Milo Rau, el dramaturgo que colecciona vetos y amenazas
Es persona non grata en Rusia. Fue censurado en Brasil. Escandaliz¨® a B¨¦lgica al querer subir al escenario a excombatientes del ISIS. El autor suizo desembarca con Orestes in Mosul?en el Festival de Oto?o de Madrid.
NI?OS CONTANDO la historia de un pederasta, refugiados interpretando personajes b¨ªblicos o v¨ªctimas del ISIS narrando su vida se pueden ver en algunas de las obras de Milo Rau, por las que ha recibido amenazas. Este dramaturgo, director art¨ªstico, ensayista, profesor, periodista y cineasta suizo de 42 a?os agita conciencias en los festivales y escenarios m¨¢s importantes del mundo desde que fund¨® su compa?¨ªa de teatro y productora cinematogr¨¢fica International Institute of Political Murder (IIPM) en 2007. En sus piezas teatrales, libros o pel¨ªculas reconstruye episodios contempor¨¢neos como la guerra de Irak, la del Congo, el juicio a las Pussy Riot o la actual crisis de los refugiados. Lleva sus procesos de creaci¨®n a los lugares de los hechos y sube a escena, junto a actores profesionales, a gente que da testimonio en primera persona.
En 2018 asumi¨® la direcci¨®n art¨ªstica del teatro NTGent de B¨¦lgica, donde hoy ensaya su ¨²ltima obra, Familie. Quedan dos meses para su estreno y ya se han vendido todas las entradas. Rau da indicaciones a su equipo en alem¨¢n, ingl¨¦s y franc¨¦s. Mueve con agilidad su gran envergadura por el teatro, se para en el vest¨ªbulo y se?ala el cartel dorado que ocupa toda una pared. En ¨¦l est¨¢ impreso el manifiesto de 10 puntos que colg¨® nada m¨¢s llegar. Lo escribi¨® inspirado en el movimiento Dogma 95. El primer punto reza: ¡°Ya no se trata de retratar el mundo, sino de cambiarlo¡±. Para lograrlo, Rau juega en los l¨ªmites de la transgresi¨®n. Fue declarado persona non grata en Rusia despu¨¦s de representar la represi¨®n de las Pussy Riot en The Moscow Trials. Tras la realizaci¨®n de The Congo Tribunal, donde mont¨® un tribunal civil simb¨®lico y se escucharon por primera vez muchas voces silenciadas del conflicto del pa¨ªs africano, dimitieron dos ministros. En Five Easy Pieces, siete ni?os contaban sobre las tablas la historia del mayor pederasta de B¨¦lgica. ¡°El a?o pasado me cancelaron las funciones de esa obra en Brasil y fue el detonante para empezar un proyecto all¨ª: ahora estamos preparando una versi¨®n de Ant¨ªgona con personas del movimiento de los sin tierra¡±, apunta.
El ¨²ltimo esc¨¢ndalo lo protagoniz¨® al desembarcar en Gante. Con Lam Gods, su primera pieza como director del NTGent, quiso representar con actores y vecinos c¨®mo ser¨ªa hoy en d¨ªa el retablo de La adoraci¨®n del cordero m¨ªstico, de los hermanos Van Eyck, un icono de la ciudad. Puso un anuncio en un peri¨®dico belga buscando a excombatientes del Estado Isl¨¢mico para interpretar a los cruzados del cuadro en el siglo XXI y el asunto lleg¨® al Parlamento. ¡°Para m¨ª, preguntar a excombatientes de lo que sea si quieren actuar en una obra es un acto normal porque son ciudadanos del pa¨ªs. Si son criminales que est¨¢n en prisi¨®n, entonces no. Pero si est¨¢n fuera, son libres para hablar. Y si no est¨¢s de acuerdo tienes que replantearte la democracia, no mi obra. Yo quiero provocar la reflexi¨®n sobre qui¨¦n debe estar en escena, qu¨¦ le est¨¢ permitido decir o hacer y qu¨¦ es lo que el p¨²blico puede soportar¡±. Al final, en la funci¨®n dio su testimonio como Virgen Mar¨ªa la madre de un yihadista belga fallecido en Siria. ¡°Desde entonces tengo una buena colecci¨®n de insultos y amenazas que recibo por e-mail¡±, confiesa.
