RuPaul estrena serie entre cr¨ªticas por su falta de activismo
El imparable ¨¦xito televisivo del presentador y productor no acalla las crecientes acusaciones por su falta de compromiso
¡°Puedes llamarme ¨¦l, puedes llamarme ella. No me importa, con tal de que me llames¡±, dice una de las frases m¨¢s conocidas de RuPaul (Estados Unidos, 1960). El mantra de la drag queen m¨¢s poderosa de la historia, y una de las caras m¨¢s reconocibles de la televisi¨®n estadounidense, que acaba de estrenar en Netflix su primera serie como protagonista, AJ and the Queen, no deja lugar a dudas. En su caso, su enorme ¨¦xito personal est¨¢ ¨ªntimamente relacionado con el activismo en favor de los derechos de la comunidad LGTBI+ y de las personas racializadas.
En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, sus espectadores m¨¢s cr¨ªticos consideran que protege su valiosa marca por encima de los intereses de las minor¨ªas que le convirtieron en una estrella medi¨¢tica.
El concurso RuPaul: reinas del drag, un Operaci¨®n Triunfo del transformismo cuyas 11 aplaudidas temporadas est¨¢n disponibles en Netflix, es ese producto que desea proteger a toda costa. Un grupo de hombres vestidos de mujer compiten por recrear y exagerar los estereotipos atribuidos al sexo opuesto.
Adem¨¢s de grandes dosis de diversi¨®n, el programa, como el drag, tiene una enorme carga pol¨ªtica. Busca aniquilar los roles de g¨¦nero en los que se sustenta la masculinidad t¨®xica. A falta de televoto en un espacio que no se emite en directo, es el omnipresente RuPaul, creador, productor y presentador del asunto, quien tambi¨¦n hace de juez. Pero tambi¨¦n es cierto que al californiano, que durante d¨¦cadas se ha ganado su condici¨®n de referente LGTBI+, le persigue desde hace a?os una imagen de millonario alejado de las realidades pr¨®ximas a las personas que sintonizan su programa.
Han colaborado a ello declaraciones como las que hizo a The Guardian en 2018, en las que admite que no permitir¨ªa que ninguna mujer concursara en su programa, a pesar de que siempre han participado de forma minoritaria en el movimiento drag. Ni las mujeres transexuales ni las cisg¨¦nero (aquellas que han nacido con genitales femeninos) son bienvenidas a su para¨ªso multicolor. ¡°El drag pierde la iron¨ªa si no lo hacen hombres, porque es una declaraci¨®n social y una provocaci¨®n contra la cultura dominada por los hombres. Es un verdadero rechazo de la masculinidad. De lo contrario, cambia todo el concepto de lo que estamos haciendo¡±, comentaba en esa entrevista.
Para Alex Gallego, portavoz del ¨¢rea trans de la asociaci¨®n LGTBI+ Gylda, ¡°ese argumento, en vez de romper barreras, sigue imponiendo l¨ªmites a las mujeres¡±, explica a EL PA?S por tel¨¦fono. ¡°RuPaul como pionero que es, deber¨ªa defender m¨¢s que nadie que toda forma de transgresi¨®n de g¨¦nero es bienvenida. Algunas de sus ideas se han quedado desfasadas y son propias de alguien que est¨¢ m¨¢s preocupado de intereses econ¨®micos que de una verdadera lucha social¡±.
Coincide Manuel Segade, comisario art¨ªstico y director del madrile?o Centro de Arte 2 de Mayo, en que RuPaul se equivoca al defender la idea de que solo un hombre puede luchar de esa forma contra la masculinidad t¨®xica. ¡°Con sus palabras restringe el uso que una mujer puede hacer de su cuerpo. Es machismo encubierto y una idea de g¨¦nero tan obsoleta como la de las feministas que niegan la posibilidad a las mujeres transexuales de formar parte de su colectivo¡±, explica.
A la reina drag, convertida con los a?os en rey del entretenimiento, tambi¨¦n se le acusa de haber olvidado la lucha racial. El momento en el que ¨¦l y el equipo de su programa RuPaul: reinas del drag recogieron en septiembre de 2019 un nuevo Emmy, el tercero consecutivo, al mejor reality show sirve de radiograf¨ªa de la situaci¨®n. En lo alto de un escenario y con el galard¨®n en la mano, el creador del concurso atend¨ªa a la prensa rodeado de productores, directores y guionistas blancos.
Y entonces lleg¨® la pregunta inc¨®moda. ¡°?No cree que tambi¨¦n es importante que las minor¨ªas est¨¦n representada tras las c¨¢maras en un espacio televisivo tan diverso como el tuyo?¡±, le dec¨ªa una reportera estadounidense.
In the press room at the @TheEmmys, I asked @RuPaul to address the diversity or lack thereof in his show @RuPaulsDragRace. And... pic.twitter.com/kL1EYxJQXK
— Danielle Young (@RhapsoDani) September 23, 2019
Ni ¨¦l ni sus acompa?antes supieron dar una respuesta s¨®lida y la duda se viraliz¨® en redes y en las cr¨®nicas posteriores que resum¨ªan la gala de premios. ¡°?Qui¨¦n ha sido el aut¨¦ntico ganador?¡±, se cuestionaba el diario The Independent pocos d¨ªas despu¨¦s de la ceremonia. La edici¨®n brit¨¢nica de su reality, que acaba de emitir su primer temporada, tambi¨¦n recibi¨® cr¨ªticas por la escasez de concursantes que no fueran blancos.
Referente
Aunque ahora le cuelgue la etiqueta de trasnochado, la edad de RuPaul Andr¨¦ Charles (cumplir¨¢ 60 a?os en 2020) ha jugado en su favor a la hora de lograr el triunfo en televisi¨®n. Fue ni?o espectador de los grandes cl¨¢sicos del medio en Estados Unidos, de Carol Burnett a los especiales musicales de Sony y Cher pasando por la serie Perry Mason que ve¨ªa junto a su madre. Adem¨¢s, su juventud coincidi¨® con la revoluci¨®n que Andy Warhol y John Waters aplicaron a la cultura pop.
Esa tormenta perfecta de referentes sumada a su ambici¨®n y su condici¨®n de visionario ayudaron a que una drag saltara a los medios de comunicaci¨®n de masas. Primero triunf¨® en la m¨²sica y fue una presencia recurrente en el cine, hasta que se erigi¨® en primera figura de la peque?a pantalla. Logr¨® en 1996 que un representante de las minor¨ªas sociales tuviera su propio talk show, como hab¨ªa hecho diez a?os antes Oprah Winfrey y como, algo despu¨¦s de ¨¦l, hiciera Ellen Degeneres.
¡°No podemos olvidar que, si comparamos sus logros con respecto a sus fallos, el balance sigue siendo positivo¡±, defiende Manuel Segade. ¡°Su programa y su contagiosa risa a modo de cortinilla televisiva muestran una imagen de la comunidad drag alejada del drama y de lo marginal. Su programa logra algo tan dif¨ªcil como ser una factor¨ªa de talentos internacionales para personas que, de otro modo, seguir¨ªan siendo invisibles¡±.
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