El Museo Reina Sof¨ªa prepara una exposici¨®n sobre el verano de Picasso en G¨®sol
La instituci¨®n tiene previsto inaugurar en 2022 un recorrido por lo que signific¨® la estancia en 1906 en el pueblo leridano del artista y su pareja entonces Fernande Olivier
Hace dos a?os Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sof¨ªa, y Rosario Peir¨®, jefa de colecciones, decidieron que la instituci¨®n deb¨ªa programar cada tres a?os una exposici¨®n dedicara a Pablo Picasso, el alma del centro. La ¨²ltima se celebr¨® en 2017, titulada Piedad y terror en Picasso. El camino a Guernica, comisariada por Timothy Clark y Anne M. Wagner. La pr¨®xima ser¨¢ en 2022 y estar¨¢ dedicada al verano que el pintor pas¨® en la localidad leridana de G¨®sol, en 1906, donde anticip¨® el paso del cubismo y periodo al que pertenece la pintura propiedad de Jaime Bot¨ªn en litigio. ¡°Es una exposici¨®n que estamos investigando desde hace dos a?os. Ten¨ªa claro que G¨®sol era la oportunidad m¨¢s interesante para contribuir a la historiograf¨ªa del artista¡±, comenta Peir¨® por tel¨¦fono. Se?ala que nunca hasta ahora se ha visto una investigaci¨®n centrada en esos meses de aquel verano decisivo en la historia de la pintura mundial, cuando adquiere las bases desde las que construye Las se?oritas de Avignon (1908).
Peir¨® explica que no tiene en cuenta el proceso judicial en el que se encuentra el retrato que est¨¢ depositado en los almacenes del Museo Reina Sof¨ªa, a la espera de una sentencia en firme. ¡°Esta obra ir¨ªa en la ¨²ltima sala, junto con el retrato de Gertrude Stein que el Metropolitan Museum of Art de Nueva York (MET) acaba de confirmarnos que nos presta. Si el caso est¨¢ resuelto, perfecto, pero no contamos con ella. Aunque si pudi¨¦ramos utilizarla, mejor¡±, mantiene la comisaria. La selecci¨®n tendr¨¢ alrededor de 80 obras (pintura, dibujos, escultura y documentos) y estar¨¢ acompa?ada por un congreso que se realizar¨¢ el pr¨®ximo noviembre, donde se aclarar¨¢ cu¨¢ntas obras se deben catalogar a su estancia en la sierra leridana. La otra pieza importante era?El har¨¦n (1906), en el Museo de Cleveland (EEUU), y asegura que tambi¨¦n tienen el pr¨¦stamo consentido. El resto est¨¢ en marcha, como la tesis cient¨ªfica: ¡°Todav¨ªa no s¨¦ cu¨¢l es la aportaci¨®n cient¨ªfica, porque sigo leyendo y estudiando¡±, explica Peir¨®.
La comisaria ha organizado recientemente, en Castell¨®n de la Plana, para la Obra Social de ¡°la Caixa¡±, Picasso. El viaje del Guernica, y explica a este peri¨®dico que Borja-Villel y ella concibieron la idea de la exposici¨®n en G¨®sol. Aunque apunta que ¡°en un primer momento se le dio a Paloma Esteban¡±, conservadora jefa del Departamento de Colecciones hasta su jubilaci¨®n el pasado mayo. ¡°El proyecto qued¨® aparcado durante unos a?os y se ha retomado cuando ella ya no estaba¡±, asegura Peir¨®.
El Reina Sof¨ªa carece de una amplia colecci¨®n de obras de Picasso, pero s¨ª quieren darle ¡°la importancia que se merece m¨¢s all¨¢ de la colecci¨®n¡±. Para encontrar una exposici¨®n de Picasso en el Reina Sof¨ªa anterior a la organizada por la pareja inglesa hay que ir hasta 2001, cuando se present¨® Las grandes series (en 2001). La direcci¨®n ahora est¨¢ volcada en recuperar la figura del cubista. El p¨²blico del Museo Reina Sof¨ªa mostr¨® su entusiasmo ante Picasso y dej¨® un registro de m¨¢s de 680.000 visitas (y un super¨¢vit de 2,2 millones de euros en tesorer¨ªa).
Un verano decisivo
En el a?o 2012, el informe contrario a la exportaci¨®n de Cabeza de mujer (1906), de Jaime Bot¨ªn, de la Junta de Calificaci¨®n, Valoraci¨®n y Exportaci¨®n de Bienes del Patrimonio inform¨® de que ¡°no exist¨ªa una obra similar en territorio espa?ol¡± y por tanto nunca podr¨ªa abandonar las fronteras del Estado. En dicho texto se aclara que aquel verano en G¨®sol ¡°fue una etapa en la que Picasso se ve claramente influido por la pl¨¢stica del arte ib¨¦rico y en los hallazgos llevados a cabo en este monumento influir¨¢n decisivamente, no solo en el cubismo, sino tambi¨¦n en la evoluci¨®n posterior de la pintura del siglo XX¡±.
En 1906 la marchante Gertrude Stein hab¨ªa dado los primeros pasos para lanzar a Pablo Picasso al estrellato del mercado del arte. Hab¨ªa captado a varios coleccionistas que empezaron a interesarse y comprar obras del malague?o y, con 24 a?os, Picasso pasa las penurias y respira sin ahogos econ¨®micos. Sin embargo, busca una salida a su bloqueo creativo y lo encuentra en la aldea de L¨¦rida.
En la sierra del Cad¨ª el artista se vuelve otro. ¡°G¨®sol fue una maravilla. All¨ª en las alturas, en medio de un aire de incre¨ªble pureza, por encima de las nubes, rodeados de gentes amables¡±, escribe Fernande Olivier -la pareja de Picasso entonces y posible modelo del pol¨¦mico cuadro- en sus Recuerdos ¨ªntimos. Lo describe como un lugar donde encontraron la felicidad y donde Picasso debi¨® de pintar mucho. Sin embargo, los especialistas, apunta Peir¨®, ¡°no tienen claro el n¨²mero de cuadros que realiz¨®, porque el viaje era en burro y no me lo imagino cargando con un centenar de obras¡±. Es uno de los objetivos a aclarar con el congreso y la exposici¨®n.
Babelia
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