Tras los ¨²ltimos pasos de Albert Camus
La influencia del escritor franc¨¦s, fallecido hace 60 a?os en un accidente de tr¨¢fico, sigue m¨¢s vigente que nunca ¡°Le echamos de menos, sobre todo en el momento actual¡±, sostiene su amigo y disc¨ªpulo Jean Daniel


Ninguna se?al, ni una placa, nada recuerda el lugar exacto del accidente. La recta de la antigua carretera D606, entre los municipios de Champigny-sur-Yonne y Villeneuve-la-Guyard, est¨¢ bordeada por una hilera de s¨®lidos pl¨¢tanos. Hay restos de basura en la cuneta: latas de conserva oxidadas o una botella de g¨¹isqui vac¨ªa. Los autom¨®viles pasan veloces.
El 4 de enero de 1960, a las 13.55, un autom¨®vil de la marca Facel-Vega que viajaba en direcci¨®n a Par¨ªs se estrell¨® contra un ¨¢rbol. El editor Michel Gallimard, al volante, qued¨® malherido: falleci¨® cinco d¨ªas despu¨¦s. Su esposa, Janine, y su hija, Anne, viajaban atr¨¢s: sobrevivieron. El escritor Albert Camus, sentado en la plaza del copiloto, muri¨® en el acto. Ten¨ªa 46 a?os.
¡°Fue un terremoto. Yo y mi hermano gemelo, Jean, ten¨ªamos 14 a?os, ¨¦ramos ni?os, est¨¢bamos solos. Es una herida abierta¡±, dice Catherine Camus desde Lourmarin, el pueblo de la Provenza donde el autor de El extranjero y La peste hab¨ªa comprado una casa. ¡°Me sent¨ª tan perdida que me agarr¨¦ a todo lo que hab¨ªa aprendido de pap¨¢: el respeto del otro, la libertad asociada a la responsabilidad¡±, recuerda.

El viaje fatal hab¨ªa empezado en Lourmarin, un d¨ªa antes. Camus era un escritor consagrado, casi una leyenda. Dos a?os antes hab¨ªa ganado el Nobel, el galardonado m¨¢s joven desde Kipling. Hu¨¦rfano de padre e hijo de una mujer iletrada, creci¨® en una familia pobre en la Argelia francesa, resisti¨® a la ocupaci¨®n nazi y, en la posguerra, se convirti¨® en el referente ¨¦tico de una generaci¨®n.
¡°Su influencia, para m¨ª, fue total: en todos los planos y a veces de una manera devastadora. Durante 50 a?os, yo no pod¨ªa pensar sin ¨¦l¡±, dice, en su apartamento en Par¨ªs Jean Daniel, 99 a?os, amigo cercano de Camus y su disc¨ªpulo period¨ªstico m¨¢s notorio. ¡°Quiz¨¢ exagero, pero quiero decir que todos los conceptos y los temas en los que pens¨¦ se refer¨ªan a un libro de Camus o a una conversaci¨®n con ¨¦l¡±, a?ade Daniel, que comparti¨® despacho con Camus en L¡¯Express antes de fundar el semanario Le Nouvel Observateur.
Catherine, Jean y la madre de ambos, Francine, emprendieron el viaje de regreso a Par¨ªs en tren. Albert, aunque ten¨ªa un billete, prefiri¨® volver en el coche de los Gallimard, que hab¨ªan pasado unos d¨ªas con los Camus en Lourmarin, un paisaje id¨ªlico donde el escritor cre¨ªa haber encontrado una nueva peque?a patria.
¡°Me dec¨ªa: ¡®?Ves? Detr¨¢s de la monta?a est¨¢ el mar y, detr¨¢s, Argelia¡±, explica Catherine Camus. Y recuerda el regalo que su padre le hizo aquellas navidades: un reloj, que conserva. ¡°Pap¨¢ hab¨ªa decidido que, a partir de los 10 a?os, solo recibir¨ªamos regalos ¨²tiles¡±.
Aquel d¨ªa, Camus y los Gallimard almorzaron en el H?tel de Paris et de la Poste, en Sens, a unos 100 kil¨®metros de Par¨ªs. Despu¨¦s tomaron la recta final. Entre los restos se encontr¨® un pu?ado de hojas de su novela inacabada: El primer hombre.
¡°A sus amigos, Camus sol¨ªa decirles que nada era m¨¢s escandaloso que la muerte de un ni?o y nada m¨¢s absurdo que morir en un accidente de autom¨®vil¡±, escribe Olivier Todd en la biograf¨ªa Albert Camus. Una vida. Las teor¨ªas m¨¢s descabelladas circulan sobre el accidente; un libro reciente sugiere, sin pruebas, que lo asesin¨® el KGB.
Nunca sabremos qu¨¦ habr¨ªa hecho si hubiera sobrevivido. A Camus, detractor desde la izquierda del totalitarismo sovi¨¦tico y por ello excomulgado por Jean-Paul Sartre, el tiempo le acab¨® dando la raz¨®n en casi todos los debates que les enfrentaron.
Una estatua lo recuerda en Villeblevin, el pueblo donde en la noche del 4 al 5 de enero fue velado el cad¨¢ver. En un d¨ªa reciente, fr¨ªo y lluvioso, parec¨ªa un lugar espectral: casas grises, comercios cerrados, las calles vac¨ªas. Setecientos kil¨®metros al sur, el escritor reposa en una tumba en el cementerio del luminoso Lourmarin. ¡°Albert Camus. 1913-1960¡±, se lee en la l¨¢pida. Los visitantes dejan flores, mensajes, piedras.
¡°Era joven, bello, seductor y muy precoz¡±, le describe Jean Daniel. ¡°Le echamos de menos, sobre todo en el momento actual¡±.
Lecciones de periodismo camusiano
Un aspecto poco estudiado, pero fundamental, para entender al autor de El mito de S¨ªsifo y El hombre rebelde, es el periodismo, "una de las m¨¢s bellas profesiones del mundo", como dijo en alguna ocasi¨®n. Mar¨ªa Santos-Sainz, profesora en la Universidad de Burdeos, lo explica en Albert Camus, periodista. De reportero en Argel a editorialista en Par¨ªs, publicado en 2016 en castellano y en franc¨¦s en 2019. "Muchas de las ideas que m¨¢s tarde desarroll¨® en su obra literaria se encuentran en su periodismo", dice Santos-Sainz. "Su estilo de frases cortas, clarividente, lo traslada a su novelas, como El extranjero, inspirado en su experiencia como cronista judicial".
El periodismo de Camus ¡ªen sus reportajes en Alger R¨¦publicain, m¨¢s tarde en sus editoriales en el peri¨®dico resistente Combat, y finalmente en L'Express en los cincuenta¡ª es un periodismo de "gran intencionalidad", explica la autora, que toma partido sin perder nunca de vista los hechos, y que, a la vez reflexiona sobre el oficio: su independencia de los poderes econ¨®micos y pol¨ªticos. Sus lecciones, sostiene, son m¨¢s v¨¢lidas que nunca. "Hizo un periodismo rebelde, contra las injusticias, el dogmatismo, el totalitarismo y en defensa de la verdad", resume. "Por eso es ejemplar: muchas de las batallas siguen siendo las mismas".
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