Nicanor Parra: antibiograf¨ªa del antipoeta
El escritor chileno Rafael Gumucio publica un retrato afectuoso a la vez que cr¨ªtico de la personalidad contradictoria de un autor impredecible que marc¨® las letras iberoamericanas
Peregrinar hacia la casa del poeta Nicanor Parra (1914-2018) en Las Cruces, a 112 kil¨®metros de Santiago de Chile, fue el rito de iniciaci¨®n de varias generaciones de escritores chilenos y Rafael Gumucio no eludi¨® el bautizo. La cr¨®nica de esa visita ¡ªque inaugur¨® una amistad cuando el autor de Poemas y antipoemas (1954) ten¨ªa ya 87 a?os y Gumucio, 32¡ª es la escena que abre Nicanor Parra, rey y mendigo, que Penguin Random House acaba de publicar en Espa?a, a dos a?os de la muerte de ese escritor crucial, contradictorio y voltaico, que marc¨® la literatura iberoamericana.
Con Parra la poes¨ªa chilena se sacudi¨® la ret¨®rica y entraron en ella las bromas, lo feo, los piojos, las pulgas, las ratas, listaba su compatriota Jorge Edwards en un documental emitido cuando le concedieron al antipoeta el premio Cervantes 2011. T¨®tem burl¨®n y eterno candidato al Nobel, Parra se defin¨ªa con humor como un ¡°asm¨¢tico a tiempo completo¡± y era un ego capaz de escribir sin sonrojos como en Versos de sal¨®n (1962): ¡°Durante medio siglo / la poes¨ªa fue / el para¨ªso del tonto solemne. / Hasta que vine yo / y me instal¨¦ con mi monta?a rusa. / Suban, si les parece. / Claro que yo no respondo si bajan / echando sangre por boca y narices¡±.
Admirador del periodismo, pero a la vez al¨¦rgico a las grabadoras, desacralizador serial y personaje tan misterioso como puede serlo un f¨ªsico matem¨¢tico nacido en una familia de m¨²sicos populares (hermano mayor de la gran Violeta), criado en Chill¨¢n entre privaciones y becado para estudiar cosmolog¨ªa en Oxford, que se abraz¨® a la poes¨ªa, sacudi¨® la tradici¨®n y la reinvent¨® para colocarse en el centro de todo lo que se escribir¨ªa luego, ¡°don Nica¡± recibi¨® aquel d¨ªa al grupo de tres que Rafael Gumucio integraba, apur¨¢ndose a exigir que lo tuteara.
El relato de sucesivos di¨¢logos y renovados encuentros entre ambos escritores es lo que hilvana el libro. La cercan¨ªa define la textura del retrato de m¨¢s de 500 p¨¢ginas que compone Gumucio (Santiago de Chile, 1970), un abordaje en close-up que en tiempos de forzado distanciamiento social se celebra como un plus de humanidad.
Escrito en primera persona (la literatura de Gumucio teje con destreza las cuerdas del yo), abjura de la objetividad de las biograf¨ªas cl¨¢sicas y carece de fotograf¨ªas (salvo la de portada). Esa ausencia de im¨¢genes sorprende por el protagonismo de las artes pl¨¢sticas en la obra de Parra a partir de sus Artefactos (1972), poes¨ªa visual en intervenciones brev¨ªsimas cargadas de iron¨ªa.
?Hubo un af¨¢n de componer la antibiograf¨ªa del antipoeta? Responde Gumucio: ¡°La antipoes¨ªa era para Nicanor un antifaz. El que hablaba en sus versos e instalaciones no era siempre ¨¦l. La antibiograf¨ªa que quer¨ªa hacer la escribi¨® ¨¦l. Todo lo inconfesable y lo confesable ya lo hab¨ªa escrito. A m¨ª me tocaba solo descifrarlo; fui su lector y desde ese punto de vista mi trabajo fue m¨¢s tradicional de lo que a ¨¦l la hubiera gustado¡±, afirma el autor de Memorias prematuras.
