Pandemia y ballet: los bailarines como luz fantasma
Las compa?¨ªas buscan f¨®rmulas para mantener su actividad en un oc¨¦ano de cancelaciones y desorden
El 23 de noviembre de 1870, en medio del asedio de Par¨ªs por la guerra francoprusiana, mor¨ªa v¨ªctima de la atroz epidemia de viruela y de hambre, en una mansarda de la ?pera de la rue Le Pelletier, la bailarina milanesa Giuseppina Bozzacchi. Ese mismo d¨ªa cumpl¨ªa 17 a?os, y en el mes de mayo del mismo a?o hab¨ªa tenido su primer y ¨²nico ¨¦xito clamoroso encarnando la Swanilda del ballet Copp¨¦lia (Saint-L¨¦on-Delibes). Th¨¦ophile Gautier rese?¨® aquel estreno en uno de los diarios parisienses donde a¨²n era el rey de los cr¨ªticos, y habl¨® poco de la magra debutante, a la que reconoci¨® gracia y talento. Luego la guerra arras¨® todo, la ¨®pera cerr¨® (antes de arder en 1873), el core¨®grafo Arthur Saint-L¨¦on muri¨® de un infarto sin probar el ponche vien¨¦s que hab¨ªa pedido en el vecino Caf¨¦ du Divan del Passage de l¡¯Op¨¦ra y Copp¨¦lia arrastr¨® para siempre el sambenito de ¡°ballet de mal fario¡± o ¡°el ballet de la epidemia¡±.
En marzo de 2020, cuando los devastadores efectos de la covid-19 ya se hicieron evidentes y las alarmas hab¨ªan saltado de golpe y globalmente, las restricciones, los confinamientos y otras medidas paralizaron en gran medida el tejido social y productivo; los teatros cerraron y m¨²sicos, actores, cantantes y bailarines debieron adaptarse a esa clausura forzosa y claramente traum¨¢tica. Surgieron as¨ª gestos aparentes y desesperados, todos en la dura realidad y en la pr¨¢ctica in¨²tiles, como el entrenamiento dom¨¦stico de los bailarines, que, m¨¢s all¨¢ de su poder simb¨®lico, trajo y dej¨® un c¨²mulo de lesiones de todo tipo y un todav¨ªa hoy incalculable precio psicol¨®gico; poco dejan de positivo saltar en el suelo de terrazo y disfrazarse en el sal¨®n de casa.
En cada pa¨ªs se enfrentaron estos problemas casi insolubles de manera muy variada y con resultados tambi¨¦n muy dispares. Mientras en algunos se opt¨® por echar el cierre y esperar tiempos mejores, en otros se articularon actuaciones progresivas sobre el personal art¨ªstico, los aforos de teatros y salas de concierto. Se modificaron programas y se cancelaron giras, tanto como invitaciones a artistas for¨¢neos, festivales y conmemoraciones. Una de ellas ha sido precisamente el ballet Copp¨¦lia, que en 2020 llegaba la cifra redonda del 150? aniversario de su estreno, con el marchamo de ser realmente la obra de ballet de repertorio que nunca ha dejado de representarse desde su debut.
Poco se ha salvado
Nuevas producciones, convenios, reposiciones de grandes montajes, exposiciones y lanzamientos de DVD deber¨¢n esperar; los que se adelantaron en diciembre de 2019, como el Royal Ballet de Londres en Covent Garden o el Teatro Bolsh¨®i de Mosc¨², con sus respectivas reposiciones de Ninette de Valois y Serguei Vij¨¢rev, hicieron diana. Poco de todo lo previsto se ha salvado. En Viena, donde hay programado estreno el 11 de diciembre la Volksoper de Viena, segunda compa?¨ªa de la capital austriaca, tiene previsto una Copp¨¦lia (versi¨®n de Pierre Lacotte) usando la lujosa producci¨®n de decorados y vestuarios de la Staatsoper y con la participaci¨®n de sus primeras figuras.
Tambi¨¦n el 23 de enero de 2021 la ?pera de Novosibirsk repone una renovada versi¨®n, siempre de Copp¨¦lia, del core¨®grafo Mijail Messerer, que estren¨® en septiembre de 2018. Pero son gotas aisladas en un oc¨¦ano de cancelaci¨®n y desorden. Hay quien se ha inventado hasta un tut¨² de tal di¨¢metro que obliga a mantener la llamada ¡°distancia social preventiva¡±. Una gracieta inconsecuente. En otros lugares, los bailarines han aparecido con mascarilla en el escenario.
A d¨ªa de hoy es en Alemania donde hay esfuerzos m¨¢s concentrados en darle la vuelta a la tragedia, hacer de la desgracia un acicate a la invenci¨®n, contando adem¨¢s con unas eficientes ayudas de sus pol¨ªticos y otros sectores de actuaci¨®n. Fueron pioneros Jacopo Godani al frente del Frankfurt-Dresden Ballet Company, John Neumeier a la cabeza del Ballet de Hamburgo y Stefano Giannetti con el ballet del Teatro Anhaltisches, en el Museo Bauhaus de Dessau, quienes idearon nuevas obras con el fantasma ¡°damocliano¡± de la pandemia omnipresente y casi como un personaje m¨¢s a conjurar.
