Hedy Lamarr y Marilyn Monroe se ponen a discutir

Que Hedy Lamarr era una belleza es algo sabido. Menos conocido es que adem¨¢s de estrella de Hollywood considerada la mujer m¨¢s guapa del mundo fue inventora. Se le ocurrieron ideas como la forma de mejorar la aerodin¨¢mica de las alas de los aviones o un sistema para evitar que se pudieran detectar los torpedos (desechado por la Armada estadounidense en la II Guerra Mundial se utiliz¨® luego en la crisis de los misiles de Cuba y est¨¢ en la base de las tecnolog¨ªas actuales de WiFi y Bluetooth). Las dos facetas de Lamarr y un supuesto (aunque ¡°plausible¡±) encuentro secreto en 1962 con otro icono del cine, Marilyn Monroe, est¨¢n en la base de la obra del dramaturgo Carles Batlle que se estrena el mi¨¦rcoles en la sala Tallers del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) de Barcelona con direcci¨®n de Sergi Belbel.

Monroe-Lamarr (en cartel hasta el 20 de diciembre) la protagonizan respectivamente Elisabet Casanovas y Laura Conejero, acompa?adas por Eloi S¨¤nchez y David Vert, que interpretan a otros dos personajes reales, el hijo de Lamarr, Anthony Loder y el escritor, amigo y bi¨®grafo de Monroe, William J. Weatherby. En la pieza, las dos estrellas, una ya en declive y olvidada (Lamarr, con 48 a?os) y la otra en el pin¨¢culo de su fama de mito er¨®tico, pero quiz¨¢ a las puertas de la decadencia (Monroe, 35 a?os, morir¨ªa ese mismo a?o) se encuentran, y chocan, por un motivo que solo se desvelar¨¢ luego, pero que, seg¨²n la publicidad del TNC, ¡°podr¨ªa haber alterado el curso de la Guerra Fr¨ªa¡±.

Las actrices hablar¨¢n de diferentes temas, de sus carreras, de cine e interpretaci¨®n, pero tambi¨¦n de la tir¨¢nica e inhumana industria de Hollywood, de patriarcado, de pol¨ªtica (los Kennedy), de sexo (los Kennedy), de cultura y de la vida en general. En una escena, Lamarr le comenta a la Monroe su actuaci¨®n en la fiesta de cumplea?os de JFK.

Al autor se le ocurri¨® juntar a Lamarr y Monroe tras quedar fascinado por la biograf¨ªa de la primera y buscar alguna manera de llevarla a escena. ¡°Descubr¨ª coincidencias con Marilyn: vivieron en el mismo piso, fueron amigas de Frank Sinatra, compartieron un amante¡­¡±, se?ala Batlle, que no quiere revelar algunas claves de su obra que, justifica, tiene algunos mecanismos de thriller.

Sexo y torpedos

En la pieza tiene un papel central el comportamiento machista que hab¨ªan de padecer las mujeres en la industria del cine de los sesenta y c¨®mo se somet¨ªa a las actrices al sistema de estrellato que las desechaba en la madurez. Belbel, confeso fan de las pel¨ªculas de actrices mayores como Sunset Bulevard, Eva al desnudo o Noche de estreno, afirma haber quedado fascinado con la obra de Batlle y su tratamiento del tema del paso del tiempo y las actrices. ¡°La pieza denuncia el sistema injusto en que se trata a la mujer como objeto de deseo y se la abandona e ignora a partir de los cuarenta a?os¡±, recalca el director. ¡°Un sistema que ignor¨® la faceta intelectual privilegiada de Lamarr para destacar solo su aspecto de ¨ªdolo sexual¡±. Realmente, es curioso comparar ?xtasis (el primer desnudo integral del cine, y el primer orgasmo femenino en pantalla) con un sistema antitorpedos.

Para Conejero ha sido dif¨ªcil encarnar a Lamarr por sus m¨²ltiples facetas, algunas contradictorias (¡°ella dec¨ªa que era ¡®sencillamente complicada¡¯¡±, apunta). ¡°Adem¨¢s, a ver c¨®mo asumes hacer de la mujer m¨¢s bonita del mundo, suerte que la interpreto ya con cincuenta y pico¡±, bromea. ¡°Es una mujer que lucha contra el sistema machista de Hollywood y que considera m¨¢s importante el cerebro que cualquier otra parte del cuerpo¡±. Casanovas se ha encontrado tambi¨¦n con la papeleta de hacer de Marilyn. ¡°Un reto enorme, en realidad es una persona a la que parece que no la conoci¨® de verdad nadie, se hizo una carcasa, tienes la informaci¨®n de las pel¨ªculas que protagoniz¨®, pero all¨ª hac¨ªa un papel y fuera tambi¨¦n, actuaba en el cine y cuando no hac¨ªa cine¡±. Ambas, Conejero y Casanovas han intentado hacer a sus personajes lo m¨¢s humano posible y estar al servicio de la historia que quiere contar el autor. Pese a parecerse bastante en escena a las actrices que representan, ¡°no se ha buscado para nada una imitaci¨®n¡±, subraya Belbel.