Cate Blanchett critica la gesti¨®n de la crisis: ¡°Nos comportamos de manera destructiva¡±
La actriz, presidenta del jurado de la Mostra de Venecia, pide regresar a los cines frente al ¡°monocultivo de ¡®streaming¡± de los ¨²ltimos meses
A falta de t¨ªtulos de primer nivel, la actriz Cate Blanchett domin¨® la jornada inaugural de la Mostra de Venecia con sus duras palabras sobre la gesti¨®n de la crisis sanitaria. ¡°Me resulta extra?o que no se haya permitido a la OMS liderar este desaf¨ªo global¡±, expres¨® la actriz australiana, que preside el jurado oficial de esta edici¨®n. ¡°Somos una especie rara. No aprendimos de lo que pas¨® en los primeros pa¨ªses que sufrieron la pandemia. No entiendo que nos comportemos de manera tan obtusa, fragmentada y destructiva¡±, a?adi¨® Blanchett. Ante el miedo palpable que se detecta en este festival semidesierto y al que uno accede a punta de pistola ¨Clas de los controles de temperatura situados en las distintas entradas al recinto¨C, Blanchett llam¨® a ¡°la valent¨ªa¡± y advirti¨® de que ha llegado la hora que regresar a las salas. ¡°Salimos de un monocultivo del streaming que ha durado seis meses. Esta es la oportunidad de reexaminar c¨®mo esa tecnolog¨ªa cambia la forma de ver y de hacer cine¡±, declar¨®.
La actriz, que repite como presidenta de un gran festival despu¨¦s de oficiar en Cannes en 2018, puso al sector del cine como ejemplo de ¡°resiliencia¡±, la palabra de moda. ¡°Ante cada proyecto, debes desprenderte de lo que cre¨ªas que funcionaba y arriesgarte a fracasar. Este desaf¨ªo est¨¢ en el ADN de nuestro sector. Si hay una industria que puede salir m¨¢s resistente e inventiva de todo esto es la industria del cine¡±, asegur¨® Blanchett. La presidenta del jurado se mostr¨® ¡°entusiasmada¡± ante la perspectiva de mantener ¡°una conversaci¨®n entre adultos¡± tras su confinamiento en la campi?a inglesa. ¡°Llevo seis meses hablando con cerdos y pollos¡±, brome¨®. Con todo, su paso por Venecia no ser¨¢ su regreso a las salas: Blanchett ya fue a ver Tenet en familia la semana pasada. ¡°Una experiencia placentera¡±, sostuvo sobre el regreso de Christopher Nolan. En casa, prefiri¨® ver t¨ªtulos independientes dirigidos por mujeres, como Shirley, de Josephine Decker, o Zola, de Janicza Bravo, adem¨¢s de las pel¨ªculas de Hayao Miyazaki. Una selecci¨®n ecl¨¦ctica y poco prejuiciosa que sonaba como un recordatorio de sus credenciales para el cargo.
Edici¨®n cero
Un rato antes, los directores de siete de los principales festivales europeos hab¨ªan convocado un acto conjunto, pensado para exigir apoyo pol¨ªtico (y financiero) a sus actividades. Tambi¨¦n para dejar atr¨¢s las rencillas del pasado. ¡°En los ¨²ltimos a?os ha habido una competici¨®n acentuada con los otros festivales, que me parece arriesgada y da?ina, porque perjudica la visibilidad de las propias pel¨ªculas¡±, reconoci¨® el director de la Mostra, Alberto Barbera, que este a?o ha aceptado compartir t¨ªtulos con Toronto o Telluride. ¡°Que el esp¨ªritu de colaboraci¨®n que nos ha guiado estos meses pueda continuar en el futuro¡±, dese¨® Barbera. Por su parte, el director del Festival de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Luis Rebordinos, inst¨® a reivindicar los festivales presenciales en un mundo donde los ¨²ltimos reductos de socializaci¨®n se virtualizan. ¡°Recuperemos los festivales donde la gente se junta. Nos va a tocar reivindicar cada vez m¨¢s el hecho de tocarnos, besarnos y hacer cosas juntos¡±, expres¨®.
