Gregorio Mara?¨®n: ¡°En Espa?a se desconoce el valor estrat¨¦gico de la cultura¡±
El acad¨¦mico y mecenas, presidente del Teatro Real, publica sus ¡®Memorias de luz y niebla¡¯, un recorrido por la historia espa?ola reciente
Gregorio Mara?¨®n y Bertr¨¢n de Lis (Madrid, 78 a?os) publica sus Memorias de luz y niebla (Galaxia Gutenberg), un libro que recorre la historia de Espa?a desde la segunda mitad del siglo XX. Nieto del doctor Mara?¨®n, abogado, empresario, mecenas, acad¨¦mico de Bellas Artes, muchas veces desde un discreto segundo plano, ha estado presente en momentos trascendentales del pasado reciente de Espa?a y es uno de los protagonistas ocultos de la Transici¨®n. Se trata de un libro a la vez ¨ªntimo y p¨²blico, por el que circulan muchos personajes que han marcado la vida pol¨ªtica, cultural, econ¨®mica y period¨ªstica de Espa?a en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Actualmente es, entre muchas otras cosas, presidente del patronato del Teatro Real de Madrid.
Pregunta. Usted afirma que su abuelo tuvo una profunda influencia en usted y tambi¨¦n en la sociedad espa?ola. ?Cree que ahora tenemos alguna figura de esa dimensi¨®n, que nos una a todos por encima de las diferencias?
Respuesta. En la primera mitad del siglo XX, Espa?a era un pa¨ªs subdesarrollado en el que algunas personalidades ejercieron una inmensa influencia. En la Espa?a de hoy, en plena revoluci¨®n tecnol¨®gica, esto resulta inimaginable. M¨¢s que figuras, necesitamos que los dirigentes de la pol¨ªtica, econom¨ªa y cultura est¨¦n a la altura de las dif¨ªciles circunstancias que vivimos.
P. Cuenta sin recato momentos muy emotivos, pero tambi¨¦n duras rupturas con amigos y problemas familiares complejos. ?Tuvo la tentaci¨®n como dice un personaje de Marguerite Yourcenar de ¡°te?ir la verdad con la salsa de la mentira para hacerla m¨¢s digerible¡± o tuvo claro siempre que quer¨ªa contar las cosas como fueron?
R. La opci¨®n era otra: qu¨¦ contar o no contar. Pero aquello que he decidido contar lo he hecho con veracidad, aunque intentando no da?ar innecesariamente a nadie.
P. Usted relata que nunca quiso saber qui¨¦nes fueron los responsables del asesinato de su abuelo materno. ?Cree que es un error reabrir ese pasado?
R. El perd¨®n, en ocasiones, tambi¨¦n exige olvido. En todo caso, 84 a?os despu¨¦s del inicio de la Guerra Civil y 45 despu¨¦s del final de la dictadura, los h¨¦roes, asesinos y v¨ªctimas de entonces deber¨ªan serlo ya de todos. El mayor problema de la Memoria Hist¨®rica sobre la Guerra Civil y los cr¨ªmenes que cometieron ambos bandos radica en que, durante los 40 a?os de la dictadura, la verdad del bando vencedor se impuso como ¨²nica. El gesto generoso que hizo posible la Transici¨®n fue que esa Espa?a callada, en vez de reivindicar su relato, empez¨® a construir un relato nuevo y conjunto con la otra Espa?a mirando hacia el futuro.
¡°El perd¨®n, en ocasiones, tambi¨¦n exige olvido¡±
P. Al relatar sus a?os universitarios, describe un grupo ideol¨®gicamente muy diverso unido por la causa com¨²n de acabar con la dictadura. ?Cree que se puede establecer una causa com¨²n parecida ahora?
R. Me parece evidente que la pandemia deber¨ªa haber estimulado el consenso pol¨ªtico, pero, al menos hasta el momento, no ha sido as¨ª. Es sorprendente que siete de cada diez ciudadanos proclamen su deseo de que nuestros pol¨ªticos se entiendan. Con todo, empiezo a descubrir signos, que no son p¨²blicos, de di¨¢logo entre los pol¨ªticos. En los tiempos pasados era as¨ª. Esos contactos previos y reservados se convertir¨¢n en h¨¢bito y permitir¨¢n alcanzar luego los necesarios pactos.
