Pablo Larra¨ªn: ¡°Solo entiendo el cine como una bola de fuego¡±
El cineasta chileno estrena 'Ema', una indagaci¨®n en las nuevas familias, el reguet¨®n y las j¨®venes generaciones, y una premonici¨®n sobre las revueltas sociales en su pa¨ªs
Ema levanta al cielo un lanzallamas, y el fuego, una lengua de furia que ilumina todo cuanto le rodea, se recorta en el cielo oscurecido de Valpara¨ªso. Ema es una joven bailarina, emparejada con el core¨®grafo y director de su compa?¨ªa, Gast¨®n, mayor que ella. Han devuelto a los servicios sociales al chaval que hab¨ªan adoptado, por su salvaje comportamiento; el matrimonio se est¨¢ descomponiendo. Entre los reproches y el deseo, entre sexo liberador y bailes de reguet¨®n en plena calle, desde el caos y la destrucci¨®n hasta el amor m¨¢s puro, por esa senda se mueve Ema, que se estrena en Espa?a el pr¨®ximo viernes, la octava pel¨ªcula de Pablo Larra¨ªn (Santiago de Chile, 43 a?os), el autor de Tony Manero, No, Jackie o Neruda, y que coincide con El club en que se desarrolla en Valpara¨ªso, en la rapidez de su ejecuci¨®n y en esa frialdad que emana la pantalla en los momentos m¨¢s intempestivos.
Viernes tarde en Espa?a, media ma?ana en Nueva York. Al cineasta le despierta la llamada telef¨®nica. ¡°Estuve trabajando hasta tarde¡±, excusa su voz somnolienta. Por primera vez, Larra¨ªn ha abandonado en su cine a las generaciones mayores que la suya para girarse y observar a los j¨®venes. Ema (Mariana Di Girolamo) irradia fiereza en sus veintipocos a?os, no se mueve, percute; Gast¨®n (Gael Garc¨ªa Bernal) no parece encontrar su sitio en la relaci¨®n ni comprende lo que est¨¢ pasando. En un momento dado, al core¨®grafo, extranjero, sus bailarinas le califican de ¡°artista turista¡±; en otro, su pareja asegura que es un intenso al que hay que alabar constantemente. ?Una posible referencia a los cineastas? A Larra¨ªn se le escapa la carcajada: ¡°No es as¨ª. Bueno, puede ser. Porque el turista tambi¨¦n ve de manera distinta cosas que para la gente del lugar son ordinarias¡±. Sobre el cambio generacional, Larra¨ªn siente que fue un ¡°desaf¨ªo bien grande¡±. ¡°Es gente crecida y educada en este siglo, y quienes hemos hecho esta pel¨ªcula somos del siglo pasado. Nos hemos acercado a una sensibilidad muy distinta acerca de la familia y la sociedad a trav¨¦s del cine. Ha sido un proceso de aprendizaje brutal¡±. Larra¨ªn confiesa su admiraci¨®n por ellos: ¡°Sus c¨®digos de funcionamiento son distintos, muy poderosos y novedosos. Es, por cierto, la generaci¨®n que se ha puesto sobre los hombros la lucha contra el cambio clim¨¢tico y ha liderado el estallido social en Chile desde el pasado 18 de octubre¡±.
Ese estallido, que ha vuelto del rev¨¦s a todo el pa¨ªs, pill¨® tambi¨¦n de sorpresa al cineasta. Y aunque Ema contenga pistas sobre el futuro (arranca con un plano de un sem¨¢foro, instrumento normativo por excelencia, en llamas), insiste: "En nuestra cultura se advirtieron ciertas se?ales, aunque en ning¨²n caso yo lo vi venir. No tuve la premonici¨®n. Al igual que el resto de Chile, yo despert¨¦ ese d¨ªa. Puede que haya conexiones desde la pel¨ªcula, en su manera de encarar la sociedad con elementos como el fuego, pero porque esa generaci¨®n es as¨ª. Chile se movi¨® de manera colectiva, no puedo arrogarme nada". Y lo mismo vale para su Ema protagonista: "Su comportamiento sorprender¨¢ a algunos espectadores, acostumbrados a cine modelista. Yo nunca me he atrevido a juzgar a un personaje. Lo que me interesa de Ema, que es de lejos mi trabajo que mayor pol¨¦mica ha generado, es que opera en cada espectador seg¨²n la biograf¨ªa de ese espectador. Cada uno juzga en base a su canon ¨¦tico y est¨¦tico. Es algo valios¨ªsimo de la pel¨ªcula".
