Vanessa Redgrave, la lucha sigue para la veterana izquierdista
La m¨ªtica actriz, que hoy estrena en Espa?a ¡®Los papeles de Aspern¡¯, batalla por el futuro del teatro. ¡°La cultura, arrasada por la pandemia, es el alma del ser humano¡±
A primera hora de la ma?ana, la voz de Vanessa Redgrave suena quebrada. Pero que el timbre no llame a enga?o: la actriz londinense, a sus 83 a?os, mantiene ese car¨¢cter que le ha granjeado mala reputaci¨®n a la hora de hacer entrevistas y choques con los directores con los que ha trabajado desde que alcanzara la fama en 1961 como Rosalinda en una versi¨®n de Como gust¨¦is de la Royal Shakespeare Company. Desde entonces, la hija de otro grande, Michael Redgrave, no ha dejado de compaginar ¨¦xitos en cine y teatro, ni dejado de lado su actividad pol¨ªtica. Ni recogiendo su ¨²nico Oscar, ganado en 1978 por su activista antinazi en Julia. Fue abucheada y en su discurso habl¨® de ¡°matones sionistas¡±, aunque en aquel momento tambi¨¦n critic¨® el fascismo, la caza de brujas de McCarthy y el antisemitismo. De aquello no se acuerda Hollywood, y s¨ª del ¡°matones¡±, que complic¨® durante d¨¦cadas su relaci¨®n con la industria del cine. Pocos d¨ªas antes de realizar esta entrevista, el Partido Laborista hab¨ªa suspendido de militancia a su exl¨ªder Jeremy Corbyn por su fracaso en acabar con el antisemitismo (dos semanas m¨¢s tarde recul¨® y lo readmiti¨®). As¨ª que a la m¨ªnima que el periodista dice Corbyn, Redgrave responde: ¡°No siga por ah¨ª, no voy a realizar ning¨²n comentario sobre ese tema¡±.
Al menos en esa respuesta fue educada. A Redgrave nunca le ha interesado caer bien. Como su personaje en Los papeles de Aspern, adaptaci¨®n de la novela de Henry James que se estrena hoy en los cines espa?oles, una historia que entremezcla thriller y metaliteratura: un ambicioso cr¨ªtico literario viaja a Venecia en busca de las cartas que el poeta Jeffrey Aspern escribi¨® a su musa, Juliana Bordereau; y aunque han pasado varias d¨¦cadas de aquella historia de amor, Juliana (a la que da vida Redgrave) mantiene la correspondencia bajo llave junto a su sobrina Tina (Joely Richardson, hija en la vida real de Redgrave). Curiosamente, en teatro, la veterana actriz ya encarn¨® a Tina en 1984. La primera en entrar en el proyecto fue Richardson. ?Fue ella quien convenci¨® a su madre? ¡°Qu¨¦ tonter¨ªa. Mi hija es una gran actriz, qu¨¦ duda cabe. La valoro como profesional, no como madre. Pero es que el personaje de Juliana es fascinante, al igual que la historia. No le d¨¦ vueltas, acept¨¦ porque es una novela de Henry James, un genio de la escritura¡±. La brit¨¢nica ha tenido entre su corte de admiradores a dramaturgos a Arthur Miller o Tennessee Williams, que la consideraban entre las int¨¦rpretes de mayor talento. Y uno se plantea si eso supone alg¨²n miedo a la decepci¨®n o a no estar a la altura de esos textos. Redgrave responde iracunda: ¡°?Est¨¢ igualando a James, un escritor, con dos dramaturgos? No es lo mismo, no son comparables...¡±. Aunque a continuaci¨®n, tras una larga parrafada de alabanzas a James, caiga en una contradicci¨®n: ¡°En cualquier caso, para textos sublimes, recuerde que yo he trabajado con el m¨¢s grande, William [Shakespeare]¡±.
El cine le ha dado alegr¨ªas -y parejas, como el director Tony Richardson, padre de sus hijas Joely y la fallecida Natasha, o como el actor Franco Nero, padre de su hijo Carlo-, y el teatro prestigio y regocijo intelectual. ¡°El teatro es mi gran amor. No me pregunte en qu¨¦ medio prefiero actuar¡±. V¨¢lgame dios, no. ¡°Muy bien. Pero en el escenario tienes ah¨ª al p¨²blico¡±. Y en ello se ha volcado en estos meses: en salvar esos espacios culturales. ¡°A los sitios y a los trabajadores culturales. Que no son solo los actores. Participo en una iniciativa que adem¨¢s de urgir al Gobierno a que incremente las ayudas, est¨¢ recaudando fondos entre fil¨¢ntropos privados. No podemos elegir salvar unas pocas salas. Hay que luchar por todas y porque cuando reabran disfruten de mejoras. Lo mismo digo de los puestos de trabajo. La mayor parte de nuestros compa?eros tienen contratos por obra, y en el Reino Unido se calcula que han desaparecido, tras la primera ola, m¨¢s de 5.000 puestos relacionados con el arte¡±. Como el resto del mundo, durante el primer confinamiento, en Reino Unido se ha consumido cultura a trav¨¦s de plataformas digitales o leyendo libros. ¡°Eso es. La cultura ha sido espec¨ªficamente arrasada por la pandemia. Ese es el problema, mi querido amigo. Y me entristece [se emociona y llora] c¨®mo olvidamos que es la cultura la que nos diferencia del resto de los animales. La cultura es el alma [lo dice en espa?ol] del ser humano¡±.
Durante d¨¦cadas, el compromiso pol¨ªtico de Redgrave iba entrelazado con un activismo social. ¡°No, pol¨ªtica no¡±, rechaza alguien que lleg¨® a presentarse a las elecciones generales con un partido trotskista en su pa¨ªs. ¡°La pol¨ªtica no importa. Y los derechos humanos... La mayor¨ªa no sabe nada de derechos humanos, de leyes y de sus procesos. Ahora me centro en peque?as batallas, que creo m¨¢s eficientes¡±. Y empieza a contar su actual lucha por los refugiados, por los ni?os, que se puede resumir en su ¨²ltima frase: ¡°S¨¦ de las guerras y de sus causas¡±.
Antes de acabar la conversaci¨®n, la actriz insiste en que Reino Unido es parte de Europa, ¡°compartimos la misma cultura¡±. Y realiza un ¨²ltimo requiebro al periodista: unos d¨ªas antes de la conversaci¨®n telef¨®nica ha fallecido otra gloria nacional, Sean Connery. Ambos trabajaron juntos en Asesinato en el Orient Express. De primeras, Redgrave rechaza hablar de ¨¦l, pero en la misma frase cambia de opini¨®n: ¡°Sean era un artista descomunal, un actor maravilloso. ?Y sabes? Poca gente conoc¨ªa sus innumerables obras de caridad. Le echar¨¦ de menos¡±.
En un viejo local de La Mancha
A Vanessa Redgrave le gusta usar palabras en espa?ol, como alma o maravilloso, durante la entrevista, y cuando explica la situaci¨®n de la cultura en Reino Unido y por prolongaci¨®n en Europa (rechaza el Brexit), se detiene a preguntar por Espa?a: ¡°Seguro que los teatros de Bilbao o Madrid sufren la misma hecatombe, ?verdad? Recuerdo un local fascinante, maravilloso, con siglos de antig¨¹edad en La Mancha [se refiere al Corral de Comedias de Almagro, donde recibi¨® un premio en 2006]. ?Qu¨¦ buen lugar para un Quijote!¡±.
Babelia
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