¡°Quiero provocar la reflexi¨®n sobre qui¨¦n debe estar en escena y qu¨¦ est¨¢ permitido decir, hacer, soportar¡±
Rau admite que sus prioridades art¨ªsticas cambian con el tiempo. ¡°Cuando escrib¨ª el manifiesto, lo que m¨¢s me importaba era el punto que afirma que ha de haber m¨ªnimo dos actores no profesionales en cada obra. Ahora prima el que sostiene que una producci¨®n por temporada se ensaye o realice en un conflicto o zona de guerra y sin ninguna infraestructura cultural¡±. Este a?o lo ha logrado con la obra de teatro Orestes in Mosul, estrenada el pasado marzo en Irak, y con la pel¨ªcula The New Gospel, que mostrar¨¢ en 2020. Para rodar el largometraje recibi¨® una invitaci¨®n de la ciudad de Matera como capital europea de la cultura 2019. ¡°Respond¨ª que quer¨ªa hacer una pel¨ªcula de Jes¨²s y visit¨¦ los lugares donde rodaron Pasolini y Mel Gibson. Descubr¨ª que estaban rodeados de campos de refugiados explotados por las grandes mafias en plantaciones agr¨ªcolas. Pens¨¦ que si Jes¨²s estuviera vivo, estar¨ªa all¨ª. Pero qu¨¦ predicar¨ªa hoy y qui¨¦n ser¨ªa¡±. Rau encontr¨® a Yvan Sagnet, el activista camerun¨¦s que trabaj¨® en una plantaci¨®n de tomates en el sur de Italia hasta que se rebel¨® contra el sistema de explotaci¨®n y lider¨® la primera huelga de trabajadores en 2011. ¡°?Era el Jes¨²s negro que necesitaba la pel¨ªcula! Gracias a ¨¦l fueron redactadas leyes contra la trata de seres humanos, pero nunca se aplicaron. Yo quise hacer algo que ayudara a que fueran implantadas. As¨ª que, durante el rodaje, por las ma?anas nos manifest¨¢bamos y por las tardes film¨¢bamos. Topamos con las mafias que no quer¨ªan que grab¨¢ramos all¨ª, pero lo hicimos¡±.
Mientras narra sus vivencias en Italia parece que una capa m¨¢gica le protegiera de todo peligro. Igual sucede cuando habla sobre c¨®mo cre¨® Orestes in Mosul. ¡°Hab¨ªa coches bomba en la ciudad y era peligroso, pero intento llegar lo m¨¢s lejos posible¡±, recalca. Esta obra (que podr¨¢ verse el 30 de noviembre y el 1 de diciembre en el Festival de Oto?o de la Comunidad de Madrid) se le ocurri¨® al recorrer Irak en 2016. ¡°Estaba en la primera l¨ªnea del frente contra el ISIS y ten¨ªa como lectura La Orest¨ªada, de Esquilo. Entre las ciudades devastadas me sent¨ªa dentro de una de esas im¨¢genes b¨¦licas que sal¨ªan en televisi¨®n y a la vez en una obra ¨¦pica cl¨¢sica. Cuando Mosul fue liberada, entramos y encontramos una especie de escena art¨ªstica con profesores de arte y estudiantes. Decid¨ª hacer all¨ª La Orest¨ªada porque trata del c¨ªrculo de la violencia que no cesa. Tras 16 a?os de guerra, despu¨¦s de Al Qaeda y dem¨¢s milicias extremistas, nos preguntamos c¨®mo se puede perdonar y salir de esa violencia. Ese fue el punto de partida y el motivo de hacerlo con locales y actores europeos¡±. No les result¨® f¨¢cil encontrar a mujeres iraqu¨ªes que quisieran participar en esta Orest¨ªada adaptada a su pa¨ªs. ¡°Culturalmente no est¨¢ bien visto que compartan escenario con hombres ni que las toquen. Pero dimos con nuestra Atenea en una mujer cuyo marido fue asesinado por Al Qaeda y que para salvar a su hija tuvo que colaborar con el ISIS¡±, cuenta Rau. Y as¨ª aportan retazos de sus biograf¨ªas reales al relato de sus personajes. Pero Orestes in Mosul no termina cuando se baja el tel¨®n. ¡°La Unesco quiere invertir unos cinco millones de euros en reconstruir la vida cultural de Mosul. Y despu¨¦s de ver esta obra me han encargado que lidere la parte de teatro y cine. Es una gran responsabilidad, pero pienso llevarla a cabo con la red de contactos que tengo en todo Irak¡±, asiente. Ya advirti¨® con el primer punto de su manifiesto que quer¨ªa cambiar el mundo. Parece que ha encontrado el camino.?
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