Barenboim felicita a Beethoven en Bonn
El legendario pianista y director dirige sin p¨²blico el ¡®Concierto de Aniversario¡¯ en la ?pera de la ciudad natal del compositor, que ¡®cumple¡¯ 250 a?os
Todo ha sido trastocado este 2020 por la tragedia pand¨¦mica. Nadie pod¨ªa presagiar, a comienzos de a?o, que la solemne conmemoraci¨®n del 250? aniversario de Beethoven, el 17 de diciembre ¨Cfecha de su bautismo¨C, iba a contemplar a Alemania convertida en uno de los pa¨ªses m¨¢s golpeados por la covid-19, con casi un millar de fallecidos en las ¨²ltimas 24 horas. En origen, la Beethoven Jubil?ums GmbH, la sociedad afiliada de la Fundaci¨®n Beethoven-Haus que ha gestionado su aniversario, hab¨ªa programado un broche final para el A?o Beethoven con la Novena sinfon¨ªa dirigida por Daniel Barenboim a la Orquesta del West-Eastern Divan. Pero la situaci¨®n sanitaria ha obligado a cambiar el programa. A prescindir de las voces, pero tambi¨¦n del p¨²blico. Y a conjugar una velada en torno a la dram¨¢tica tonalidad de Do menor, con un concierto pian¨ªstico y una sinfon¨ªa, aunque con un final triunfante. De hecho, tanto el Concierto para piano n? 3 como la Quinta sinfon¨ªa culminan sus pentagramas en la luminosa tonalidad de Do mayor.
La ausencia del p¨²blico fue lo primero que subray¨® el violinista Daniel Hope, presidente de la Beethoven-Haus y presentador de la retransmisi¨®n, con un plano cenital de la platea de la ?pera de Bonn. Pero el evento ha podido seguirse en directo, a partir de las 20:15, por radio (WDR3), televisi¨®n (3Sat), Internet (www.bthvn2020.de), YouTube y Facebook. Una difusi¨®n tan grande como el compositor que cumpl¨ªa a?os, seg¨²n recalc¨® el Presidente Federal alem¨¢n, Frank-Walter Steinmeier, en un discurso de bienvenida, que sigui¨® a un breve documental donde un infante Beethoven recorre los principales atractivos tur¨ªsticos de la ciudad de Bonn, marcada por los signos de la pandemia. Y termina recluido en su casa natal, en la calle Bonngasse; m¨¢s concretamente, en la habitaci¨®n del segundo piso en donde se supone que naci¨® el compositor.
En esa casa, una de las pocas conservadas en Bonn de la ¨¦poca barroca, se ubica la sede de la Fundaci¨®n Beethoven-Haus. Y en su famoso s¨®tano abovedado, denominado ¡°c¨¢mara del tesoro¡±, se guarda la mayor colecci¨®n de manuscritos del compositor que se ha incrementado estos d¨ªas. Un coleccionista an¨®nimo ha regalado a la instituci¨®n una carta aut¨®grafa de Beethoven por su 250? cumplea?os. Una misiva dirigida a Friedrich Sebastian Mayer, el creador del personaje de Pizarro en su ¨®pera Fidelio, fechada en abril de 1806. En ella, el compositor muestra su preocupaci¨®n hacia todo lo relacionado con la interpretaci¨®n de su m¨²sica. Y con esa preocupaci¨®n est¨¢ tambi¨¦n relacionado su famoso inter¨¦s hacia el metr¨®nomo de M?lzel. Un aparato que utiliz¨® para determinar las rapid¨ªsimas indicaciones de tempo de sus sinfon¨ªas, entre otras composiciones.
