Se puede bailar dirigiendo a los Strauss en el Concierto de A?o Nuevo

Para un director de orquesta, la invitaci¨®n de la Filarm¨®nica de Viena al Concierto de A?o Nuevo es todo un privilegio. As¨ª ha sido, especialmente desde 1987, cuando se inici¨®, con Herbert von Karajan, la tradici¨®n de asignar cada edici¨®n a una batuta diferente. Pero es un privilegio que no debe subestimarse. Ese fue el consejo que recibi¨® Andris Nelsons de varios colegas, tras aceptar el encargo de dirigir la edici¨®n de 2020. Lo confes¨®, el pasado 27 de diciembre, en Der Standard. Este maestro let¨®n de 41 a?os, titular de la Sinf¨®nica de Boston y la Gewandhaus de Leipzig, lleva casi un a?o preparando el programa de este concierto. Es la ¨²nica forma, seg¨²n reconoci¨®, para desarrollar una idea propia de cada obertura, vals, polca o marcha de la familia Strauss y coet¨¢neos. Un programa que este a?o ha contado con muchas obras nunca antes tocadas, tanto de Karl Michael Ziehrer, Josef Hellmesberger hijo y Hans Christian Lumbye, como de Eduard y su hermano Josef, del que se cumplen 150 a?os de su prematura muerte a los 42 a?os. Pero, en esta edici¨®n, la principal novedad ha sido la m¨²sica de Ludwig van Beethoven, como arranque de los fastos conmemorativos de su 250? aniversario.

M¨¢s informaci¨®n

Flores, nazis y otras curiosidades de esta edici¨®n

As¨ª se lo hemos contado en directo

Nelsons tambi¨¦n confes¨® al referido medio austriaco que recibi¨® un consejo de su mentor y maestro, el let¨®n Mariss Jansons, recientemente fallecido y tres veces director de esta popular cita musical del 1 de enero. ¡°Es muy importante que dejes tocar a la Filarm¨®nica de Viena¡±, le dijo. Y el director let¨®n lo ha seguido al pie de la letra. Es m¨¢s, ha bailado con la orquesta. En la rueda de prensa de presentaci¨®n del concierto, ya reconoci¨® que ning¨²n director conoce esta m¨²sica como la Filarm¨®nica de Viena, por lo que se ha dedicado a inspirar a sus m¨²sicos. Y no hay duda de que lo ha logrado, con momentos verdaderamente elevados, que han recordado citas m¨ªticas protagonizadas por Carlos Kleiber.

Un arranque perfecto

La 80? edici¨®n del Concierto de A?o Nuevo arranc¨® de forma ideal. Nada de una marcha, sino una obertura. De Karl Michael Ziehrer y su exitosa opereta Los vagabundos, nunca antes programada. Una composici¨®n con aire de banda militar, pero tambi¨¦n con pasajes de vals que permitieron a Nelsons dar sus primeros pasos de baile con la orquesta. Le sigui¨® la primera obra de Josef Strauss, el vals Saludos de amor, dedicado al centenario del Festival de Salzburgo; Michael Beyer lo aclar¨® en su cuidada realizaci¨®n televisiva. Y mucho menos interesante fue la Marcha Liechtenstein, a pesar de que Nelsons le aport¨® agilidad y encanto.

En 2021 el elegido es el italiano Riccardo Muti, que dirigir¨¢ el concierto por sexta vez

Y lleg¨® la m¨²sica de Johann Strauss hijo, siempre el compositor m¨¢s representado en el Concierto de A?o Nuevo. Se toc¨® la polca Fiesta de las flores, que dirigi¨® Lorin Maazel en 1996, pero que sirvi¨® a Nelsons para mostrar sus propias ideas. Dirigi¨® una versi¨®n m¨¢s lenta y juguetona, que Michael Beyer aderez¨® en su realizaci¨®n con primeros planos de la decoraci¨®n floral de la Sala Dorada del Musikverein. Pero fue todav¨ªa m¨¢s interesante su interpretaci¨®n del vals Donde florecen los limoneros, un bello homenaje de Johann hijo a Italia, con ese t¨ªtulo extra¨ªdo del Wilhelm Meister, de Goethe. Nelsons supo engarzar magistralmente cada secci¨®n, que convirti¨® en un exquisito fresco sonoro. Antes la hab¨ªa dirigido Zubin Mehta (2007) y Franz Welser-M?st (2013), pero Nelsons tiene su propia dramaturgia que conjuga, adem¨¢s, con esa inconfundible forma de ¡°decir¡± el vals de la Filarm¨®nica de Viena: un, dos (y quiz¨¢), tres. Otra novedad cerr¨® la primera parte: la polca r¨¢pida De improviso, de Eduard Strauss, que fue su mejor baza este a?o.