Porque Larra¨ªn nunca ha militado en un cine normativo, evangelizador. "Solo entiendo el cine como una bola de fuego que administra quien lo est¨¢ viendo". Ell director chileno conf¨ªa en la sensibilidad del espectador. "Que sepa que la Humanidad est¨¢ en riesgo, y que por eso batalla por un cambio. Ema est¨¢ contada desde el punto de vista de una mujer en crecimiento, que madura, que hace cosas que algunos no podr¨¢n entender, que aprende qu¨¦ tipo de vida desea tener, forja su identidad. Para m¨ª, el cine es deseo".
La historia naci¨® desde el inter¨¦s del director de reflejar las nuevas familias, y las trabas que hay en Chile para conformarlas. "En mi pa¨ªs, el Sename, el Servicio Nacional de Menores, articula las adopciones. Y ellos crearon el ranking de idoneidad para valorar los padres que desean adoptar, una medici¨®n que mostraba todas las distintas formas de discriminaci¨®n del sistema. El concepto idoneidad conlleva en la vida discriminaci¨®n". En Ema se escucha: "El sistema est¨¢ hecho para eliminar gente como ustedes", y eso vale tanto para la adopci¨®n como para mucho m¨¢s. "Por suerte, eso est¨¢ cambiando en Chile, porque lo importante en una familia no importa si los progenitores son heterosexuales u homosexuales, sino si hay amor y cuidado. Hist¨®ricamente ha habido todo tipo de familias, no solo las de padre y madre". Y Larra¨ªn se lamenta: Siempre habr¨¢ alguien que se autoarrogue representar el sistema, la moral, lo que resulta irrisorio".
En un momento del metraje, estalla el reguet¨®n. Para el core¨®grafo, "es m¨²sica de c¨¢rcel, para no pensar; provoca ilusi¨®n de libertad, cuando en realidad significa dormirse en la derrota". Para la bailarina, "es un baile feliz, por supuesto sexual, porque si el orgasmo es vida se puede bailar". ?Y para Larra¨ªn? "No ten¨ªa mucho inter¨¦s por el reguet¨®n, y durante el rodaje me sedujo. Es un ritmo insaciable, se te mete en el cuerpo. Y es una m¨²sica que al bailarla te saca lo mejor y lo peor, te retrata, revela una capa de la personalidad que solo se ense?a al danzar". Y vuelve al inicio de la conversaci¨®n: "Un artista no deber¨ªa de tener una opini¨®n fabulosa de s¨ª mismo ni atreverse a sermonear al p¨²blico. Su labor es poner en escena ideas, deseos, personajes y problem¨¢ticas".
Codo con codo con Stephen King
Pablo Larra¨ªn est¨¢ en Nueva York preparando el rodaje de la serie La historia de Lisey, basada en la novela hom¨®nima de Stephen King y guionizada, en un hecho excepcional, por el mismo escritor. "Cuando me ofrecen un material externo, me atrae entrar en zonas desconocidas con historias fascinantes. Nacen lejanos a m¨ª y me acerco a ellos". Sobre la serie, cuenta, teniendo cuidado con los contratos de confidencialidad, algo m¨¢s: "La televisi¨®n se hace igual en todo el mundo, m¨¢s all¨¢ de las barreras idiom¨¢ticas. En esta serie se mezcla el terror psicol¨®gico y el drama en una historia cimentada en la memoria, en c¨®mo una mujer [Julianne Moore] encara el mundo tras la p¨¦rdida de su marido [Clive Owen]. Son materiales nuevos para m¨ª, c¨®digos narrativos fascinantes a los que me tengo que adaptar, y en los que debo buscar mi voz. Ese proceso ha supuesto un gran desaf¨ªo".
Babelia
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