La historia triturada del rock latino
¡®Rompan todo¡¯, la nueva serie de Netflix, produce admiraci¨®n y rechazo
?Qui¨¦n da m¨¢s? Rompan todo ofrece la cr¨®nica de sesenta a?os del rock hispanoamericano en seis cap¨ªtulos de menos de una hora. Un montaje feroz donde se suceden canciones y declaraciones que duran segundos, en un galope agotador. Solo se puede respirar cuando llegan los cr¨¦ditos y suenan temas enteros.
Un portento de realizaci¨®n (a cargo de Picky Talarico) que solo destapa sus carencias cuando adviertes todo lo que se escamotea. Centrado en M¨¦xico y Argentina, prescinde de muchos pa¨ªses, incluyendo una potencia musical como Cuba. Ah, pero se trata de una naci¨®n paria y Rompan todo, aunque concebido en Buenos Aires, es finalmente un producto Netflix, pensado para sus principales bolsas de suscriptores. Un producto pol¨ªticamente correcto, hasta cierto punto: hay una coda feminista pero nadie justifica la omisi¨®n de protagonistas ind¨ªgenas ¡ªqu¨¦ oportunidad perdida para imbricar la chicha amaz¨®nica en el rock¡ª o negros (piensen en los Laboriel mexicanos, el uruguayo Rub¨¦n Rada, los percusionistas de Santana). As¨ª que se detectan curiosas paradojas: ni rastro de la nueva trova cubana, aunque s¨ª hay hueco para su pariente, la nueva canci¨®n chilena. Pero esa corriente era indispensable para incorporar al relato el martirio de V¨ªctor Jara.
V¨ªctor pudo grabar con Los Blops aunque, seg¨²n escuch¨¦ a su viuda, sent¨ªa una antipat¨ªa visceral por el rock, por motivos ideol¨®gicos. Su tr¨¢gico final exime a Rompan todo de explorar los mecanismos de censura y represi¨®n en la Sudam¨¦rica de los militares o en el M¨¦xico del PRI. Se narra que los uniformados sol¨ªan arrestar a los m¨²sicos; no se explica c¨®mo estos sobrevivieron a los planes de exterminio cultural. No es la ¨²nica ausencia en el discurso de esta serie: rara vez se habla del origen social de los m¨²sicos o de los condicionantes geogr¨¢ficos y culturales que permitieron, por ejemplo, que floreciera un rock tan introspectivo y l¨ªrico como el que elaboraron los argentinos en los a?os setenta.
Talarico ha decidido que solo hablen los m¨²sicos en Rompan todo. Perfecto, pero tambi¨¦n opta por evitar una voz en off o una infograf¨ªa que esboce, digamos, los condicionantes de discogr¨¢ficas y medios o los factores pol¨ªticos, aqu¨ª reducidos a impactantes im¨¢genes de archivo: disturbios, golpes de estado, masacres, investiduras de gobernantes, las Malvinas, los zapatistas. Vemos sus consecuencias, sin que se especifiquen las fuerzas profundas que determinaron esas d¨¦cadas.
La reacci¨®n ante Rompan todo ha sido un tanto pintoresca, como la indignaci¨®n de cierto p¨²blico ante la aparici¨®n de Man¨¢ o la fobia al rap manifestada ante Calle 13 y Control Machete. Los fundamentalistas no quieren enterarse de que esto deber¨ªa haberse subtitulado La historia del rock en Am¨¦rica Latina, seg¨²n Gustavo Santaolalla. Como uno de los productores ejecutivos, Gustavo es un entusiasta que ha impuesto su presencia en toda la serie. Y no solo eso: le imaginamos responsable de las frecuentes apariciones de su socio An¨ªbal Kerpel y de algunos artistas ¡°suyos¡± de relevancia tangencial para lo que se cuenta. Qu¨¦ menos, dir¨¢n otros: Santaolalla encarna el sue?o americano, el m¨²sico perif¨¦rico que conquista Hollywood. Aparte de que su trayectoria de ¨¦xitos resulte sencillamente deslumbrante.
Con todo, esa formidable carrera no le convalida como historiador de un movimiento tan rico y tumultuoso. Lo revela la selecci¨®n de testimonios espa?oles: hablan Santiago Auser¨®n, Nacho Garc¨ªa Vega, Pablo Carbonell y Antonio Carmona. Con todo respeto a los entrevistados, computando kilometraje recorrido e influencia duradera, uno hubiera optado antes por Miguel R¨ªos, Enrique Bunbury, David Summers o Manu Chao. Lo mismo con la irradiaci¨®n del rock argentino en Espa?a. Todo se reduce a Andr¨¦s Calamaro, olvidando la decisiva oleada de los setenta, cuando aqu¨ª se instalaron Tequila, Moris, Sergio Makaroff, Jorge ?lvarez. Rompan todo es un puzle inmenso al que le faltan demasiadas piezas.
Babelia
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