Homenajes y ¨®pera

En el intermedio, el cineasta Georg Riha rindi¨® su particular homenaje a Beethoven. Un curioso viaje del siglo XIX al XXI, titulado Remolinos de hojas de Beethoven, que le permite imaginar una versi¨®n completada de la D¨¦cima sinfon¨ªa. Estuvo aderezado por excelentes intervenciones camer¨ªsticas de los integrantes de la Filarm¨®nica de Viena. Y aqu¨ª fue donde vimos m¨¢s mujeres de la orquesta, pues ha sido una edici¨®n con poca representaci¨®n femenina en el escenario del Musikverein.

El director let¨®n cumpli¨® con la tradicional felicitaci¨®n del a?o nuevo con una interpretaci¨®n, exquisita y equilibrada, del vals En el bello Danubio azul

Nelsons inici¨® la segunda parte con otra obertura. Dirigi¨® una brillante versi¨®n del arranque de la opereta Caballer¨ªa ligera, de Franz von Supp¨¦. Con ese famoso galop que representa a los h¨²sares, pero tambi¨¦n con el perfume c¨ªngaro de su bello solo de clarinete. Y antes de la primera escena de ballet elev¨® la insustancial polca francesa Cupido, de Josef Strauss. Con el vals ?Abrazaos, millones de seres!, de Johann hijo, debutaba Jos¨¦ Carlos Mart¨ªnez (Cartagena, 50 a?os), el primer core¨®grafo espa?ol que colabora en el Concierto de A?o Nuevo, al frente de los solistas del Ballet de la ?pera Estatal de Viena. Una versi¨®n visualmente refinada y dentro de la tradici¨®n, al igual que la interpretaci¨®n de Nelsons, que limit¨® el rubato para no contravenir la filmaci¨®n pregrabada.

El 150? aniversario de la inauguraci¨®n del Musikverein tambi¨¦n tuvo su protagonismo en esta edici¨®n. Y se tocaron dos de las tres composiciones de los hermanos Strauss para su baile inaugural. Fue m¨¢s interesante el vals Disfrutad de la vida, de Johann hijo, que la polca mazurca Flor de escarcha, de su hermano Eduard. Michael Beyer mostr¨® muchos detalles acerca del edificio, en su precisa realizaci¨®n. Y escuchamos, entre ambas, otras novedades como mero relleno: la pegadiza Gavota, de Josef Hellmesberger hijo, y el Galop del postill¨®n, de Hans Christian Lumbye, el Strauss dan¨¦s. La ¨²ltima sirvi¨® a Nelsons, adem¨¢s, para hacer la ¨²nica concesi¨®n divertida de esta edici¨®n: un puntual ¡°cameo¡± como trompetista, un instrumento que toc¨® profesionalmente hasta 2001.

La segunda escena pregrabada de ballet acompa?¨® a la ¨²nica obra de Beethoven en el programa: seis de sus Doce contradanzas. Y Jos¨¦ Carlos Mart¨ªnez opt¨® por un planteamiento m¨¢s innovador. Present¨® una especie de comedia musical americana de los a?os cincuenta, con dos parejas y la intervenci¨®n de un perro, que se ambient¨® en la Casa-Museo de Beethoven en las afueras de Viena.

Pero Nelsons encar¨® la recta final del programa con lo mejor de esta edici¨®n del Concierto de A?o Nuevo. Una versi¨®n chispeante y burlesca de la famosa polca r¨¢pida Tritsch-Tratsch, de Johann Strauss hijo, con ese genial retrato sonoro de los chismorreos de la prensa sensacionalista. Y, a continuaci¨®n, ofreci¨® una interpretaci¨®n de referencia del vals Dinamos (Misteriosas fuerzas de atracci¨®n), de su hermano Josef. Ni Muti (1997), ni tampoco Barenboim (2014), han llegado tan lejos como Nelsons al hacer realidad sonora esa ansia del compositor por traducir en m¨²sica la magia de los primitivos generadores el¨¦ctricos.

La principal novedad ha sido la m¨²sica de Ludwig van Beethoven, por vez primera en esta cita, en conmemoraci¨®n de su 250? aniversario

Prosigui¨® la fiesta con los tres bises de rigor. El primero fue, en esta ocasi¨®n, la polca En pleno vuelo, de Josef Strauss, con esa forma de emular a las golondrinas que Nelsons traz¨® con sus brazos. Sigui¨® la tradicional felicitaci¨®n del A?o Nuevo. Y tambi¨¦n el famoso vals En el bello Danubio azul, de Johann Strauss hijo, que el director volvi¨® a conjugar con la tradici¨®n de la orquesta.

Para terminar, Nelsons aplic¨® su poder de sugesti¨®n con el p¨²blico de la Sala Dorada en el tradicional palmeo de la Marcha Radetzky. Este a?o se toc¨® una nueva versi¨®n. Un arreglo con muy pocas diferencias frente al habitual, aunque ahora sin la huella del compositor nazi Leopold Weninger.

Se ha anunciado que, en 2021, Riccardo Muti volver¨¢ a subirse al podio del Concierto de A?o Nuevo, a pesar de que dijo, en 2018, que no lo volver¨ªa a dirigir. Ser¨¢ su sexta vez, camino de los 80 a?os. Pero ?qui¨¦n puede negarle un ¨²ltimo baile a la Filarm¨®nica de Viena?