Tino Casal: secretos de vida y muerte del artista excesivo
El hallazgo de un disco in¨¦dito del que el m¨²sico nunca habl¨® reaviva el inter¨¦s por un hombre que se fue de forma tr¨¢gica entre un reguero de interrogantes
Fue un grito ¡°muy agudo¡± el que escuch¨® Antonio Villa-Toro el aciago 22 de septiembre de 1991. Ven¨ªa de Tino Casal. El Opel Corsa en el que viajaban ambos y ¡°dos chicos, Gonzalo y Manolo, este ¨²ltimo modelo¡±, acababa de chocar contra una farola en la madrile?a carretera de Castilla. ¡°Yo estaba sentado detr¨¢s y Tino en el asiento del copiloto. Despu¨¦s del choque vi un tel¨®n de humo negro y pregunt¨¦: ¡®Tino, ?c¨®mo est¨¢s?¡¯. No contest¨®, pero creo que todav¨ªa estaba vivo¡±, recuerda Villa-Toro.
Los sanitarios llegaron y llamaron a un helic¨®ptero para evacuar al cantante. Ten¨ªa un pron¨®stico grave. ¡°Muri¨® en el cielo, como una estrella¡±, apunta Villa-Toro. Este pintor vinculado a la movida madrile?a se ha prestado a hablar de los pormenores del accidente, porque est¨¢ ¡°harto de escuchar mentiras sobre lo que ocurri¨®¡±. ¡°Todo esto es parte de un proceso. Estuve muchos a?os sin poder escuchar las canciones de Tino. El dolor era tremendo¡±, apunta el cordob¨¦s, de 71 a?os, uno m¨¢s de los que tendr¨ªa hoy el cantante.
El universo Casal no se detiene a pesar de que el artista desapareci¨® hace casi tres d¨¦cadas (el a?o que viene se cumple el 30? aniversario). Son recurrentes las reediciones de sus discos, los homenajes, los documentales, las cajas retrospectivas, las exposiciones de su amplio vestuario, la reivindicaci¨®n de su m¨²sica vanguardista y de una figura calificada como ¡°el artista m¨¢s osado del pop espa?ol¡±. Y a¨²n surgen sorpresas como la que ve la luz el pr¨®ximo viernes: un disco misterioso del que ¨¦l nunca habl¨®, grabado en 1977 en Tur¨ªn y hallado recientemente en Brasil.
?Qui¨¦n es capaz de registrar un ¨¢lbum entero (nueve canciones, 40 minutos) y no decir ni una palabra a sus amigos m¨¢s cercanos, parejas y familiares? Tino Casal, un personaje excesivo y arrebatadoramente moderno que rein¨® en el pop espa?ol en los ochenta con cl¨¢sicos como Champ¨² de huevo, Eloise o Embrujada.
Esta ley del silencio que se impuso el artista no extra?a a personas con la que comparti¨® su vida. Como Javier Losaba, el m¨²sico con quien trabaj¨® m¨¢s tiempo, una d¨¦cada. ¡°Nunca me habl¨® de estas canciones, pero creo que no le empuj¨® un af¨¢n por ocultarlo. Tino siempre miraba al futuro. No perd¨ªa ni un segundo en reflexionar sobre el pasado. Quiz¨¢ por eso nunca mencion¨® este disco¡±, se?ala Losada. Urge preguntarse: ?d¨®nde han estado estas canciones los ¨²ltimos 42 a?os y por qu¨¦ aparecen ahora?
El responsable de que este material (el disco se titular¨¢ Origen) salga a la luz es Pablo Lac¨¢rcel, un madrile?o de 28 a?os que se ha especializado en investigar el patrimonio musical espa?ol y editarlo en su discogr¨¢fica, Lemuria. El a?o pasado lanz¨® una caja antol¨®gica, Integral, con lo que ¨¦l cre¨ªa que era todo lo grabado por Tino Casal (Tudela Vegu¨ªn, Asturias, 1950 ¡ª Madrid, 1991). ¡°Ha sido de chiripa. Hace unos meses recib¨ª un correo electr¨®nico de Brasil inform¨¢ndome de que hab¨ªan encontrado unas cintas magnetof¨®nicas de 18 cent¨ªmetros de ¡®ese m¨²sico que tanto te interesa: Celestino Casal¡±, explica Lac¨¢rcel.
