Xoel L¨®pez, un padrazo del rock
El m¨²sico, volcado en su hijo Nahuel, redescubre el valor de lo cotidiano en su disco 'Sue?os y pan' y publica su poes¨ªa en 'Bailar¨¢s cometas bajo el mar'
Horas antes de que Xoel L¨®pez (A Coru?a, 1977) soplase las velas de una tarta sorpresa por su 40 cumplea?os ante miles de personas congregadas para verle en uno de los escenarios principales del Sonorama Ribera el pasado agosto, hubo una escena que apenas nadie vio. Esa misma ma?ana, el m¨²sico jugaba en un columpio con su hijo Nahuel, un chaval de tres a?os que revoleteaba en un jard¨ªn de una casona de Aranda de Duero. Entonces, L¨®pez hablaba privadamente de su futuro disco, Sue?os y pan, como en retazos. No sab¨ªa muy bien c¨®mo definirlo. Ahora, reci¨¦n publicado el ¨¢lbum, sentado en una cafeter¨ªa en una ma?ana de diciembre, al lado de su casa en el madrile?o barrio de Moncloa, comenta que el disco es ¡°muy personal e introspectivo¡±. ¡°Es importante la necesidad de refugio que tiene el ¨¢lbum, de encontrar un hogar desde el que luego moverme¡±, se?ala.
Instalado definitivamente en Madrid tras su periplo viajero de cinco a?os por Am¨¦rica y haber sido padre a su regreso a Espa?a, L¨®pez parece haber hallado un refugio en una ciudad en la que, proveniente de Galicia, aterriz¨® con 20 a?os sin saber si en ella ¡°iba a acabar muerto¡±. ¡°Para m¨ª era otro Madrid. Ten¨ªa m¨¢s sensaci¨®n de paso, pero ahora es el lugar donde configuro mi vida y me relaja pensar en t¨¦rminos de asentamiento¡±, confiesa. De hecho, a Madrid le dedica una canci¨®n en Sue?os y pan en la que reconoce ser desde el primer d¨ªa ¡°presa de sus calles¡±. ¡°Me gusta su gente y su forma de adopci¨®n. Y el extraordinario entorno que existe de m¨²sicos. Hay muchos y compartes ideas. Es una ciudad llena de viveza, con su cielo azul y su luz¡±, explica mientras bebe de la taza de t¨¦.
Esa luz es la que ¡°hoy¡± le ¡°atraviesa cada d¨ªa¡±, tal y como canta en Madrid. ¡°Llevo una vida muy sencilla. Es cierto que lo cotidiano no lo tuve antes y quiz¨¢s me est¨¢ tocando contarlo ahora as¨ª porque lo he decidido. Vengo de viajar como un saltimbanqui y no puedo evitar que se cuele esto ahora en mi m¨²sica. Mis reflexiones son m¨¢s desde casa¡±, cuenta. ¡°Ya hay mucha gente hablando de su vida canalla¡±, a?ade con sorna. ¡°A veces, cuando escucho mis discos anteriores, me pregunt¨® qui¨¦n era ese tipo. Casi no me reconozco¡±.
Escribir una canci¨®n, cantar un libro
Xoel L¨®pez escribe canciones, que se mezclan con reflexiones y poemas como los que forman el volumen Bailar¨¢s cometas bajo el mar (Espasa). No es el ¨²nico de los m¨²sicos que prueban con la escritura espoleados por grandes y peque?os sellos editoriales, que parecen haber dado con un inesperado fil¨®n. He aqu¨ª algunos de ellos.
Nacho Vegas. Reanudaci¨®n de las hostilidades (Espasa).
Guille Galv¨¢n. Retrovisores (Banda¨¤parte).
Vanesa Mart¨ªn. Mujer oc¨¦ano (Planeta).
Zahara. Trabajo, piso, pareja (Verso & Cuento).
Santi Balmes. La doble vida de las hadas (Principal).
Mikel Izal. Los seres que me llenan (Verso & Cuento).
Marwan. Todos mis futuros son contigo (Planeta).
Rayden. Herido diario (Mueve Tu Lengua).
Nach. Hambriento (Planeta).
David Ruiz. Nubes negras (Mueve Tu Lengua).
Luis Ramiro. Poemas para infancias mal curadas (Verso & Cuento).
Diego Ojeda. Siempre donde quieras (Espasa).
Es un s¨¢bado de noviembre por la noche cuando Xoel L¨®pez acude al concierto de Jacobo Serra, que presenta en Madrid su nuevo disco junto a toda su banda. All¨ª se encontrar¨¢ con sus amigos de Vetusta Morla. Lo primero que hace, al subir al taxi de camino a la sala, es revisar el m¨®vil y saber c¨®mo est¨¢n su pareja Lola, que cant¨® con ¨¦l en su anterior disco Paramales, y su hijo. Atr¨¢s han quedado sus aventuras por la Patagonia, M¨¦xico, Brasil, Chile, Venezuela o Estados Unidos, que alimentaron obras como Paramales y Atl¨¢ntico, cuando decidi¨® reinventarse para sorpresa de todos abandonando el nombre de Deluxe y cantando en castellano. ¡°Al fin y al cabo, se trata de explicar las emociones. Uno puede vivir dentro de un circo o hacer como yo pasando a?os recorriendo las Am¨¦ricas, pero al final somos algo muy b¨¢sico. Somos nuestros sentimientos¡±, afirma en la cafeter¨ªa donde ha quedado para charlar del nuevo ¨¢lbum. ¡°Creo mucho en los ciclos. Este disco viene despu¨¦s de los otros. Todo es un ciclo continuo y creo que lo estoy respetando¡±.
