Jordi ?vole: ¡°Reinventarse cuesta un coj¨®n¡±
El periodista vuelve con un programa con su nombre, admite haber ganado ponderaci¨®n y perdido atrevimiento, y confiesa que, tras el Papa, solo le queda entrevistar a Dios: Messi.
?vole se muerde las u?as hasta los codos y se sonroja hasta la ra¨ªz del pelazo con cada pregunta, pero tiene ese esc¨¢ner que un reportero sabe reconocer en otro mir¨¢ndole a los ojos. Eso, y el callo de a?os de oficio y el genuino inter¨¦s que distingue a un periodista de un relaciones p¨²blicas, aunque hoy el colega est¨¦ vendi¨¦ndonos su libro, digo su programa, en una ronda de entrevistas. Le pregunto a ¨¦l, que ha entrevistado a dios y al diablo seg¨²n para qu¨¦ credos, si tiende a ponerse en las costuras de quien tiene enfrente, por muy deleznable que sea. ¡°Tiene que ser muy hijo de puta para que no me caiga bien un entrevistado¡±, contesta. No vamos a discutir por eso.
?Qu¨¦ dar¨ªa por poder mirar a los otros sin ser mirado?
Uf, no s¨¦ si tendr¨ªa suficiente. Lo a?oro much¨ªsimo. Pero me gusta tanto lo que hago que si hay que pagar ese peaje, lo pago. Es una contradicci¨®n: vivo con ellas.
?La entrevista es del entrevistador o del entrevistado?
Del entrevistado. Si no te quiere dar ni agua, ya puedes picar piedra. Ahora, si viene a jugar, es una maravilla. Es como un toreo de campo, sin rejones. Est¨¢n el toro, el torero y la muleta. Pero eso pasa muy poco ¨²ltimamente.
?Los 'toros' est¨¢n resabiados?
S¨ª, y tienen miedo, y miden lo que dicen pensando en el titular, no en la charla, y al final no dicen nada. Yo eliminar¨ªa los titulares.
?Y por d¨®nde empezamos?
Programa de autor
Tras 12 a?os dirigiendo Salvados, Jordi ?vole (Barcelona, 45 a?os) vuelve a la tele con Lo de ?vole, una colecci¨®n de entrevistas con presos c¨¦lebres y an¨®nimos. Detestado por unos e idolatrado por otros, el ex Follonero de Buenafuente se ha hecho mayor delante y detr¨¢s de las c¨¢maras. No lo disimula.
S¨ª, ya lo s¨¦. Pero a veces somos tramposos, y los inducimos. La agresividad ya no funciona. Hemos descubierto que, con el combate, el entrevistado se cierra y de ah¨ª no sacamos nada.
?Qui¨¦n es usted para ponerle su nombre a un programa?
Flipo con poder hacer lo que hago. No s¨¦ qu¨¦ hago aqu¨ª ni c¨®mo he llegado. Lo que s¨ª s¨¦ es que he currado mucho, he picado mucha piedra y he trabajo con mucha pasi¨®n. Lo de ?vole era el t¨ªtulo provisional. Nos acostumbramos y, adem¨¢s, las alternativas estaban cogidas. Valoramos ?rase una vez, pero no funcionaba. Y El mismo sitio, distinto lugar, pero era el t¨ªtulo de la gira de Vetusta Morla. Cuesta hacer algo nuevo.
?Est¨¢ todo inventado?
No s¨¦ si todo. Lo que s¨¦ es que reinventarse cuesta un coj¨®n.
Me ha dado el titular usted solo y sin inducirle.
Jaja. Lo estaba diciendo y lo estaba editando yo solo, ese es el problema. Ser¨¢ deformaci¨®n profesional, pero no quiero vivir as¨ª, no quiero vivir editando la vida.
?No le aburre, fuera del trabajo, la gente que no va al grano?
Igual nosotros, por nuestro trabajo, nos acostumbramos a vivir momentos extraordinarios, conocer a gente extraordinaria y que pasen cosas acojonantes. Pero es una ilusi¨®n. Ese mundo tampoco es real. Me encanta ver a mis amigos de siempre y hablar de lo de siempre. Es el lugar al que quiero volver los viernes por la noche.
?Es un periodista-activista?
Lo he sido. Creo que en algunas causas es bueno serlo. Lo que pasa es que el periodismo tiene poco que ver con el activismo.
Eso es un ox¨ªmoron: ol¨¦, la coherencia.