?Brasil? ?No fue grabado en Tur¨ªn? La historia merece ser recompuesta. Una compa?¨ªa discogr¨¢fica italiana especializada en facturar al por mayor casetes de versiones (en Espa?a, las famosas cintas de gasolinera) selecciona a varios artistas europeos para grabar una canci¨®n que estaba pegando fuerte en Italia, Volerai, Voler¨®. Habr¨ªa reinterpretaciones en alem¨¢n, franc¨¦s, portugu¨¦s, ingl¨¦s¡ Casal se encargar¨ªa de pasarla al castellano como Volar¨¢s, Volar¨¦.
?Por qu¨¦ ¨¦l? Posiblemente porque alguien de la discogr¨¢fica escuch¨® un par de sencillos que el cantante public¨® en 1977 con la compa?¨ªa Philips, que buscaba un nuevo Nino Bravo. Tambi¨¦n porque Casal era un vocalista dotado y barato. ¡°Seguramente Tino aprovech¨® las horas de grabaci¨®n para completar los otros ocho temas¡±, apunta el responsable de Lemuria. La compa?¨ªa italiana quebr¨®, y los responsables huyeron a S?o Paulo acosados por las deudas. Tras unos a?os operando all¨ª, Warner Brasil compr¨® su cat¨¢logo.
Hace unos meses y sabiendo que Lemuria hab¨ªa editado Integral, un responsable de Warner Brasil encontr¨® en un almac¨¦n el material y se lo comunic¨® a Lac¨¢rcel, que desembols¨® un dinero por las grabaciones. ¡°Las cintas estaban en unas condiciones malas, h¨²medas, con moho. Ha sido un trabajo artesanal y muy meticuloso hasta que las hemos conseguido recuperar¡±, apunta Lac¨¢rcel. El sonido es bueno, y la escucha dibujar¨¢ una sonrisa a los seguidores de Tino Casal. Hay una influencia clara de la m¨²sica disco en piezas como Par¨ªs (los Bee Gees editaron ese mismo 1977 Saturday Night Fever), otros temas como Asturias entran en el terreno de los baladistas mel¨®dicos (Nino Bravo, Camilo Sesto) y surgen latigazos de rumba disco tipo Las Grecas en Bye, My Friend. Se escucha un abuso del falsete y los exhibicionismos vocales agudos. Es un m¨²sico en pleno proceso de b¨²squeda de su estilo.
Casal ya hab¨ªa iniciado una carrera en los sesenta con Los Zafiros Negros, luego con Archiduques, pero no fue hasta 1981 (con Neocasal) cuando inici¨® un rutilante ascenso. Edit¨® cinco ¨¢lbumes, todos n¨²mero uno en ventas en Espa?a, salvo el ¨²ltimo, Histeria (1989), que se qued¨® en el puesto tres. Obsesionado con las vanguardias (¡±Musicalmente le encantaban Peter Gabriel, Thomas Dolby o David Bowie¡±, apunta Losada), pod¨ªa hacer una pieza sofisticada y al mismo tiempo tener la iron¨ªa de dedicar una canci¨®n a su pene, La piel del diablo.
Otra conjetura para entender el silencio de Casal de su disco setentero es lo poco que le gustaba escucharse. Habla Villa-Toro: ¡°Lleg¨¢bamos a mi casa despu¨¦s de haber estado de fiesta toda la noche y nos pon¨ªamos a pintar. Yo a veces pinchaba sus discos. Y ¨¦l me dec¨ªa: ¡®Quita, quita eso¡¯. Era demasiado inquieto. Lo grabado era pasado¡±. Villa-Toro afirma que en los ¨²ltimos meses de su vida el cantante pensaba m¨¢s en pintura que en m¨²sica. ¡°Yo me acostaba y ¨¦l se pasaba la noche pintando. Era muy talentoso. Lo pongo a la altura de Pollock o Kandinsky. Tengo unos 50 lienzos suyos que alg¨²n d¨ªa expondr¨¦¡±, se?ala.