Xoel L¨®pez empez¨® con 15 a?os a componer y a los 17 a?os entr¨® por primera vez a un estudio. Tras 14 discos y m¨¢s de 20 a?os de carrera, asegura que es ¡°una forma de vida¡±. ¡°Podr¨ªa dejar la profesi¨®n y el negocio, pero no de componer¡±, afirma. Por eso, escribe canciones ¡°todo el rato¡±, que a veces se entremezclan con reflexiones y poemas como los que han dado forma a su primer poemario, Bailar¨¢s cometas bajo el mar (Espasa). Dentro de Sue?os y pan, est¨¢ la canci¨®n Cometa, que naci¨® de un poema, o viceversa, qui¨¦n sabe, como dice ¨¦l, cuando se trata de escribir, incluso de lo cotidiano, de ¡°algo excelentemente normal¡±. ¡°La misma canci¨®n de Jaguar habla de c¨®mo relacionarnos con el otro. A veces, la vida es todas las cosas. Busco el equilibrio entre mi micromundo y el entorno, al que no dejo de observar porque todos somos parte de ¨¦l¡±, apunta. En la portada de Sue?os y pan aparecen unos brazos de distinto color que, sobre un fondo amarillo, buscan abrazarse, hallar la conjunci¨®n perfecta. ¡°Ah¨ª est¨¢ el yin y yang. Sigo siendo un equilibrista de mi propia vida¡±, reconoce.
El ¨¢lbum sorprende por letras en las que mira la vida desde una perspectiva hogare?a, como en la preciosa Insomnio, toda una oda al amor sencillo que logra vencer a los "mundos raros", todos esos "conflictos emocionales y dudas que a uno le surgen", dice. O en la nana final Durme, pensando en su hijo y cantada en gallego, como tambi¨¦n sucede en Serpes. ¡°Esta bajada de aventuras me ha hecho encontrarme con ese ni?o que fui. Me ha generado una b¨²squeda de mis ra¨ªces¡±. El encuentro con ese ni?o tambi¨¦n explica la parte m¨¢s sorpresiva del ¨¢lbum, esa parte ¡°juguetona¡± que lo convierte sonoramente en el m¨¢s arriesgado de su carrera.?¡°Los ritmos de bater¨ªa los hac¨ªa yo con el productor en las maquetas. Fui a clase de bater¨ªa. Todas las canciones las empezamos con una base r¨ªtmica. Casi todo el disco tiene el mismo patr¨®n. Desde ah¨ª constru¨ªamos¡±, explica. Deja atr¨¢s las guitarras de Atl¨¢ntico y su ¨¦poca Deluxe y apuesta por bases electr¨®nicas, donde su voz se funde en su eco con coloristas trazos impresionistas, en una l¨ªnea que recuerda a Paul Simon aunque ¨¦l cita como influencias a Peter Gabriel y Rodrigo Amarante, cuya canci¨®n Tuyo es la sinton¨ªa de la serie Narcos. ¡°Me cr¨ªe rodeado de arte. La casa de mis padres est¨¢ repleta de cuadros. Pienso en este disco como algo muy pict¨®rico. Como si fuera casi un Pollock¡±.
No hay color m¨¢s luminoso en la vida de Xoel L¨®pez que el que representa su hijo. Se puede observar en la casona de Aranda de Duero, como en varias conversaciones entre el verano y ahora con la publicaci¨®n de Sue?os y pan. ¡°Quiero estar cerca de ¨¦l. Quiero ser un padre presente¡±, confiesa. Durante el ¨²ltimo Sonorama tambi¨¦n protagoniza el concierto de celebraci¨®n del 20 aniversario del festival. Es el encargado de cerrarlo cantando Que no, todo un himno generacional del indie nacional perteneciente a Deluxe. Le acompa?an a pulm¨®n abierto Iv¨¢n Ferreiro, miembros de Ni?os Mutantes, Dorian, Izal, La Habitaci¨®n Roja, Second, Shinova y miles de espectadores. A sus 40 a?os, con "muchas vidas ya vividas" durante una larga carrera, existe el Xoel L¨®pez que la mayor¨ªa ve o quiere ver y otro m¨¢s ¨ªntimo, cuyas agujas del reloj se ponen en la hora correcta con otra m¨²sica alrededor. "Siempre he pensado que me gustar¨ªa crecer arm¨®nicamente. Necesito pensar que estoy aqu¨ª, en mi ahora", reflexiona. Es el Xoel L¨®pez que sigue piedras de camino a casa. ¡°Lo mejor de la paternidad ha sido desprenderme de mi propio ego. Hay cierta libertad infantil que aprendo de mi hijo. Quiero que me sirva de referencia y espejo. Su manera de acercarse a las cosas, su avidez y su falta de prejuicios. Eso que dec¨ªa Picasso que llevaba toda la vida pintando para aprender a hacerlo con la mirada de un ni?o¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.