Pero una interesante investigaci¨®n acaba de rebajar en 12bpm esas indicaciones. Beethoven parece que no se deb¨ªa tocar tan r¨¢pido. La firman dos j¨®venes espa?oles, Almudena Mart¨ªn Castro e I?aki ?car, y sus resultados se han hecho p¨²blicos en la revista estadounidense PLOS ONE. Es probable que Barenboim todav¨ªa no conozca este estudio, pero sus tempi, que podr¨ªan resultar lentos para los int¨¦rpretes hist¨®ricamente informados, ahora se ajustan bastante bien a las nuevas mediciones. En todo caso, no fue f¨¢cil para los m¨²sicos de la Orquesta del West-Eastern Divan, ataviados en su mayor¨ªa con mascarillas FFP2, encontrar la tensi¨®n inicial del allegro con brio del Tercer concierto beethoveniano en un auditorio completamente vac¨ªo. El propio Barenboim reconoc¨ªa esta dificultad, en un breve documental acerca de los preparativos del concierto, que se emiti¨® en el descanso. ¡°El problema no son los aplausos¡±, aseguraba, ¡°sino c¨®mo hacer llegar la m¨²sica a un p¨²blico que no puede estar presente¡±.
La entrada del piano solista, en el primer movimiento, ayud¨® a los integrantes de la orquesta a encontrar el mordiente sonoro. Y Barenboim convers¨® admirablemente con ellos en el desarrollo, en ese deambular del tema inicial por varias tonalidades menores. El pianista, ahora con 78 a?os, exhibe menos frescura en sus dedos, aunque atesora mucha m¨¢s sabidur¨ªa. Lo demostr¨® en el largo central, que dot¨® de exquisitos destellos de musicalidad. Y la orquesta respondi¨® mucho mejor en el rond¨® final, con esos cambios de car¨¢cter que, tras una breve cadencia del solista, despejan la meta en Do mayor.
Tras el referido documental en el descanso, con algunas declaraciones de Barenboim que culmin¨® con una frase lapidaria (¡°Estoy seguro de que Beethoven tendr¨¢ una vida m¨¢s larga que el coronavirus¡±), se pudo escuchar la Quinta sinfon¨ªa. Pero antes, Hope dio entrada a Malte Boecker, director de la Beethoven Jubil?ums GmbH, cuya programaci¨®n ha tenido que adaptarse a la pandemia. No obstante, sus actividades se ampliar¨¢n hasta septiembre de 2021, por lo que tendremos Beethoven para rato.
Faltaba, para terminar, lo mejor de esta virtual celebraci¨®n beethoveniana: una Quinta tensa y bien narrada. Barenboim dej¨® bien claro, ya desde el principio, la famosa trama b¨¦lica contra el destino (l¨¦ase tambi¨¦n contra la covid-19). Y cont¨® para ello con un intenso batall¨®n de cuerda liderado por su hijo Michael Barenboim como concertino. La madera aport¨® expresi¨®n y, en especial, el oboe, con ese nost¨¢lgico solo que interrumpe el inicio de la recapitulaci¨®n. Fluy¨® con serenidad el andante con moto y lo mejor del tercer movimiento fue el trio con unos contrabajos en estado de gracia.
Pero Barenboim encontr¨® el matiz siniestro en la repetici¨®n del scherzo para encarar la transici¨®n al finale. Y dio sentido a ese paso desde la oscuridad de un t¨²nel a la cegadora luz que estalla en el arranque del movimiento final. Un ambiente triunfante, en Do mayor, que coron¨® el concierto entre aplausos de los integrantes de la orquesta junto a un protocolario choque de codos del director con los primeros atriles.
La celebraci¨®n se ajust¨® a la triste situaci¨®n presente, a la espera de fastos menos virtuales. Pero Beethoven ha recibido hoy otro regalo en su ciudad natal. Durante las obras de restauraci¨®n de la Catedral de Bonn, un capitel del ¨¢bside ha tenido que ser sustituido. Y el nuevo ha sido decorado con las consonantes del compositor (BTHVN). Un logo dise?ado para este 250? aniversario del compositor que ahora tambi¨¦n formar¨¢ parte de la catedral de su ciudad. Y se convertir¨¢, a buen seguro, en otro de sus atractivos tur¨ªsticos.
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