¡°Se cuenta siempre la historia del encuentro entre Enrique Lihn y Nicanor Parra en el que el primero le dice: ¡®?Cu¨¢ndo me vas a dejar pasar, huev¨®n?¡¯. Un gran poeta pregunt¨¢ndole a otro cu¨¢ndo dejar¨¢ de hacer sombra. Por eso, la inscripci¨®n de la mirada de Rafael desde un punto de vista tan personal resultaba emblem¨¢tica de una situaci¨®n mucho mayor¡±, afirma Leila Guerriero, editora del libro original, publicado por la Universidad Diego Portales en 2018. ¡°Muchas veces Rafa aparece como agobiado y esa figura ¡ªla de Parra como obturaci¨®n para escritores o poetas que vinieron luego¡ª es algo que en Chile est¨¢ muy presente¡±, subraya Guerriero.
El brit¨¢nico Niall Binns, poeta y autor de Nicanor Parra o El arte de la demolici¨®n (2014) analiza un legado que est¨¢ lleno de actualidad: ¡°Con Parra se instal¨® una desconfianza ante cualquier cosa que oliera a autoridad. Antipoes¨ªa es poes¨ªa antisistema. No es casual que se est¨¦ leyendo m¨¢s a Parra en Espa?a desde 2008. ?l y sus personajes hablan, maldicen y desvar¨ªan pero sin pretender tener la verdad. Esa democratizaci¨®n fue central en la evoluci¨®n de la poes¨ªa iberoamericana. La mirada descre¨ªda y desconfiada levant¨® ampollas en poetas que pasaban de posturas cr¨ªticas al descubrimiento de nuevas verdades, por ejemplo, en los discursos pol¨ªticos revolucionarios de los sesenta y setenta. Todo lo que hay en Obra gruesa est¨¢ vivo; tambi¨¦n, la traducci¨®n que hizo de Rey Lear en sus ¨²ltimas d¨¦cadas¡±.
Personalidad avasalladora
Muri¨® a los 103 a?os pero quer¨ªa vivir hasta los 116, cuenta Gumucio. ¡°Esa man¨ªa de ser impredecible; ese deber de no estar donde te esperan, era la esencia misma de Nicanor Parra¡±, define.
Biograf¨ªa con y contra m¨¢s que de Parra (las preposiciones son del autor), el suyo es un retrato afectuoso y cr¨ªtico a la vez de la personalidad avasalladora y pol¨¦mica del escritor antimperialista que tom¨® el t¨¦ con la mujer de Nixon en la Casa Blanca, en abril de 1970; un gesto que inici¨® sus desencuentros con la izquierda. Todas esas m¨¢scaras conservan sus enigmas para el autor de El gal¨¢n imperfecto: ¡°Sigue fascin¨¢ndome la experiencia ¨²nica de esa inteligencia total, cient¨ªfica, po¨¦tica, folcl¨®rica, pr¨¢ctica, tel¨²rica, c¨®mica. Un hombre que sab¨ªa todo y que se cuestionaba todo. Todav¨ªa me sorprendo pregunt¨¢ndome ante cualquier problema: ¡®?Qu¨¦ dir¨ªa Nicanor?¡±.
Una vista de perfil
Frente al pulcro formato de la biograf¨ªa anglosajona, ?existe un modelo latino para contar vidas ajenas? Rafael Gumucio dice haber inspirado 'Nicanor Parra, rey y mendigo' en la escuela francesa ¡°en la cual el bi¨®grafo dialoga con el biografiado y se confiesa, para que el otro se sienta m¨¢s a gusto de confesarse¡±.
Leila Guerriero, editora para UDP del libro original de 2018 (la edici¨®n espa?ola es de Ignacio Echevarr¨ªa) lo caracteriza como un perfil. ¡°No son biograf¨ªas al uso. No existe esa voluntad de la minucia ni una aspiraci¨®n de objetividad; proponen una mirada. Pero no pierden la complejidad ni la precisi¨®n, lo que el cr¨ªtico Homero Alsina Thevenet llamaba ¡®el amor al dato¡±.
Retratista de lo p¨²blico y lo privado (la debilidad de Parra por las mujeres suecas, por ejemplo), Rafael Gumucio va de la infancia y la compleja relaci¨®n con su padre hasta el despu¨¦s: la misa funeraria en la que la familia amenaz¨® con llevarse al muerto, cuando el cura se neg¨® a poner canciones de Violeta Parra.
¡°Lo que m¨¢s me gust¨® del libro es que tuve la sensaci¨®n de estar oyendo hablar a Nicanor en muchos momentos¡±, apunta el poeta Niall Binns.
Babelia
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