Godani prepar¨® una obra colectiva firmada por ¨¦l mismo y sus bailarines. Se trataba de microperformances casi escult¨®ricas para ser representadas en conjunto sobre plataformas que garantizaran el aislamiento previsto en las normativas anticovid; el p¨²blico era siempre deambulante. Esta creaci¨®n de conjunto se ide¨® para ser llevada a sus dos sedes oficiales: Dresde (Festspielhaus Hellerau) y Frankfurt (Schauspiel); tras la experiencia, la compa?¨ªa vuelve a sus escenarios a principios de diciembre con al menos tres programas diferentes de repertorio (entre ellas una coreograf¨ªa de William Forsythe).
Trabajo escrupuloso
Por su parte, Giannetti cre¨® una pieza, Tocata 20, planificada para la trascendente reapertura, tras una compleja reconstrucci¨®n, del m¨ªtico escenario dise?ado por el pionero Adolphe Appia, en el propio Museo Bauhaus de Dessau, y Tocata 20 se estren¨® el pasado 30 de octubre. Giannetti trabaj¨® con su plantilla observando escrupulosamente las medidas profil¨¢cticas prescritas. El resultado trata de fundir a los artistas con el monumental espacio de arquitectura teatral.
John Neumeier en Hamburgo cre¨® primero Ghost Light, una obra gestada entre julio y septiembre de 2020 que compromet¨ªa e involucraba a la casi totalidad de sus bailarines, unos 60 elementos; en ella, con dos pianistas, se ofrec¨ªa una especie de cinta continua de solos y d¨²os (hechos por bailarines convivientes). Ahora ultima Beethoven Project II, que subir¨¢ a escena tambi¨¦n a principios de diciembre. El primer Beethoven Proyect subi¨® a escena en 2018, era el principio de una fascinaci¨®n y maridaje entre core¨®grafo y compositor, tal como antes los tuvo con Juan Sebastian Bach y Gustav Mahler. Beethoven Project II (estreno: 6 de diciembre) reemplaza el debut mundial anunciado desde hac¨ªa dos temporadas de la gran producci¨®n Beethoven 9, todo un reto formal y art¨ªstico que no se puede realizar con m¨²sica en vivo por las severas regulaciones de protecci¨®n sanitaria actualmente vigentes no solo en Alemania, sino casi en todo el orbe.
El fantasma de todos los artistas
Ghost Light (en escena el 13 de diciembre otra vez), ese elemento de escenario escogido como t¨ªtulo por Neumeier (y presente f¨ªsicamente en el centro de la sala), adquir¨ªa un doble papel simb¨®lico. En principio la ¡°luz fantasma¡± o testigo es una bombilla desnuda en un soporte simple, una asta que media sobre la estatura humana, fuste que se coloca en el centro del escenario cuando ya no hay actividad ni queda ning¨²n artista en el per¨ªmetro de la escena. Esa luz es el fantasma de todos los artistas, su recordatorio, su s¨ªmbolo, su alerta. Que los bailarines han luchado por mantenerse en forma es un hecho incontestable. No es necesario recordar que el cuerpo es el instrumento de trabajo principal, la arcilla sobre la que se modela el movimiento y toda invenci¨®n cor¨¦utica.
La Compa?¨ªa Nacional de Danza (CND) est¨¢ de actualidad estos d¨ªas pues, casi simult¨¢neamente, y con las restricciones vigentes, vuelve a escena en dos teatros de la capital: el 19 de noviembre estren¨® en el Teatro Real de Madrid un programa combinado con coreograf¨ªas de George Balanchine (Apollon Musag¨¨te), Alexei Ratmanski (Concerto DSCH) y Nacho Duato (White Darkness). A partir del 9 y hasta el 22 de diciembre, la misma CND estrenar¨¢ Giselle (Joaqu¨ªn de Luz / Adolphe Adam), la que ser¨¢ su quinta producci¨®n de un cl¨¢sico completo. Las compa?¨ªas nacionales, BNE y CND, han tenido que suspender en varias ocasiones su actividad por los brotes de covid-19 en sus filas, habiendo mantenido en la mayor¨ªa de las ocasiones, junto al Inaem del Ministerio de Cultura, su organismo estatal rector, una especie de pudor victoriano poco justificable y que ha devenido en falta de informaci¨®n hasta para con los propios artistas. La CND lleg¨® a despedir a un bailar¨ªn por incumplimiento de las normas impuestas por la pandemia, primando el hermetismo habitual. A d¨ªa de hoy, s¨®lo hay soluciones de parche y recurrencia, como si la ¨²nica gu¨ªa fuera la luz fantasma.
Babelia
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