La historia de Cabeza de Vaca tal y como no fue
El CDN estrena una obra de Jos¨¦ Sanchis Sinisterra que aborda la problem¨¢tica de las migraciones a trav¨¦s de los infortunios del conquistador
?lvar N¨²?ez Cabeza de Vaca (Jerez de la Frontera, 1488-Sevilla, 1559) fue uno de los 600 hombres que participaron en la desastrosa expedici¨®n que parti¨® de Sanl¨²car de Barrameda en 1527 con el objetivo de colonizar Florida y encontrar la ¡°fuente de la eterna juventud¡±. Murieron todos los viajeros menos cuatro, entre ellos Cabeza de Vaca, que logr¨® regresar a Espa?a despu¨¦s de diez a?os en los que pas¨® de ser un fiero conquistador a esclavo, comerciante, cham¨¢n y, finalmente, raro ap¨®stol de los indios.
Las memorias de Cabeza de Vaca, recogidas en un libro que hizo publicar en 1542, son el punto de partida de la obra Naufragios de ?lvar N¨²?ez, un texto de Jos¨¦ Sanchis Sinisterra (Valencia, 78 a?os) in¨¦dito en los escenarios, que el dramaturgo empez¨® a escribir en 1978 aunque no lo public¨® hasta 1992 con idea de dirigirlo ese a?o (quinto centenario de la llegada de Col¨®n a America), pero el proyect¨® se frustr¨® y la obra qued¨® en un caj¨®n. Se estrenar¨¢ por fin este mi¨¦rcoles en una ambiciosa producci¨®n del Centro Dram¨¢tico Nacional con puesta en escena de Mag¨¹i Mira y un amplio reparto de 16 actores encabezado por Jes¨²s Noguero (en el papel de Cabeza de Vaca), Clara Sanchis (Mariana, su mujer) y Pep¨®n Nieto (P¨¢nfilo Narv¨¢ez, capit¨¢n de la expedici¨®n).
Todos los personajes que aparecen son reales, pero hay que aclarar que no es una obra hist¨®rica. Al contrario, contiene grandes dosis de fantas¨ªa, saltos en el tiempo desde el siglo XVI hasta el XXI, anacronismos. ¡°Intent¨¦ que la mirada al pasado fuera diferente a lo establecido cuando se escriben obras hist¨®ricas. Y eso me llev¨® a abolir el espacio y el tiempo. En realidad utilizo la historia para cuestionar lo que pudo haber sido y no fue: el abrazo de dos culturas. Imaginar c¨®mo hubiera sido el futuro si no se hubieran dado determinados comportamientos destructivos es una gimnasia que el teatro puede ayudar a realizar; es fantas¨ªa, es historia-ficci¨®n, pero si no hay fantas¨ªa, el mundo no cambia¡±, opina Sanchis Sinisterra.
La puesta en escena de Mira es ¡°tan libre, minimalista y po¨¦tica como la propia obra¡±, seg¨²n la directora. ¡°As¨ª como el texto da continuamente saltos en el tiempo y el espacio, atraviesa la historia sin contemplaciones, yo no he dudado tampoco en inventar un lenguaje f¨ªsico y esc¨¦nico propio, fuera de cualquier convencionalismo¡±, apunta. Una gran capa de barro blanco sobre la que se mueven con dificultad los personajes es el elemento principal de la escenograf¨ªa.
La obra no pretende contar tanto las zozobras del protagonista ¡°como el desguace de sus coordenadas culturales, de sus esquemas ideol¨®gicos y espirituales, de sus estructuras ps¨ªquicas. Es todo su ser de europeo, espa?ol, hidalgo, cristiano, civilizado, blanco, conquistador, etc., lo que naufraga¡±, explica el dramaturgo, que de hecho en un principio pens¨® en subtitular la obra C¨®mo dejar de ser blanco, espa?ol y cristiano. Finalmente decidi¨® otro subt¨ªtulo, La herida del otro, que consider¨® m¨¢s acorde con el tema que subyace de manera principal bajo el texto: ¡°La problem¨¢tica de la alteridad, el fracaso de la relaci¨®n con el otro como paradigma de la conquista de Am¨¦rica, de toda conquista y colonizaci¨®n, de toda tentativa de colonizar al otro, ya sea ignor¨¢ndolo, neg¨¢ndolo, impidi¨¦ndole ser otro o destruy¨¦ndolo. Y el otro es el indio americano, pero tambi¨¦n el norteafricano que emigra con su hambre oscura a la privilegiada Europa¡±, a?ade.
Sanchis Sinisterra, considerado el dramaturgo espa?ol m¨¢s influyente del ¨²ltimo medio siglo, autor de obras emblem¨¢ticas como ?aque, Ay, Carmela o El cerco de Leningrado, se anticip¨® con Naufragios de ?lvar N¨²?ez a uno de los temas recurrentes del teatro en los ¨²ltimos a?os en todo el mundo: las migraciones. ¡°Por supuesto que es recurrente. Es que es uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos hoy d¨ªa. No porque haya movimientos migratorios, que los ha habido siempre, sino porque no sabemos asumirlos. De eso habla Sanchis: de la dificultad de encontrarse con el otro¡±, comenta Mag¨¹i Mira.
Precisamente el viernes pasado se estren¨® en las Naves Matadero de Madrid otro espect¨¢culo sobre el tema, Europa. Los tutelados, escrito por Mikolaj Bielski y ?lvaro Vicente a partir del texto Die Schutzbefohlenen (Los tutelados, 2014), de Elfriede Jelinek, en el que la Nobel austriaca asume ir¨®nicamente la voz de cerca de un centenar de solicitantes de asilo paquistan¨ªes y afganos que protagonizaron una acampada de protesta en el centro de Viena en 2012. ¡°Utilizamos esa obra como punto de partida para cuestionar nuestra legitimidad para hablar en nombre de otros, sobre todo cuando esos otros vienen de culturas tan diferentes. No hablamos tanto del ¡®drama de los refugiados¡¯, sino de c¨®mo nuestra respuesta a ese problema nos define a nosotros¡±, explica Bielski.
Es otra vuelta de tuerca en torno a un tema que preocupa sobremanera a los creadores contempor¨¢neos. Muchos de ellos est¨¢n optando ¨²ltimamente por reflejar el problema no mediante ficciones, sino partiendo de sucesos y casos reales, como el caso de Jelinek, o incluso invitando a inmigrantes y refugiados a contar ellos mismos sus propias historias sobre el escenario, en una especie de intento de no ¡°usurpaci¨®n¡± de sus voces. En los ¨²ltimos meses se han visto en Espa?a varias piezas de este tipo de directores internacionales de prestigio: O agora que demora, de la brasile?a Christiane Jatahy, y Orestes in Mosul y Empire, del suizo Milo Rau, entre otras.
Babelia
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