Instrucciones para ser Don Quijote (o Sancho) en una ciudad de 2020

?C¨®mo ser¨ªa hoy Don Quijote? ?Se inmolar¨ªa por sus ideales? ?Pelear¨ªa por recuperar la gloria pasada de las tierras castellanas? ?Se vestir¨ªa de superh¨¦roe y participar¨ªa en convenciones de fan¨¢ticos? ?Jugar¨ªa a todas horas a videojuegos encerrado en su habitaci¨®n? ?Y con qu¨¦ so?ar¨ªa Sancho? Con estas preguntas como punto de partida, la compa?¨ªa madrile?a Los N¨²meros Imaginarios ha concebido una obra de teatro de inmersi¨®n en la que el p¨²blico debe echarse a las calles como lo hizo el personaje m¨¢s famoso de la literatura espa?ola hace cuatro siglos y ponerse a caminar en busca de aventura con ayuda de una audiogu¨ªa, procurando redescubrir el mundo desde la perspectiva del caballero andante o, si se prefiere, como si se fuera su escudero. Porque la pregunta que subyace en esta obra se refiere en realidad al espectador: ?es usted un quijote o un sancho?

La obra, programada por el Teatro de la Abad¨ªa de Madrid desde esta noche hasta el 18 de octubre, se titula Quijotes y Sanchos y est¨¢ dise?ada para que cada espectador la viva de manera individual. Comienza en el vest¨ªbulo del teatro, donde los participantes reciben una caja con un walkman tan baqueteado como el caballo Rocinante, unos auriculares bien desinfectados y una cinta de casete que no solo contiene instrucciones pr¨¢cticas sobre el funcionamiento de la experiencia, sino toda una dramaturgia realizada con extractos del Quijote original ¡ªsolo la primera parte¡ª y textos de cosecha propia que invitan a revivir algunos de los episodios m¨¢s populares del libro. De pronto, se pueden descubrir gigantes agazapados entre los edificios, superh¨¦roes disfrazados de gente corriente o campos de batalla en medio de la ciudad.

Realidad y ficci¨®n deben mezclarse en este paseo como ocurre en la novela. ¡°La propia dramaturgia mezcla realidad y ficci¨®n, pues as¨ª lo hizo tambi¨¦n Cervantes. Intentamos no solo atrapar la an¨¦cdota del libro, sino reproducir sus mecanismos literarios, su tono popular, el humor, el juego entre lo real y lo imaginado¡±, explica Carlos Tu?¨®n, director y autor de los textos junto a Gon Ramos, Luis Sorolla y un ¡°an¨®nimo japon¨¦s¡± cuya identidad el p¨²blico descubre durante el paseo. ¡°Nuestra intenci¨®n no es contar el Quijote, sino que cada espectador lo experimente en carne propia", subraya. "Que llegue a casa cansado y magullado, que transite por lugares f¨ªsicos y mentales no trillados¡±.

Por eso el paseo no es corto ¡ªunas dos horas de media, aunque depende de cada espectador¡ª y por eso tambi¨¦n se entrega un walkman para casetes en vez de un sistema moderno de audiogu¨ªa. ¡°Es un elemento anacr¨®nico como en la ¨¦poca de Cervantes era ver a un hombre a caballo transitando por La Mancha. Hace que el resto de los transe¨²ntes te miren raro, nadie va por la calle ya con un aparato de esos, lo que te coloca en una posici¨®n ideal para observar el mundo de otra manera: si los dem¨¢s te consideran loco, no tienes que dar explicaciones¡±, apunta Tu?¨®n.

No significa esto que el espectador tenga que hacer el loco por la calle o cosas raras. Simplemente se le pone en esa posici¨®n para que se anime a redescubrir su ciudad, resignificar calles y pararse a mirar a sus conciudadanos como no lo hac¨ªa quiz¨¢ desde mucho antes de que estallara la pandemia. Y sobre todo, como Don Quijote, caminar sin rumbo fijo en busca de aventuras.