P. ?Cree que el sistema que se estableci¨® por refer¨¦ndum en 1978 sigue siendo v¨¢lido?
R. No tengo ninguna duda de que la monarqu¨ªa parlamentaria, sin¨®nimo de unidad y democracia, sigue siendo necesaria, pero tampoco tengo ninguna duda de la necesidad de reformar la Constituci¨®n. La vertebraci¨®n territorial del Estado qued¨® abierta en 1978 y requiere con urgencia un nuevo acuerdo que cierre el proceso de descentralizaci¨®n y afronte, con realismo, pero tambi¨¦n con equidad, las particularidades de Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Galicia, por ejemplo. Es un proceso dif¨ªcil que requiere pol¨ªticos con talla de estadistas. Si se logra, este pa¨ªs volver¨¢ a disfrutar de un largo periodo de paz y prosperidad, y reforzar¨¢ su adhesi¨®n a nuestra democracia.
¡°No tengo ninguna duda de la necesidad de reformar la Constituci¨®n¡±
P. ?Qu¨¦ significa ¡°Eso y un poquitito m¨¢s¡±? ?Podemos decir que es uno de los lemas de su vida?
R. En una ocasi¨®n, Manolete le explic¨® a Juan Llad¨® el arte de torear: ¡°Se coge la muleta, se cita... y se embarca al toro, corriendo el brazo para dar el pase¡±. El banquero le pregunt¨®, sorprendido, que si era solo eso, e, imperturbable, Manolete a?adi¨® ¡°eso y un poquitito m¨¢s¡±. Y como me a?adi¨® Juan, el secreto de todo lo que hacemos en la vida est¨¢, precisamente, en ese indefinible ¡°poquitito m¨¢s¡± que comporta inspiraci¨®n, voluntad, intuici¨®n, entusiasmo...
P. Su experiencia como gestor del Teatro Real est¨¢ marcada por la dif¨ªcil gesti¨®n de los inevitables egos de los artistas, pero tambi¨¦n por evitar que los pol¨ªticos se inmiscuyan y dejen trabajar a los profesionales. ?Cree que uno de los grandes problemas de la cultura espa?ola es precisamente ese, que los pol¨ªticos no dejan trabajar a los profesionales y a los creadores?
R. No creo que los pol¨ªticos lo impidan, pero en demasiadas ocasiones tampoco lo propician. La cultura es estrat¨¦gica para una sociedad por su valor identitario, y por su esp¨ªritu cr¨ªtico y tambi¨¦n ut¨®pico. Aunque en Espa?a, muchas veces, tanto en el mundo pol¨ªtico como en el de la sociedad civil, se desconoce el valor estrat¨¦gico que tiene la cultura. Como soy optimista, quiero creer que cada vez es menos as¨ª.
P. ?Demuestra toda su experiencia con la defensa de la Vega Baja de Toledo que las diferentes instituciones espa?olas no tienen clara la importancia de la defensa de nuestro patrimonio hist¨®rico?
R. La defensa de patrimonio hist¨®rico es una causa c¨ªvica necesaria, y, ciertamente, cuando en la sociedad civil no solo no se defiende ese patrimonio com¨²n, sino que se especula con ¨¦l con ¨¢nimo de lucro, hay que denunciarlo.
La Transici¨®n reconcili¨® a las dos Espa?as, pero la historia contin¨²a y no conviene olvidar nuestros antecedentes"
P. ?Siente que, en cierta medida, sus memorias son una defensa de la importancia de la sociedad civil y la forma en que se hizo la Transici¨®n?
R. La Transici¨®n recuper¨® la democracia, reconcili¨® a las dos Espa?as, nos abri¨® las puertas de Europa y produjo cuarenta a?os de prosperidad. Pero la historia contin¨²a y no conviene olvidar nuestros antecedentes.
P. Usted particip¨® de manera activa en el nacimiento de EL PA?S. ?Cu¨¢l debe ser el papel de la prensa en una sociedad libre y abierta? ?Cree que lo est¨¢ cumpliendo?
R. Una prensa libre e independiente constituye un pilar esencial de la sociedad democr¨¢tica. Hoy m¨¢s que nunca. Mi experiencia me dice que esa independencia est¨¢ siempre amenazada, por lo que no solo es fundamental contar con excelentes profesionales, sino tambi¨¦n defenderles, propiciando la fortaleza de las instituciones titulares de los medios.
Babelia
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