Un baile de hombres
No habla solo del despertar homosexual de su bailar¨ªn protagonista, sino de una sociedad que ahoga cualquier gesto que no responda a los c¨¢nones de hombr¨ªa establecidos
En una de las primeras secuencias de Solo nos queda bailar, tercer largometraje del sueco Levan Akin, un profesor de danza georgiana interrumpe su clase para recriminar la falta de vigor de uno de sus alumnos. ¡°La danza georgiana no es la lambada¡±, dice este guardi¨¢n de las esencias de un baile ¡ª¡°la sangre de nuestra naci¨®n¡±¡ª que es expresi¨®n de una masculinidad ruda y fuerte. Solo nos queda bailar es una respuesta rotunda a una tradici¨®n que excluye no ya otras sexualidades sino tambi¨¦n otras masculinidades. La pel¨ªcula no habla solo del despertar homosexual de su bailar¨ªn protagonista, sino de una sociedad que ahoga cualquier gesto que no responda a los c¨¢nones de hombr¨ªa establecidos.
SOLO NOS QUEDA BAILAR
Direcci¨®n: Levan Akin.
Int¨¦rpretes: Levan Gelbakhiani, Bachi Valishvili, Ana Javakishvili.
G¨¦nero: drama. Georgia, 2019.
Duraci¨®n: 106 minutos.
Rodada en la bella ciudad de Tiflis, capital de Georgia, la idea surgi¨® cuando en 2013 el director vio en un telediario la violenta respuesta a un amago de desfile del Orgullo Gay. El cineasta, de origen georgiano, viaj¨® entonces a la ciudad para empezar un trabajo de documentaci¨®n que dur¨® tres a?os. Las compa?¨ªas m¨¢s prestigiosas del pa¨ªs negaron la existencia de bailarines homosexuales y el rodaje se tuvo que llevar a cabo de forma casi clandestina y con guardaespaldas.
M¨¢s all¨¢ de estas an¨¦cdotas, el resultado es una pel¨ªcula que fluye entre la cr¨ªtica social y el ¨ªntimo retrato del despertar sexual de su protagonista. Una pel¨ªcula que habla de c¨®mo la conquista del cuerpo (la c¨¢mara sigue los sutiles movimientos de manos, los silencios y las miradas) implica romper con el tab¨² de la homosexualidad en el entorno familiar (el hermano, la amiga de la infancia, la madre, la abuela) y sobre todo en la sociedad (la escuela, el maestro y la danza como s¨ªmbolo de una tradici¨®n castradora). Se quiere comparar el filme con la brit¨¢nica Tierra de Dios, pero aqu¨ª la pasi¨®n no est¨¢ a la altura de la maravillosa ¨®pera prima de Francis Lee porque m¨¢s que una historia de amor torrencial se trata de la conquista de una libertad, un desaf¨ªo a c¨®digos caducos a trav¨¦s del cuerpo y el baile.
Babelia
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