Los tres insultos que marcan la historia de Guatemala
El realizador Jayro Bustamante completa con ¡®Temblores¡¯ y ¡®La llorona¡¯ su tr¨ªptico sobre el alma retr¨®grada de su pa¨ªs
La carrera de Jayro Bustamante (Ciudad de Guatemala, 43 a?os) no ha sido precisamente f¨¢cil. Director de cine en Guatemala, un pa¨ªs con escasa industria audiovisual. Como muchos cineastas latinoamericanos, Bustamante empez¨® en la publicidad, dirigiendo anuncios. Como muchos cineastas latinoamericanos, el guatemalteco emigr¨® a Europa para ahondar en sus estudios, y por eso residi¨® en Par¨ªs y Roma. Algunos de sus cortos tuvieron un recorrido festivalero, incluso lleg¨® a trabajar en animaci¨®n stop motion. Y en 2013 tom¨® una decisi¨®n arriesgada: su primer largo, Ixcanul, ser¨ªa en cachiquel, el idioma procedente del maya en el que hablan medio mill¨®n de nativos de Guatemala, los actores principales de ese drama. En 2015 la pel¨ªcula concurs¨® en la Berlinale, obtuvo el premio Alfred Bauer, lanz¨® a Bustamante a la ruta de los grandes cert¨¢menes y lleg¨® a clasificarse a los Oscar.
De esta forma, Bustamante pudo aspirar a un reto mayor, completar una trilog¨ªa que solo exist¨ªa en su cabeza, y as¨ª llegaron Temblores y La llorona, ambas el a?o pasado. Por culpa de la pandemia se estrenan ahora en Espa?a: Temblores hoy viernes y La llorona el 13 de noviembre. ¡°Casi prefiero llamarlo tr¨ªptico del insulto¡±, comenta el cineasta. ¡°Son los m¨¢s comunes en mi pa¨ªs¡±. Aunque a continuaci¨®n advierte. ¡°Las pel¨ªculas no est¨¢n hechas para mostrar los problemas de discriminaci¨®n que nos desbordan, sino que reflejan el orgullo del guatemalteco de ser como es, un orgullo por no progresar¡±. El primer insulto, el de ser indio, lo cont¨® en Ixcanul, ¡°en un pa¨ªs donde m¨¢s del 60% de la poblaci¨®n es ind¨ªgena, y eso queda claro en la calle¡±. El cineasta pone como prueba de ese miedo por discriminaci¨®n ¨¦tnica el ¨²ltimo censo de su pa¨ªs, ¡°donde solo el 41% de la poblaci¨®n se autodenomin¨® ind¨ªgena¡±. ?l se defini¨® como ladino, ¡°una palabra que arrastra tambi¨¦n un terrible pasado¡±; ¨¦l prefiere el t¨¦rmino mestizo. ¡°Y as¨ª se lo dije a los del censo, que tres semanas m¨¢s tarde me dijeron que no val¨ªa por peyorativa, algo rid¨ªculo¡±.
El segundo desprecio nace de la homofobia, y lo ilustra en Temblores. ¡°Para m¨ª, la homofobia est¨¢ directamente ligada al machismo¡±, cuenta Bustamante. ¡°Desde los mayas mi pa¨ªs no ha cambiado en su concepci¨®n piramidal: arriba, la religi¨®n, la fuerza. Debajo, el resto¡±. Por eso en Temblores el protagonista, ejecutivo de clase alta casado con hijos que un d¨ªa hace p¨²blica su homosexualidad, pertenece a una iglesia evangelista integrista. ¡°Es el credo que triunfa en Guatemala desde los ochenta con la dictadura del general R¨ªos¡±, y suspira tras una media sonrisa. ¡°Lo peor es que las mujeres, las m¨¢s vejadas, se han convertido en las guardianas de la religi¨®n. ?Miedo al cambio, a soplos de aire fresco?¡±.
Y as¨ª llega el tercer insulto: ¡°Comunista¡±. Aunque el cineasta explica: ¡°Comunista no tiene en Guatemala un significado pol¨ªtico, sino que denomina a cualquiera que se preocupe por los derechos humanos. ?Quieres que se aplique la justicia? Comunista. ?Quieres que se acabe la impunidad? Comunista. ?Apoyas el progreso? Comunista. As¨ª hemos acabado siendo l¨ªderes de Am¨¦rica en discriminaci¨®n, desnutrici¨®n cr¨®nica y analfabetismo¡±. De ah¨ª nace La llorona, en referencia a la m¨ªtica canci¨®n, un filme de terror en la que los fantasmas de las v¨ªctimas asaltan los sue?os de un dictador y su familia. ¡°Salir hoy a la calle por mi pa¨ªs es un acto de valent¨ªa¡±. Con todo lo anterior, Bustamante se siente muy pesimista: ¡°Hay una generaci¨®n perdida, que no cambiar¨¢. La m¨ªa a¨²n habla de ciertas cosas, pero heredamos el miedo y esos insultos. Solo los adolescentes actuales puede que lideren un cambio¡±, aunque con una apuesta arriesgada. ¡°Todo depende de la educaci¨®n, y eso est¨¢ en manos...¡±. Un gesto de dolor remata la frase.
El cineasta rueda con ¡°poco dinero, a espaldas del sistema, haciendo trucos para que parezca de mayor producci¨®n¡±. Si en Temblores hay grandes tiros de c¨¢mara, en La llorona cont¨® con un cameo de la premio Nobel Rigoberta Mench¨², ¡°que suma verdad al filme¡±.
En La llorona, Bustamante se aleja del drama para pasar al terror. ¡°Siendo, como somos, una sociedad caribe?a, de color gracias a al pasado maya, nos rodea un oscurantismo enraizado en lo que no queremos hablar, en apartar la vista. Me indignan esos nuevos movimientos de positivismo -terrible palabra-, que dicen que sonr¨ªas para que el pa¨ªs vaya mejor. Eso es una tonter¨ªa. Te irresponsabiliza del pasado, no va contigo, te hace cerrar los ojos... Y eso es La llorona¡±, explica, subrayando ese momento en que quien cierra los ojos es la Corte Suprema guatemalteca. ¡°Solo nos queda el realismo m¨¢gico para responder a la impunidad. Esa llorona es la madre tierra llorando a sus desaparecidos en matanzas¡±.
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