Xoel L¨®pez despu¨¦s de la lluvia
El m¨²sico, que ofrece un panorama musical vibrante y ecl¨¦ctico, ha sabido llevar a su p¨²blico a otro territorio
Dice un proverbio gallego que ¡°nunca llovi¨® que no escampara¡±. Quiz¨¢ en alg¨²n momento de la ¨²ltima d¨¦cada a Xoel L¨®pez le vino a la cabeza este refr¨¢n de su tierra natal. En alg¨²n momento que empez¨® en ese tr¨¢nsito ya conocido por todos cuando dej¨® el proyecto de Deluxe, se hizo las Am¨¦ricas, cambi¨® su nombre art¨ªstico y vir¨® su estilo hacia un horizonte sonoro distinto.
Han pasado ya ocho a?os desde la publicaci¨®n de Atl¨¢ntico, el primer ¨¢lbum con el que se adentr¨® en un nuevo ciclo. Nuevo y atrevido. Porque Atl¨¢ntico abr¨ªa una ventana con un paisaje tan vasto que, a primera vista, descolocaba, especialmente a todos aquellos que ya hab¨ªan asimilado tanto el concepto de pop-rock de Deluxe, con tanto riego sangu¨ªneo anglosaj¨®n, que se sent¨ªan desangelados. De hecho, muchos lo rechazaron. Atl¨¢ntico era otra cosa, y, a veces, otra cosa es demasiado para quienes solo quieren lo mismo de siempre.
Sin embargo, el paisaje result¨® revitalizante. No solo Atl¨¢ntico termin¨® por ser un ¨¢lbum de sugerente belleza y profunda po¨¦tica (uno de los mejores discos de la m¨²sica espa?ola de la ¨²ltima d¨¦cada), sino que era solo el principio del camino. Despu¨¦s llegaron Paramales y Sue?os y pan, en los que el panorama art¨ªstico se expand¨ªa hacia territorios m¨¢s inexplorados, donde el folclore latinoamericano compart¨ªa espacio con Stones Roses o The Jam, donde a la cumbia se le pod¨ªa meter funk y viceversa.
Un panorama vibrante que ha ido ganando en consistencia en cada gira. Hace unos d¨ªas estuve en uno de los dos conciertos que Xoel dio en el Circo Price de Madrid y volvi¨® a brillar este territorio ya nada nuevo y s¨ª muy real y vivo. Hubo un momento entre varios en la actuaci¨®n en el que qued¨® plasmado perfectamente. Fue cuando el grupo se lanz¨® con Balas, composici¨®n perteneciente a su ¨²ltimo ¨¢lbum Sue?os y pan. Esa canci¨®n con ¡°esp¨ªritu soul y merengue al mismo tiempo¡±, tal y como la describi¨® su autor, era una juerga sonora. Me hizo recordar que en una de las muchas charlas que he tenido con Xoel me dijo: ¡°Vengo de viajar como un saltimbanqui y no puedo evitar que se cuele esto ahora en mi m¨²sica¡±.
Saltimbanqui, como su m¨²sica, como ¨¦l cuando se mueve como una culebra por el escenario, como esas percusiones que rebotan por sus canciones con alegr¨ªa, como esos coros que brincan con entusiasmo con su voz, como ese paisaje sonoro que nos ofrece desde hace a?os. Es la filosof¨ªa Xoel. Un pensamiento tan desprejuiciado y tan ecl¨¦ctico que conviene alabar con la misma energ¨ªa con la que se despliega en directo. Una forma de percibir la m¨²sica que, si quiz¨¢ todav¨ªa no lo ha hecho del todo, acabar¨¢ en los pr¨®ximos a?os abriendo brecha en generaciones m¨¢s j¨®venes de m¨²sicos espa?oles. Con el impulso de otros saltimbanquis como Depedro.
La grandeza de Xoel L¨®pez es haber llevado a su p¨²blico a un nuevo territorio. Puede que haya bastante de empe?o, pero tambi¨¦n hay mucho de curiosidad natural e imparable en un m¨²sico que demuestra que la palabra artista le encaja como un guante. Al escuchar a Xoel, se ve un artista en toda su concepci¨®n. Siguiendo instintos, persiguiendo musas y explorando espacios mientras juga con la m¨²sica y hace jugar al oyente.
En todo este tiempo desde que viaj¨® a Am¨¦rica y luego public¨® Atl¨¢ntico, a Xoel le llegaron, como lluvia fina, algunos descr¨¦ditos, renuncias y faltas de comprensi¨®n. S¨¦ por ¨¦l mismo que tambi¨¦n dudas personales, como las que tienen todos los artistas que cambian el paso desde la seguridad de las cotas alcanzadas. En todo este tiempo, debi¨® pensar muchas cosas y debi¨® repensarlas, pero como dice el proverbio gallego: ¡°Nunca llovi¨® que no escampara¡±. Hoy, el paisaje musical de Xoel, como su tierra gallega, sabe aprovechar la llegada de sol y luce lleno de libertad y color.
Babelia
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