No te lo perdonaremos jam¨¢s, Pedro S¨¢nchez, jam¨¢s

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La elegancia perdida de ¡®Friends¡¯

Europa entera cabe en un pueblo de Gales

Hace unos a?os, Cayetana ?lvarez de Toledo tuvo un ataque melodram¨¢tico en un tuit mientras ve¨ªa la cabalgata de Reyes en Madrid, que al parecer no fue de su agrado y traumatiz¨® a su prole, por lo que grit¨® desde sus colinas de las redes: ¡°No te lo perdonar¨¦ jam¨¢s, Manuela Carmena. Jam¨¢s¡±. Hoy se ha convertido en un lugar com¨²n que muchos usamos a diario ante cualquier contrariedad de la vida (el frutero me ha dado un aguacate pocho: no se lo perdonar¨¦ jam¨¢s, ?jam¨¢s!).

Hoy, armada de esca?o y tribuna parlamentaria, ?lvarez de Toledo puede dar un tono mucho m¨¢s ciceroniano a su maldici¨®n y dirigirse al mism¨ªsimo candidato a la presidencia del gobierno con teatralidad y alzando el dedo ¨ªndice: ¡°No te lo perdonar¨¦ jam¨¢s, Pedro S¨¢nchez. Jam¨¢s¡±. Y esta vez, sin burla ni risita jocosa, todos los ciudadanos deber¨ªamos aplaudir y secundar su indignaci¨®n, porque es imperdonable que la pol¨ªtica nos haya robado la noche de Reyes.

Dicen los militantes y la gente muy politizada que todo lo personal es pol¨ªtico, pero al machacar con ese lema solo expresan un deseo ¨ªntimo, no describen una realidad. No hay nada pol¨ªtico en abrazar a un amigo ni en arropar a un ni?o peque?o por la noche. Tampoco en echar la carta a los reyes magos. Una sociedad libre, pac¨ªfica y compleja se define, precisamente, porque buena parte de la vida de sus individuos transcurre en contextos apol¨ªticos. El conflicto inherente a lo pol¨ªtico se queda en los medios y en las instituciones, pero afecta poco a la vida cotidiana.

Cuant¨ªsima prisa hay que tener para robar el protagonismo de Melchor, Gaspar y Baltasar. La mejor forma de escenificar la normalidad democr¨¢tica -si existiera- ser¨ªa dejar que la gente se comiese el rosc¨®n tranquilamente. Yo no se lo perdonar¨¦ jam¨¢s, ?jam¨¢s!