica y medioambiental de estos lugares. Su filosof¨ªa, seg¨²n fuentes de la Comunidad de Madrid, es ¡°la puesta en valor de diferentes enclaves de la Guerra Civil, tanto la musealizaci¨®n de espacios estudiados con metodolog¨ªa arqueol¨®gica como la implementaci¨®n en el territorio de varios centros de interpretaci¨®n¡±. Navalagamella inaugurar¨¢ pronto uno dedicado a la mujer en la contienda.
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