El pintor quiere aclarar algunos episodios: ¡°Es que he o¨ªdo a mucha gente decir que iba en aquel coche el d¨ªa del accidente. Parece que fue un autob¨²s. Solo ¨¦ramos cuatro y no ¨ªbamos borrachos, como se dijo. Estuvimos cenando en un restaurante y nos bebimos una botella de vino entre cuatro. Luego fuimos al Stella [discoteca de moda en el Madrid de los ochenta] un rato. Uno de los chicos que ven¨ªa con nosotros nos dijo que conoc¨ªa un estudio de grabaci¨®n en Pozuelo que estaba muy bien. Ten¨ªa llaves porque era de un amigo. Tino ten¨ªa que producir el disco de un cantante de un grupo que quer¨ªa lanzarse en solitario, creo que era de Semen Up [el cantante era Alberto Comesa?a]. Fuimos a casa de Tino a por un equipo de micr¨®fonos y nos dirigimos al estudio, que estaba en Pozuelo. Era un d¨ªa lluvioso, con barro. El coche se desliz¨® y chocamos. Ser¨ªan las 6.30. Recuerdo que sali¨® una foto de una jeringuilla y algunos medios la pusieron de prueba para afirmar que ¨ªbamos drogados. Por Dios, era de los sanitarios: a m¨ª me tuvieron que inyectar calmantes. Se sac¨® todo de quicio¡±.
La ¨²nica v¨ªctima fue Casal. Villa-Toro se fractur¨® la clav¨ªcula y dos costillas. A¨²n faltaba un episodio tr¨¢gico en esa historia. ¡°Las dos personas que nos acompa?aban no eran grandes amigos nuestros. Cuando sal¨ªamos por la noche se nos pegaban chicos j¨®venes¡±, se?ala. Uno de ellos, Manolo, modelo, se suicid¨® cuatro meses despu¨¦s. ¡°A Gonzalo, el que conduc¨ªa, luego le vi presentando un programa de televisi¨®n, aunque no me acuerdo del apellido¡±, dice el pintor, que a?ade: ¡°Nos llamaban La Sant¨ªsima Trinidad. Siempre ¨ªbamos juntos Tino, Fabio McNamara y yo. Pero aquel d¨ªa, no s¨¦ muy bien por qu¨¦, no ven¨ªa Fabio¡±.
Los rumores sobre su ausencia de tres a?os
Otro de los cap¨ªtulos que quieren las personas pr¨®ximas a Casal desmentir son las maquinaciones sobre lo que caus¨® su retirada durante casi tres a?os, de 1985 a 1987. Seg¨²n estos, el cantante sufri¨® un esguince en un concierto en la discoteca Pach¨¢ de Valencia. Los m¨¦dicos le recomendaron reposo. ?l se rebel¨® y continu¨® la gira automedic¨¢ndose con cortisona. El abuso de esta medicaci¨®n le produjo una necrosis, que deriv¨® en una descalcificaci¨®n ¨®sea de la cabeza del f¨¦mur y eso le produjo una grave infecci¨®n. Estuvo varios meses en el hospital. Era 1985, los a?os del sida. Los rumores se dispararon¡ ¡°Me fastidia mucho todo eso. No ¨¦ramos santos y probamos muchas cosas, pero Tino era una persona muy sobria. En la vida le vi borracho. Sab¨ªa retirarse a tiempo¡±, apunta Losada.
La aparici¨®n de estas grabaciones ocultas durante 42 a?os abren otro foco de especulaciones en la vida del artista. Seguramente la ¨²nica persona que sepa toda la verdad de estas canciones sea Pepa Ojanguren, la que fue su pareja durante m¨¢s de una d¨¦cada (rompieron en 1987). Ojanguren, relevante dise?adora de vestuario de teatro y ¨®pera a la que se atribuye buena parte de la imagen trasgresora del m¨²sico, estaba con Casal en aquellos a?os setenta. Se la requiri¨® para documentales, programas y reportajes, pero ella nunca quiso hablar tras la desaparici¨®n del m¨²sico. Y ahora ya es imposible: muri¨® a los 69 a?os el pasado agosto v¨ªctima de un c¨¢ncer.
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