Mientras tanto, el delegado general del Festival de Cannes, Thierry Fr¨¦maux, exig¨ªa terminar con los presagios m¨¢s infaustos sobre el futuro del s¨¦ptimo arte. ¡°Dejemos de hablar de la muerte del cine. Va a ser apasionante ver c¨®mo sobrevive¡±, zanj¨® desde el Lido. Para todos ellos, Venecia supone un ensayo general. Si la experiencia funciona, ser¨¢ el camino a seguir. Si fracasa, los festivales volver¨¢n a la zona de peligro. ¡°La edici¨®n cero¡±, la defini¨® la actriz Anna Foglietta, presentadora de la ceremonia de inauguraci¨®n, con un dramatismo que podr¨ªa estar justificado.
Sentimientos de cart¨®n piedra
Tuvo que ocurrir una pandemia para que el cine italiano volviera a abrir la Mostra de Venecia. No suced¨ªa desde 2009, tal vez por la progresiva conversi¨®n de este certamen en pista de lanzamiento de t¨ªtulos oscarizables. El festival so?aba con lo nuevo de Nanni Moretti, pero el director prefiri¨® esperar a tiempos mejores. La tarea ha terminado recayendo en Lacci (Lazos), de Daniele Luchetti, responsable de t¨ªtulos como Mi hermano es hijo ¨²nico o La nostra vita. La pel¨ªcula se inspira en la novela Ataduras, de Domenico Starnone, el escritor napolitano casado con Anita Raja, a quien la prensa italiana desenmascar¨® en su d¨ªa como posible avatar de Elena Ferrante.
En los ochenta, un joven matrimonio entra en crisis cuando ¨¦l se enamora de una compa?era de trabajo. Tres d¨¦cadas despu¨¦s los dos siguen juntos, aunque con el pasivo que generan los reproches y las medias verdades. Lejos del inter¨¦s del libro, giro posmoderno a la cl¨¢sica historia de infidelidad que arrancaba con un intercambio epistolar entre c¨®nyuges y acababa cediendo la palabra a sus hijos, convertidos en adultos amargados y con sobrecarga de daddy issues, la adaptaci¨®n de Luchetti es un convencional melodrama que, pese a sus vistosos saltos temporales, se limita a ofrecer una reflexi¨®n trillada sobre la instituci¨®n familiar y sus frustraciones inherentes, que se ve lastrada por un costumbrismo artificioso y repleto de sentimientos de cart¨®n piedra.
Se salvan un pu?ado de instantes rayanos en lo camp ¨Cla pelea de la pareja en un estudio de sonido, que equipara su drama al de un vulgar serial radiof¨®nico¨C que la vuelven algo m¨¢s interesante, aunque tal vez a su pesar. Luchetti nunca llega a reivindicar sus propios artificios ni a superar los estereotipos de g¨¦nero m¨¢s b¨¢sicos. La pel¨ªcula confiere m¨¢s dignidad a la sed de libertad de ¨¦l que al desconsuelo de ella, personaje siempre lim¨ªtrofe con la histeria al que interpreta Alba Rohrwacher, al frente de un reparto en el que figuran Laura Morante o Silvio Orlando, los dos vinculados al cine de Moretti. Queda la duda de saber qu¨¦ hubiera hecho un director como ¨¦l con esta historia.
Tampoco convenci¨® Mila (Manzanas), el filme griego que abr¨ªa la secci¨®n paralela Orizzonti, donde una pandemia global provoca una amnesia repentina a decenas de individuos. Su protagonista es un hombre que acepta participar en un programa de reinserci¨®n que le permitir¨¢ dotarse de una nueva identidad. Dirigida por Christos Nikou, antiguo ayudante de Yorgos Lanthimos, este estudio sobre el duelo y la p¨¦rdida, delimitado por sus encuadres r¨ªgidos, su humor imp¨¢vido y su estudiada austeridad, pudo haber causado sensaci¨®n en tiempos de la nueva ola griega que emergi¨® en la d¨¦cada pasada. Hoy, con esa moda ya en el retrovisor y el desgarro de epidemias mucho m¨¢s graves en la memoria reciente, sabe m¨¢s bien a poco.
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