Totalmente, pero reconozco que, en algunas fases de Salvados, por ejemplo el 15-M, con esa ebullici¨®n social, ¨¦ramos muy activistas. Veo ahora aquellos programas y digo: "hostias, est¨¢bamos zumbados".
?Qu¨¦ ha ganado y ha perdido desde entonces?
Igual he ganado ponderaci¨®n, buscar todos los enfoques, no solo uno, y he perdido atrevimiento.
?Se ha aburguesado?
Igual s¨ª, aunque lucho cada d¨ªa por que no sea as¨ª. Pero, a medida que te van yendo bien las cosas, tiendes m¨¢s a querer conservar que a arriesgar. Estoy, estamos, m¨¢s acobardados. No quiero santificar la valent¨ªa, pero no hacer cosas por miedo es muy chungo.
?Qu¨¦ corte pide en la 'pelu'?
Solo las puntas. Mi peluquero, un italiano de Sant Boi de Llobregat, me acusa de que, por mi culpa, la gente cree que es el peor de Espa?a. A cambio, voy a cortarme cada 15 d¨ªas y me dejo una pasta.
?Sus entrevistados le dicen que s¨ª por ser usted quien es?
Creo que a veces me dicen que s¨ª por morbo. Puede haber una curiosidad de decir: este t¨ªo se lleva el gato al agua, voy a ver si me lo llevo yo esta vez. Y muchas veces se lo llevan los otros. Algunos me han consolado a m¨ª.
?Como qui¨¦n?
Un enfermo de ELA, por ejemplo. Hay gente capaz de emocionar con una entrevista. Cuando hay verdad, cuando una persona se te est¨¢ abriendo, es como un milagro. Piensas: ?por qu¨¦ me est¨¢s contando esto a m¨ª que no soy nada suyo?
?Se siente intruso o privilegiado?
Ambas cosas. Y, a veces, te incomoda, porque yo s¨¦ las consecuencias que tiene, y ¨¦l igual no.
?Tiene conflictos al respecto?
Constantemente.
?Y qui¨¦n gana? ?El hombre o el periodista?
A menos que la revelaci¨®n sea un esc¨¢ndalo p¨²blico, algo relevante para la sociedad, cuando es algo ¨ªntimo y me han pedido que no saque algo, lo respeto. Una entrevista no es un atraco.
?Qui¨¦n le baja los humos, si es que los tiene?
Seguro que los he tenido, porque en esto, a veces nos da por subirnos a una parra de la que es mucho mejor que alguien te baje r¨¢pido. Me los bajan mis padres, mi hijo, mis amigos. Tengo muchas tomas de tierra.
?Se lo exige o sale de ellos?
De ellos. T¨², normalmente, no quieres que te canten las cuarenta, vives mucho mejor en el elogio, en el "hostia, qu¨¦ bien todo". Perdona, qu¨¦ bien todo, no, t¨ªo. No te agilipolles m¨¢s de la cuenta.
Despu¨¦s del Papa, qui¨¦n le queda por entrevistar. ?Dios?
S¨ª, porque Dios es Messi.
?Qu¨¦ le preguntar¨ªa primero?
?C¨®mo va lo de su clonaci¨®n? Yo experimentar¨ªa gen¨¦ticamente hasta la extenuaci¨®n con Messi salt¨¢ndome todos los c¨®digos ¨¦ticos y morales.
?Sinti¨® la famosa claustrofobia del visitante en la c¨¢rcel durante su programa?
No, he estado muchas veces y s¨¦ que voy a salir. Pero cada uno tiene su c¨¢rcel ¨ªntima de la que le es dif¨ªcil, y la m¨ªa es la que me he construido yo mismo, a base de presi¨®n y responsabilidad.
?Hay un rasgo com¨²n en los presos que ha entrevistado?
A todos les ha marcado a fuego la prisi¨®n. Hay qui¨¦n dice que, siendo lo m¨¢s chungo que le ha pasado en la vida, ha tenido momentos de paz, de conocerte a ti mismo, de ver d¨®nde est¨¢n tus l¨ªmites. Mi abuelo estuvo en la c¨¢rcel por motivos pol¨ªticos, y me habl¨® de aquello de ni?o. ?ltimamente, estoy pensando mucho en la infancia: cuando est¨¢s con el disco duro tan vac¨ªo que todo se te clava. No s¨¦, estoy en ese momento...
Eso va a ser la mediana edad.
Yo qu¨¦ s¨¦, t¨ªa. Estoy fatal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.