¡®Coronado¡¯, la conquista de la inmensa nada
Ignacio del Valle recrea la fracasada expedici¨®n espa?ola de 1540 que se adentr¨® en el Gran Ca?¨®n y avist¨® las primeras estampidas de bisontes
Todo lo que pod¨ªa salir mal desde el principio sali¨® mal: venganzas, incapacidad, envidias, falta de preparaci¨®n y, lo peor y m¨¢s doloroso, un objetivo sin confirmar pero que brillaba insistentemente en las mentes de los integrantes de la expedici¨®n, la riqueza. Revivirlo y que el lector lo sienta es dif¨ªcil, por lo que el autor, Ignacio del Valle (Oviedo, 48 a?os), convierte a un personaje real -en este caso fray Tom¨¢s de Urquiza- en relator de la incre¨ªble y desgraciada aventura de Francisco V¨¢zquez de Coronado, el conquistador que encabez¨® en 1540 la expedici¨®n espa?ola que permiti¨® que, por primera vez, los europeos avistasen decenas de miles de bisontes en estampida, que descubrieran el Gran Ca?¨®n del Colorado o que entrasen en contacto directo con los temibles apaches.
Una de las grandes diferencias de estas expediciones del siglo XVI de la Corona de Castilla con las que ofrece Hollywood y que protagonizan el S¨¦ptimo de Caballer¨ªa o los alegres buscadores de oro del Lejano Oeste, adem¨¢s de su ubicaci¨®n temporal, es la tecnolog¨ªa empleada. Si Buffalo Bill acribillaba a los gigantescos astados con su Winchester de repetici¨®n, los espa?oles portaban para alimentarse en las inmensas planicies del interior del actual Estados Unidos espadas, arcabuces y lanzas. Si los estadounidenses se acercaban a su destino en trenes humeantes, los conquistadores lo hac¨ªan a pie o en cabalgaduras agotadas por meses de marcha continua. ¡°Desayun¨¢bamos, com¨ªamos y cen¨¢bamos carne frita de bisonte. Hab¨ªa momentos en que avanz¨¢bamos entre miles de ellos, con los ojos enrojecidos por las nubes de polvo naranja y amarillo y las bocas cubiertas por pa?uelos, medio ahogados, cuidando que ninguna de aquellas bestias nos descalabrase¡±. Y as¨ª, miles de kil¨®metros: de M¨¦xico a California, a Texas, a Oklahoma y hasta a Arkansas. Y vuelta. Dos a?os de marcha infinita.
Coronado (Edhasa, 2019) es un libro descarnado, cruel, sin filtros, que relata un sue?o: la b¨²squeda de C¨ªbola, la ciudad de las c¨²pulas de oro que nunca existi¨®. Sus protagonistas son hidalgos segundones, campesinos desesperados, j¨®venes briosos que jam¨¢s han entrado en batalla, frailes huidos de Castilla porque renegaban del Santo Oficio, soldados de fortuna que hab¨ªan empe?ado todo cuanto pose¨ªan para equiparse, mujeres enamoradas arrastradas en una causa en la que pocos cre¨ªan pero que todos deseaban. Fray Marcos de Niza les guiar¨ªa, ¨¦l hab¨ªa visto las siete ciudades de oro un a?o antes. Ahora solo hab¨ªa que volver a hacer el camino que recordaba y conquistarlas. Si Cort¨¦s hall¨® Tenochtitlan, ellos encontrar¨ªan C¨ªbola o Quivira, qu¨¦ m¨¢s daba. Algo. Fray Marcos no pod¨ªa fallarles. Pero lo hizo. All¨ª no hab¨ªa nada. ?Por qu¨¦ no le mataron cuando descubrieron el enga?o? Ni fuerzas les quedaban. Ya no cab¨ªa marcha atr¨¢s. Seguir¨ªan, pues, atravesando tierras inh¨®spitas, desiertos inmensos, mares de hierba, bosques sin alma. La continua lucha entre la vida y la muerte.
Eran conquistadores que dejaban libres a mujeres y ni?os indios antes del asalto a un poblado zu?¨ª para evitar su muerte, incluso arriesgando sus propias vidas, pero que no dudaban en lanzar perros hambrientos a los prisioneros para que confesasen d¨®nde se alzaba la ciudad que buscaban sin fe. ¡°?ramos el ¨²nico animal a quien le importaba su nombre y su fama¡±, relata fray Tom¨¢s de Urquiza intentando justificar aquello que su alma mortificada rechazaba.
Poco m¨¢s de 300 espa?oles y 800 indios mexicas perdidos en mitad de la nada. Poblados miserables de ind¨ªgenas orgullosos, que prefer¨ªan morir luchando antes que doblegarse ante aquellos invasores que les vociferaban, antes de cargar los arcabuces, un discurso de Su Majestad donde se les exig¨ªa la rendici¨®n y del que no entend¨ªan ni una sola palabra. Hechiceros que abr¨ªan las mentes de frailes deseosos de entender el sentido de la vida. Y de la muerte. Amores y odios entre conquistadores y conquistados. Dos a?os perdidos, dividiendo las fuerzas para abarcar el mayor terreno posible. Por no encontrar, no encontraban ni el mar. ¡°Consider¨¦ que la empresa estaba condenada, pero no ser¨ªa justo si olvidase una pizca de esperanza, pues si a la vuelta los teyas nos hab¨ªan llevado por zonas ignotas, ?qu¨¦ otras maravillas se guardaban?¡±, pensaba Urquiza. Pero solo se llevaron de su aventura eso, ser los primeros en distinguir lo que jam¨¢s ning¨²n europeo hab¨ªa visto antes.
Luego vino Kevin Costner en 1990, en Bailando con lobos, y nos explic¨® que los siux expulsaron a los espa?oles de aquellas tierras y que dejaron un morri¨®n abandonado en su huida. Y nos lo creemos y pagamos por ello, sin acordarnos de Coronado, de Hern¨¢ndez de Alvarado, de Trist¨¢n de Luna, de los indios Turco y?Alem¨¢n o de la bella Iyali, la que ense?¨® a amar a fray Tom¨¢s.
Coronado. Ignacio del Valle, Editorial Edhasa, 2019. 473 p¨¢ginas. 22 euros.
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