Joe Crep¨²sculo es s¨²per

Un d¨ªa antes del impasse de nuestras vidas, grabaron las ¨²ltimas bater¨ªas para su futuro disco. Dos a?os de trabajo estaban cerca de concluir cuando la pandemia azot¨® Espa?a. Joe Crep¨²sculo, o Jo?l Iriarte (San Juan Desp¨ª, 39 a?os), no lo cuenta con escozor, todo lo contrario. ¡°Tuvimos suerte¡±, afirma. Pudieron ¨C¨¦l y su banda¨C trabajar a distancia en los ¨²ltimos detalles e incluso a?adir alguna canci¨®n, como Cuarentena sin ti. Su postura revela mucho del propio artista y de su estilo, que como ¨¦l mismo describe, intenta representar todas las caras de una persona. Se puede comprobar en su finalmente alumbrado trabajo: SuperCrepus II.

Este doble ¨¢lbum es una continuidad, 12 a?os despu¨¦s, del disco hom¨®nimo que sac¨® a Joe Crep¨²sculo del desempleo -lo despidieron el mismo mes que public¨® el disco-. No fue intencionado: despu¨¦s de un tiempo componiendo, pensando un t¨ªtulo, ¡°ve¨ªa que hab¨ªa una relaci¨®n entre muchas canciones¡± de aquel primer disco y que el ¡°romanticismo perverso¡± estaba tambi¨¦n presente en las tem¨¢ticas. Cada vez m¨¢s, ambas creaciones se fueron aproximando hasta tener el compendio de 17 temas de SuperCrepus II, una ¡°temeridad¡± en tiempos breviarios.

El primer SuperCrespus -elegido mejor ¨¢lbum nacional 2008 por la extinta Rockdelux- fue un disco fresco, grabado en una habitaci¨®n de Barcelona, ¡°todo de andar por casa¡±. As¨ª que, aunque con mucho en com¨²n, tambi¨¦n hay grandes evoluciones de sonido. ¡°He intentado aprender a hacer las cosas mejor, creo que la diferencia es muy grande, pero s¨ª quer¨ªa la inmediatez del primero¡±, explica. Este disco mezcla estilos, desde guitarras funk, hasta los tintes flamencos gracias a una colaboraci¨®n con Tomasito, aunque es eminentemente pop-rock, aparcando por el momento sus incursiones m¨¢s extravagantes y electr¨®nicas.

No obstante, apunta que lo que m¨¢s ha cambiado es el propio mercado de la m¨²sica. Entonces ¨¦l trabajaba digitalizando archivos, desde multas a manuscritos medievales, y buscaba en las precarias nubes de la web una manera de divulgar su m¨²sica. ¡°Est¨¢bamos intentando aprovecharnos de internet, ahora es internet el que se aprovecha de nosotros¡±, recuerda este fil¨®sofo de formaci¨®n.

De esa carrera le viene su b¨²squeda de un ¡°mecanismo en el que haya un error¡±, un resorte que sacuda al oyente, que altere su sistema. ¡°Crear algo simple, pero que sea un caballo de Troya que lleva algo perverso¡±, explica. Mientras compone imagina a miles de personas en una discoteca, coreando algo extra?o, como Piscibuguer, palabras que ¡°te lleven a una segunda planta de comprensi¨®n y que tengan un punto de locura¡±.

La escena no podr¨¢ reproducirse en la vida real debido al coronavirus o, al menos, no tal y c¨®mo ¨¦l se lo imaginaba. Ha preparado una presentaci¨®n con banda, algo que s¨ª estaba previsto antes de la covid-19 y sus restricciones. ¡°Es inaudito, estoy ensayando con cinco personas, bater¨ªa, bajo, dos guitarras: es un disco de rock de banda y para este momento el bacalao de antes no es adecuado¡±, valora. En mente dos de los conciertos m¨¢s importantes: 24 de noviembre en el Teatro Calder¨®n de Madrid y el 28 en el Castell de Montjuic de Barcelona. Si la covid.-19 lo permite, ser¨¢n ¡°muy especiales¡±.